Narra Mía
La ceremonia había terminado y aunque había felicidad en el ambiente, yo me sentía triste al ver a los padres abrazando a sus hijos. Sin embargo, mi ánimo mejoró cuando Axel se acercó a mí.
- ¿Cómo estás? – me preguntó.
- Bien – respondí cortante.
- Sé que es un momento difícil para ti... pero aunque no estén físicamente, tus padres viven en tu corazón – dijo Axel tratando de reconfortarme.
No pude evitar sonreír.
- Gracias, no sé cómo lo haces, pero siempre logras sacarme una sonrisa – le dije.
Pasamos horas conversando y sin darme cuenta, pasó una semana. Estaba en casa jugando con mi hermano Manuel cuando recibí un mensaje de Axel. ¡Qué sorpresa!
“Mi querida alumna, me gustaría que saliéramos a una cita, solo nosotros, tú y yo disfrutando de una noche magnífica. ¡Te amo! Con cariño, tu querido director”
¿Querido director? Fue inevitable no sonreír. ¿Qué ocurrencias tendrá este hombre? ¿Qué tendrá que me atrae hacia él como si fuera un imán irresistible? No lo pensé dos veces y le contesté.
Narra Axel
Recibí una respuesta emocionada de mi alumna de ojos luminosos.
"Acepto ir a esa linda cita con usted, será hermoso, y no me importa que sea de noche. ¡Estoy emocionada! Me gusta tanto. Con cariño, su querida alumna."
Esperé su respuesta ansioso, deseando que todo saliera bien para nuestra cita.
Esta chica lograba hacerme sonreír con solo pensar en ella. Estaba a punto de escribirle de nuevo cuando recibí otro mensaje.
"Tengo que encontrar a alguien que pueda cuidar a Manuel", decía el mensaje.
Narra Mía
Estaba preocupada por quién podría cuidar a mi hermano cuando recibí un mensaje de Axel.
"Tengo una idea de quién puede cuidar a tu hermanito", decía el mensaje.
"¿De verdad? ¿Quién?", pregunté ansiosa.
"Mi hermana, lo cuidará bien... tráelo a mi casa", respondió.
"¿Tu hermana? ¿Y ella sabe que tendremos una cita?", pregunté preocupada.
"No... pero le inventaré algo", dijo Axel con seguridad.
"Está bien, confío en ti", respondí.
"Eso es lo que quiero escuchar", dijo Axel con una sonrisa.
"Te veo esta noche... mi querido director", dije.
"Estoy ansioso, mi querida alumna", respondió.
Llegó la noche y yo estaba lista, pero también muy nerviosa. No podía evitar sentir mariposas en el estómago al pensar en mi cita con Axel. Esperaba que todo saliera bien y que mi hermano estuviera en buenas manos.
Me puse un vestido rosado pastel que llegaba hasta mis rodillas, con una cinta alrededor de mi cintura y unos tacones bajos. Dejé mi cabello largo y ondulado castaño suelto y usé sombras al tono de mis ojos grises.
Llegó la hora de irme y tomé una mochila para guardar algunos juguetes de Manuel. Estaba nerviosa porque hoy sería mi primera cita con Axel y solo esperaba que todo saliera bien.
"Tranquila, Mía, respira", me dije a mí misma mientras respiraba profundamente para calmar mis nervios. En ese momento, Axel me envió un mensaje diciendo que ya estaba listo para nuestra cita. Sentía que mi corazón latía con fuerza.
"Tía, me voy", dije tomando la pequeña mano de Manuel.
"¿A dónde vas?", preguntó mi tía.
"A cenar con un amigo", respondí.
"Haz lo que quieras, pero no vuelvas tarde", dijo ella.
"No lo haré", dije antes de salir.
No tardé mucho en llegar a la casa de Axel y él me estaba esperando en la puerta.
"Hola", dije entusiasmada.
"Hola... pensé que no vendrías", dijo dándome un beso en la mejilla. "Hola, campeón", dijo alborotando el cabello de Manuel.
Se apartó de la puerta y me hizo un gesto para que entrara.
- ¿Y tu hermana? – pregunté.
- Ya está viniendo – respondió.
Nos sentamos en el sofá y minutos después tocaron la puerta de la casa de Axel. Él se dirigió a abrir.
- Hola, hermanita, te estaba esperando – dijo Axel dándole un beso en la mejilla.
- Hola, hermanito. ¿Para qué me llamaste? – preguntó ella.
- Necesito que me hagas un favor – dijo Axel haciendo un gesto para que entrara.
Ella entró y yo me puse de pie inmediatamente, sonriendo.
- ¿Y ella quién es? – preguntó sorprendida.
Axel se acercó a mí.
- Jessica, ella es Mía, una amiga – dijo sonriendo – y él es Manuel, su hermanito – dijo cargando a Manuel.
- Mucho gusto – dije extendiendo mi mano.
- Un placer conocerte – respondió ella agarrando mi mano.
- Entonces... ¿para qué me llamaste? – preguntó de nuevo la hermana de Axel.
"Tengo un asunto que resolver con Mía y necesito que por favor...", dijo Axel.
"Cuide a Manuel", interrumpió ella.
"Me conoces bien, hermanita", dijo Axel sonriendo.
"Está bien, pero me debes una", dijo ella acercándose a Manuel con dulzura. "Hola".
"Hola", respondió Manuel.