En El Corazón No Se Manda

Capítulo 5: Presidenta del Consejo Estudiantil

Narra Mía

 

Llegamos a la dirección y ahí estaba el subdirector. Mi nerviosismo llegó al máximo nivel.

 

- Siéntese, señorita. Me gustaría hablar con usted – dijo el subdirector.

 

Me senté y dije:

 

- Como desee, señor

 

- Puedo observar la buena relación que tiene con los profesores y con el director, y eso me complace – continuó el subdirector.

 

Yo tragué saliva y dije:

 

 - Gracias

 

- Por eso estuvimos conversando con el director y pensamos que usted sería ideal para ser la presidenta del Consejo Estudiantil – dijo el subdirector.

 

- ¿Yo? – dije sorprendida.

 

- Sí, usted. Tiene las capacidades para serlo. Se lleva bien con los profesores y tiene excelentes calificaciones – explicó el subdirector.

 

- Pero yo no tengo amistad con ningún alumno. No creo que sea la indicada para eso – dije.

 

- Pero te llevas bien con los profesores, y eso es suficiente. Además, cuando empieces a representarlos, ellos van a comenzar a hablar contigo – dijo el subdirector.

 

- Está bien. Si usted cree que yo estoy preparada para ese puesto, haré mi mayor esfuerzo –dije.

 

- Perfecto. Empiezas con tus funciones ya – dijo el subdirector.

 

- ¿No hay que esperar a las elecciones estudiantiles? – pregunté.

 

- No, porque la otra chica ya se retiró. Eres oficialmente la presidenta del Consejo Estudiantil. Ven, te mostraré dónde trabajarás y te enseñaré tus funciones – dijo el subdirector.

 

Me mostró una oficina junto a la oficina del director y me enseñó todo lo necesario para empezar con mi cargo. No resultaba tan difícil en realidad. Tenía que representar a mis compañeros en las reuniones de profesores y decir lo que nos hace falta.

 

- Cualquier duda ya sabes dónde está la oficina del director – dijo el subdirector.

 

- Sí, gracias, subdirector Caballero – dije.

 

El resto de la tarde fue un poco atareada. Ordené y clasifiqué muchos papeles en el trabajo. Cuando llegó la hora de salida, Axel me llevó a la escuela de mi hermanito y después a casa. Preparé la cena, ayudé a mi hermanito con su tarea, lo bañé y lo acosté a dormir. Después, me bañé yo misma, realicé algunos deberes pendientes y me acosté a dormir.

 

Al día siguiente, me encontraba realizando unos papeles importantes sobre las actividades escolares. Era necesaria la autorización del director para llevarlas a cabo, así que fui a su oficina. Al tocar la puerta, sentí como me sudaban las manos y mi corazón se aceleraba al saber que Axel estaba del otro lado. Escuché su voz diciendo "Adelante" y estaba a punto de abrir la puerta cuando escuché la voz de Emilia. Me detuve y escuché su conversación con ella preguntándome cómo me estaba yendo en mi cargo como presidenta estudiantil. Respondí que todo estaba bien y ella me deseó suerte en mi cargo. Después de que se fue, finalmente entré a la oficina del director y le entregué los papeles necesarios para las actividades estudiantiles. Él sonrió al ver que eran varias actividades recreativas y luego de revisarlos con detenimiento, los firmó. Me felicitó por tomar mi cargo de presidenta estudiantil en serio y me dijo que era la indicada para el puesto. Me sentí sonrojada y le agradecí por su apoyo.

 

La felicidad que sentía al hablar con el director era evidente, y el día pasó rápidamente. Debido a que mi auto seguía en el mecánico, tomé un taxi para buscar a mi hermanito Manuel en la escuela y regresar a la oficina para completar algunas tareas pendientes. Cuando llegué a la escuela, noté que una profesora estaba hablando con el director y coqueteando con él. Sentí una extraña punzada en mi corazón al verlo.

 

Después de entregarle a mi hermanito una hoja para que dibujara y de trabajar por un tiempo, el director entró en mi oficina y me recordó que ya era tarde y que debería estar en casa. Luego, me ofreció llevarme a casa con mi hermano, a lo que inicialmente me negué, pero finalmente acepté su oferta.

 

Durante el trayecto en su auto, conversamos animadamente y me di cuenta de que disfrutaba mucho hablando con él. Al llegar a mi casa, le agradecí por llevarnos y nos despedimos. Después de cenar y acostar a mi hermanito, me tumbé en la cama y pensé en Axel hasta que me quedé dormida.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.