Narra Mía
Después de pasar una noche maravillosa con mi querido director, desperté a las 6:15 a.m. y me sorprendió no encontrar a Axel a mi lado en la cama.
- ¿Axel? - exclamé mientras me levantaba, buscándolo con la mirada.
Justo en ese momento, él apareció viniendo de la cocina con una sonrisa en el rostro y una bandeja de desayuno en las manos.
- Hola amor, lamento haberme tardado. Quería sorprenderte con el desayuno en la cama - dijo, acercándose a mí.
- Desayuno en la cama, qué detalle más encantador - respondí sonriendo. - Creo que podría acostumbrarme a esto.
Axel me besó y me dijo unas palabras dulces que hicieron que mi corazón se llenara de amor.
Después de disfrutar de aquel delicioso desayuno, nos bañamos juntos, disfrutando de la compañía y la intimidad que compartíamos.
- Es tan maravilloso bañarme contigo - dije sonriendo mientras me abrazaba a él, sintiendo la calidez de su cuerpo junto al mío.
- Ojalá pudiéramos hacerlo todos los días - dijo Axel, abrazándome con ternura.
Después de la ducha, Axel se encargó de preparar el desayuno para Manuel, mi hermanito, mientras yo fui a despertarlo. Había quedado profundamente dormido y me costó un poco de esfuerzo lograr que se levantara.
- Ya despierta, hermanito. Tenemos que ir a la escuela - le dije con paciencia, acariciando su cabello.
- Ugh, ¿ya es hora de ir a la escuela? - dijo Manuel bostezando, mostrando su resistencia a abandonar la comodidad de la cama.
- Sí, hermanito. Vamos, no te tardes - le apremié, recordándole la importancia de no llegar tarde a clase.
Después de ayudar a Manuel a bañarse, vestirse y desayunar, nos despedimos de Axel, quien nos deseó un buen día y nos expresó su amor antes de subirse a su auto.
Luego, llevé a Manuel a la escuela y me dirigí a la mía, emocionada por lo que había escuchado en los pasillos: ¡habría un baile de máscaras este fin de semana! Inmediatamente busqué a Axel para contarle la noticia y expresarle mi deseo de ir juntos.
- Axel, ¡necesito hablar contigo! - le dije emocionada al encontrarlo en el pasillo, ansiosa por compartir la emocionante novedad.
- ¿Qué pasa, Mía? - preguntó Axel con curiosidad, captando mi entusiasmo.
- ¡Hay un baile de máscaras este fin de semana! ¿Te gustaría ir conmigo? - le pregunté con una sonrisa radiante, esperando su respuesta.
La emoción se reflejó en los ojos de Axel mientras asentía con entusiasmo.
- Por supuesto, Mía. Sería un honor ser tu acompañante en el baile - respondió con una voz llena de emoción y alegría.
Pero la sorpresa no terminó ahí. En ese momento, Axel se acercó a mí con una expresión seria en su rostro, como si fuera a reprenderme.
- Señorita Montgomery, necesito hablar con usted - dijo, manteniendo su seriedad.
Mis pensamientos se llenaron de preocupación, sin saber qué había hecho mal. Lo seguí a su oficina, nerviosa por lo que estaba por venir.
Una vez dentro de su oficina, Axel me entregó un sobre con una sonrisa en el rostro.
- Quería darte esto - dijo, invitándome a abrirlo y descubrir su contenido.
Lleno de emoción, abrí el sobre y encontré una elegante invitación para el baile de máscaras.
- ¿Me estás invitando a ir al baile contigo? - pregunté, con los ojos brillando de alegría y sorpresa.
Axel asintió con una sonrisa pícara en su rostro.
- Para nuestra suerte, será un baile de máscaras. Nadie sabrá quiénes somos, y podremos disfrutar de nuestra compañía en secreto - dijo, dejando escapar una risa traviesa.
La emoción me embargó mientras aceptaba su invitación con una sonrisa pícara, sintiendo cómo mi corazón latía con fuerza en mi pecho.
- Acepto ir al baile contigo, señor director - respondí, disfrutando de la complicidad que existía entre nosotros.
Axel me tomó de la cintura y me atrajo hacia él, susurrando palabras de amor.
- Shhhh, di eso más bajo. Alguien nos puede oír - le dije sonriendo, consciente de la necesidad de mantener nuestro romance en secreto.
- Entonces eso es todo, alumna. Puedes retirarte - me acarició el cabello con ternura, dejándome con una mezcla de emociones y anticipación.
No podía creer que iría al baile con mi chico, con Axel. Estaba llena de felicidad y ansiosa por que llegara el día del baile.
Mientras estaba sumergida en mis pensamientos, mi amiga Valentina se acercó a mí con una sonrisa en el rostro.
- Mía, ¿te enteraste de que habrá un baile de máscaras? - preguntó emocionada.
- Sí, ya me enteré - respondí sin poder borrar la sonrisa de mi cara, sabiendo que compartíamos la misma emoción.
Valentina me miró con curiosidad.
- Me imagino que vendrás con tu chico, ¿verdad? - preguntó, tratando de obtener más información.
Sentí un nerviosismo repentino, sin saber cómo responder. No quería ocultar la verdad, pero tampoco quería revelar el secreto de nuestra relación.
- ¿Mi chico? No tengo chico - respondí nerviosa, tratando de desviar la atención.
Valentina me miró con una sonrisa pícara en su rostro, como si supiera algo que yo intentaba ocultar.
- No me mientas, Mía. Sé que hay algo más. ¿Por qué te molestó tanto la foto que subí a Facebook? ¿Quién es ese "amigo" del que hablaste? - preguntó Valentina, sin dejar de sonreír.
Me sentí atrapada en un dilema. Por un lado, quería confiar en mi amiga y contarle la verdad, pero por otro lado, sabía que revelar nuestra relación con Axel podría traer consecuencias complicadas.