Narra Mía
Solo faltaban 5 días para que Axel volviera a la escuela, y aunque al principio me sentía un poco nerviosa, ahora me sentía bien.
- ¡Mía! ¡Mía! – Dijo Valentina, llegando corriendo hacia mí.
- ¿Qué pasa? – pregunté.
- ¿Ya escuchaste los nuevos rumores? – preguntó ella emocionada.
- ¿Qué? ¿Cuáles? – pregunté curiosa.
- ¿Te acuerdas de la profesora de matemáticas? ¿La profesora Julia? ¿La que se fue inexplicablemente? – recordó Valentina.
- Sí… ¿Qué pasa con ella? – pregunté intrigada.
- Resulta que parece que quiso volver y habló con el ministerio de educación, la volvieron a reincorporar en esta escuela, pero esta vez como directora – explicó Valentina.
- ¿Qué? ¿Despidieron al director? – pregunté sorprendida.
- No, parece que ahora tendremos dos directores, ella trabajará con él – dijo Valentina.
- ¿Qué? – dije alarmada - ¿Cómo que trabajarán juntos?
- Según entendí, compartirán la oficina también… al parecer ella convenció al ministerio de educación de que tener a dos directores es mejor que uno, no sé cómo lo logró, pero parece tener mucha influencia – explicó Valentina.
- ¡Qué fastidio! – Sentí un fuerte dolor en el pecho.
- ¿Estás bien? – preguntó Valentina preocupada.
- Sí, estoy bien ¿Por? – dije tratando de ocultar mis sentimientos.
- Se te ve molesta – dijo Valentina.
- Estoy bien ¿Si? – Dije elevando la voz - ¿Y a partir de cuándo compartirán la oficina?
- Pues a partir de 5 días, cuando el director vuelva – respondió Valentina.
Hice una expresión de desagrado, tratando de ocultar mis celos.
- ¿Segura de que estás bien? – preguntó Valentina preocupada.
- ¡Te dije que estoy bien! – respondí elevando un poco la voz.
- Si tú lo dices – dijo Valentina no muy convencida.
- Buenos días, chicas – saludó Tim sonriendo.
- Hola, buenos días, Tim – respondió Valentina sonriendo como tonta.
- Buenos días – saludé yo también.
- ¿Cómo están? – preguntó Tim mientras caminábamos por los pasillos.
- Yo estoy bien, pero alguien parece no estar bien – dijo Tim mirándome.
- Ya te dije que estoy bien – respondí evadiendo sus preguntas - Vamos a clase.
Las clases terminaron y fui corriendo al departamento de Axel.
- ¿Por qué no me lo dijiste? – le reproché.
- ¡Hola, amor, sí, yo también te amo! – bromeó Axel, pero luego notó que no estaba de humor – Oh, esto va en serio, ¿Qué cosa no te dije?
- ¡Que trabajarás con la nueva directora! – le dije con una sonrisa burlona – Con Julia, y compartirán la oficina también.
- ¿Yo qué? – preguntó Axel sorprendido.
- Espera… ¿Tú no lo sabías? – pregunté incrédula.
- ¡No! – respondió Axel.
- ¿De verdad? – pregunté sorprendida.
- Sí, tranquila, amor, veré cómo solucionar ese problema – me tranquilizó Axel – Entonces, para reanimarte, ¿quieres tostadas con dulce de leche?
- No sé para qué preguntas si ya sabes la respuesta – sonreí y él me besó.
Y sin darme cuenta, pasaron los días y me desperté sonriente.
- Hoy es el día – pensé emocionada – Me siento como una niña pequeña que va a ver a su personaje favorito.
Después de desayunar y llevar a mi hermanito a la escuela, fui a mi escuela.
- Hola, ¿cómo estás? – saludó Valentina con una sonrisa.
- Bien, gracias – respondí con una sonrisa propia.
- ¿Por qué estás tan feliz? ¿Te ganaste la lotería? – bromeó Valentina.
- No, hoy tenemos que ir al auditorio por la reincorporación del director – expliqué.
En ese momento, la voz de Emilia sonó por los parlantes de la escuela llamando a todos los estudiantes al auditorio.
- Vamos – dije a Valentina, y nos dirigimos al auditorio, sentándonos juntas en la primera fila.
Julia entró en el auditorio y anunció la reincorporación del director, y en ese momento Axel entró sin su bastón.
- ¿Por qué no trae su bastón? – pensé, preocupada.
Axel saludó a los estudiantes, y Julia se acercó a él para hablarle.
- Aléjate de él – pensé, sintiéndome incómoda.
Axel notó mi incomodidad y habló para distraer la atención.
- Me alegra estar de vuelta con todos ustedes – dijo Axel.
- ¡Sí! – exclamaron las chicas.
- Algo – dijeron algunos chicos.
Julia hizo un comentario sarcástico hacia mí, pero Axel agradeció sus palabras y le sonrió.
- No le sonrías – pensé, sintiéndome celosa.
Mientras estaba con Axel, vi a Julia acariciando su espalda y me sentí incómoda. De repente, Axel dejó caer un papel y yo lo recogí rápidamente sin que nadie lo notara.
- ¿Estás celosa? - preguntó Axel al ver mi reacción.
- No estoy celosa - pensé, pero desvié la mirada por un segundo. Cuando volví a mirar, noté que Julia seguía tocando a Axel.
Julia acariciando la espalda de Axel mientras hablaban, lo que me hizo sentir incómoda y celosa.
- ¿Quién se cree? - se me escapó en voz alta.
- ¿Disculpa? - preguntó Julia, confundida.
- Nada, no es nada - respondí, bajando la mirada.
- Creo que sí fue algo - insistió Julia.
Axel intervino para defenderme y se ofreció a hablar conmigo en privado. Salimos del auditorio y Axel me preguntó si estaba bien.