En El Corazón No Se Manda

Capítulo 27: Un Día de Chicas

Narra Mía

 

El día por fin había llegado, era el momento de disfrutar de un día de chicas con mi mejor amiga, Valentina. Después de dejar a Manuel al cuidado de Axel, nos dirigimos emocionadas hacia el centro comercial.

 

- ¡Estoy tan emocionada por pasar este día contigo, Mía! - exclamó Valentina mientras caminábamos juntas.

 

- Yo también, Valentina. Necesitaba este tiempo para desconectar y divertirme contigo - respondí con una sonrisa.

 

Decidimos comenzar nuestro día con una sesión de compras. Recorrimos las tiendas, probándonos diferentes prendas y riendo sin parar. Valentina tenía un ojo para la moda y me ayudó a elegir algunos conjuntos realmente geniales.

 

- Mía, este vestido te queda espectacular. Definitivamente debes llevarlo - dijo Valentina mientras me veía en el espejo.

 

- Gracias, Valentina. Tu sentido de la moda siempre me sorprende. No sé qué haría sin ti - le respondí agradecida.

 

Después de nuestras compras, decidimos ir al cine a ver la última película de comedia que tanto habíamos estado esperando. Nos sentamos en la sala, compartiendo palomitas de maíz y riendo a carcajadas con las divertidas escenas.

 

- ¡No puedo creer lo graciosa que es esta película! - exclamé mientras me agarraba el estómago de tanto reír.

 

- ¡Definitivamente fue una excelente elección! Me alegra que estemos disfrutando tanto juntas - dijo Valentina, riendo a carcajadas.

 

Después de la película, buscamos un lugar acogedor para almorzar. Nos sentamos en un café y pedimos nuestros platos favoritos. Mientras disfrutábamos de la comida, compartimos nuestras alegrías, preocupaciones y sueños. Valentina siempre había sido mi confidente y sabía cómo animarme y darme buenos consejos.

 

- Mía, estoy tan emocionada por el nuevo proyecto en la escuela. Creo que esta vez será un gran éxito - compartió Valentina, emocionada.

 

- ¡Eso es maravilloso, Valentina! Si alguien puede lograrlo, eres tú. Estoy aquí para apoyarte en todo lo que necesites - le aseguré, animándola.

 

Después del almuerzo, decidimos hacer algo emocionante y lleno de adrenalina: ¡ir a un parque de diversiones! Nos subimos a las montañas rusas, gritando y riendo mientras disfrutábamos de la emoción de la velocidad y las alturas. Fue un día lleno de risas, complicidad y amistad.

 

- ¡Valentina, esto es increíble! ¡No puedo creer lo emocionante que es esta montaña rusa! - grité mientras sentía la adrenalina recorrer mi cuerpo.

 

- ¡Estoy tan feliz de estar aquí contigo, Mía! Este día de chicas es simplemente perfecto - exclamó Valentina, riendo emocionada.

 

Al final del día, nos despedimos con abrazos y promesas de repetir nuestra aventura pronto. Me sentía renovada y agradecida por tener a Valentina como amiga. Caminé hacia el estacionamiento con una sonrisa en mi rostro, lista para regresar a casa y compartir mis experiencias con Axel y Manuel.




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