En El Corazón No Se Manda

Capítulo 34: Pruebas y Compromisos

Narra Mía

 

Me encontraba en el baño de la escuela, Axel me abrazaba, pero luego la realidad me golpeó.

 

Recordé que él terminó conmigo.

 

- ¿Estás segura de que estás bien? - Pregunta Axel preocupado.

 

- A ti, ¿qué te importa? - Dije enojada y lo empujé.

 

Axel se tambaleó un poco por el empujón, pero luego me tomó de la mano y me abrazó con fuerza.

 

- Me importa porque te quiero - Dijo con voz temblorosa.

 

- Si realmente te importara, no me hubieras lastimado de esta manera - Dije sollozando.

 

Las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas mientras me dejaba llevar por la tristeza y la confusión.

 

- Lo siento, Mía - Axel acarició mi cabello con ternura - Nunca quise lastimarte.

 

- Yo aún te amo - Dije sollozando - y fue difícil para mí que el hombre que amo me dejara sin explicaciones.

 

Axel se apartó un poco para poder mirarme a los ojos, sus propios ojos llenos de lágrimas.

 

- De verdad lo siento, mi niña - Dijo con voz quebrada - No sabes cuánto me arrepiento de haberlo hecho de esa manera.

 

Las lágrimas de Axel caían sobre mis hombros, mezclándose con las mías. Sentí su dolor y su arrepentimiento sincero.

 

- Yo solamente quería protegerte - Dijo con voz entrecortada.

 

- ¿Protegerme? - Pregunté confundida, tratando de entender sus palabras.

 

Axel suspiró y tomó mi rostro entre sus manos, mirándome con intensidad.

 

- Me advirtieron que mantuviera distancia contigo, amor. Me dijeron que si no lo hacía, te haría daño y no podría vivir con eso, sabiendo que por mi culpa pagarías las consecuencias de mis acciones...

 

Mis ojos se abrieron de par en par, tratando de procesar sus palabras.

 

- No son tus acciones - Interrumpí - Yo elegí salir con el director de la escuela... tú no me obligaste.

 

Axel soltó un suspiro pesado y me abrazó con fuerza, como si quisiera protegerme de todo el dolor que estaba sintiendo.

 

- Mía, a mí no me importa que me despidan de mi trabajo o terminar en la cárcel - Dijo sollozando - Pero no podría soportar que arruinen tu vida y que esto quede en tu expediente escolar... podrían expulsarte e impedirte ingresar a otro colegio.

 

Mis lágrimas se mezclaron con las suyas mientras lo escuchaba, sintiendo su amor y su desesperación.

 

- Axel... - Mis ojos comenzaron a cerrarse y a sentirme débil.

 

- Mía, ¿estás bien? - Preguntó preocupado, sosteniéndome con suavidad.

 

Cuando abrí los ojos de nuevo, me encontraba en la enfermería.

 

- ¿Dónde estoy? - Dije confundida.

 

- En la enfermería, amiga - Dijo Valentina, mi mejor amiga, acercándose a mí - Te desmayaste. ¿Cómo te sientes?

 

- Me duele la cabeza - Dije, tratando de recordar lo que había sucedido.

 

En ese momento entró Axel, con una expresión preocupada en su rostro.

 

- Valentina, ¿puedes salir un momento? - Pidió Axel, dirigiéndose a mi amiga - Necesito hablar con Mía un momento.

 

Valentina asintió y se levantó de la silla, dejándonos a solas.

 

- ¿Qué pasa? - Pregunté, mirando a Axel con curiosidad.

 

- ¿Segura de que estás bien? - Preguntó, acercándose a mí.

 

- Realmente no - Dije con la voz muy débil, sintiendo cómo la debilidad me invadía.

 

- Mía... - Axel titubeó, buscando las palabras adecuadas - Tu periodo... ¿Te ha llegado?

 

- ¿Qué? - Pregunté confundida, sin entender a qué se refería.

 

Mi mente se aclaró un poco y recordé el calendario que estaba cerca de la camilla.

 

- ¿Qué pasa? - Preguntó Axel, preocupado por mi reacción.

 

- No me había dado cuenta de que tengo varios días de retraso - Dije, mi voz temblando - ¿Por qué te quedas en silencio? - Lo miré a los ojos, esperando una respuesta.

 

Axel suspiró y me sostuvo la mano con ternura.

 

- Mía... creo que deberías hacerte una prueba de embarazo - Dijo con voz suave.

 

- ¿Una prueba de embarazo? - Pregunté, sintiendo cómo el corazón se me aceleraba.

 

El solo asintió con la cabeza, y en ese momento, mi mente se llenó de preguntas y miedos. ¿Embarazo? ¿Cómo podríamos enfrentarlo?

 

- Quédate en la enfermería hasta la salida - Dijo Axel, con una mezcla de preocupación y ternura en su voz.

 

- ¿De verdad crees que puedo estar embarazada? - Pregunté, sintiendo cómo la ansiedad se apoderaba de mí.

 

- Es probable - Dijo Axel, tartamudeando un poco - No puedo negar esa posibilidad.

 

- Descansa - Dijo, dándome un beso suave en la frente antes de salir de la enfermería.

 

Embarazada. La palabra resonaba en mi mente mientras intentaba procesar lo que acababa de escuchar. No recordaba haber usado protección en las veces que estuvimos juntos. La incertidumbre y el miedo comenzaron a apoderarse de mí.

 

La jornada de clases había terminado y Axel me pidió que le firmara un permiso para ir a buscar a mi hermano Manuel a la escuela. Después, mi amiga Valentina vino a verme a la enfermería.

 

- Valentina, me quedaré un rato más en la escuela - Dije, tratando de ocultar mi preocupación - Aún no me siento bien.

 

- Me quedaré contigo - Dijo Valentina, sentándose en la silla junto a la camilla.

 

- No es necesario que te preocupes - Dije, intentando sonar tranquila - Estaré bien. Además, me dijiste que tenías que asistir al evento de tu hermana en la universidad.

 

- No me hagas esto, amiga - Dijo Valentina, con una expresión de preocupación en su rostro - No puedo dejarte sola en este momento.




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