Jasmine Fiore.
Mi cabeza comenzó a zumbar por el simple hecho de pensar en ello y tomarlo a consideración. No estaba preparada y por lo contrario me encontraba a mí misma perdida. ¿Qué podía hacer ahora?
Estaba yo, estaba mi hermano, estaba Angus y después estaba Dayana… pero había alguien más en nuestro grupo, aquella persona tabú… él.
Me iría en una semana y ese podría ser el tiempo adecuado para poder pensar en que haría, aunque las cosas no cambiarían mucho.
En fin, como decía Sam, el tiempo solucionaría las cosas… entonces, volví a concentrarme en la pequeña y bella muchacha de ojos turquesas que me veía con furia, brillante furia en el iris además de rastros de lágrimas en sus contornos delineados.
– Tú –grito y algunas chicas voltearon a vernos a la salida de su secundaria.
– Sí, yo, y no es forma de saludar a alguien mayor –me cruce de brazos y deje que mi cabello callera sobre mi hombro ocultando un lado de mi rostro por las personas que me veían curiosas.
– Por tu culpa –me ignoro y sonreí. Ella era una completa niña.
– ¿Por mi culpa qué?
– Sam termino conmigo ayer. Nosotros nos amábamos, ¿cómo pudiste?
– Si, lo suponía –suspire y volví a fijarme en ella, una bonita muñequita, el gusto de mi hermano era bueno– Él lucía más tranquilo hoy.
– ¿Cómo puedes?
– Sam menciono antes que discutieron, ¿eso fue mi culpa? –volví a preguntar y ella apretó la mandíbula.
– El estúpido de Sam dijo que no podía estar conmigo si es que yo seguía hablando de ti. Yo le dije que tenía un complejo de hermano y él dijo que era cierto así que mejor que no lo tentara pero nosotros nos amamos –el ritmo de su voz cambio – el amor con tu pareja debería de superar al amor con tus hermanos –comenzó a llorar después de su super rap.
– En conclusión dijiste que él era más apegado a mí que a ti, por eso él decidió terminar contigo–suspire por quinta vez– aun así, creo que deberías de saber esto. Sam y yo tenemos una relación mucho más profunda que los hermanos normales por eso es mejor no tocar ese tema, y si él termino contigo acéptalo porque no importa lo que hagas, no van a regresar por ti exactamente, tiene que ser una decisión suya. Sam dijo que eres una buena chica así que… es lo que espero ver.
– Eres cruel.
– Si él no puede explicarte nuestra relación entonces menos yo, aun si eso supone que no puedas entenderlo y él no pueda confiar en ti.
– No puedo creer que seas su hermana… –y me fui hasta estar completamente relajada al entrar al auto...
– No discutí con ella –aclare a Isy quien me esperaba dentro cuando emprendí mi retirada al griterío de obscenidades de la pequeña niña de los ojos turquesas.
– Entonces no provocaste esas lágrimas e hiciste un espectáculo.
– No fui yo –me encogí de hombros.
– Bien. Pero no importa, si no nos movemos entonces no llegaremos a la universidad a tiempo –piso a fondo y el auto se movió rápido– además, creo que era un poco celosa y mira, es nuestra canción –y puso a todo volumen "That´s what i like".
– No soy celosa y tú si sabes cómo distraerme Isy.
– Pero reina –rio ella después de cantar una estrofa– no busque nuevos enemigos, ellos siempre estarán pendientes de alguna debilidad suya.
– ¿Ella es una debilidad?
– Oh Jas, parece que no entiendes…
Sí, no lo entendía.
Baje el balón indignada y con fuerza lo tire a un costado del campo molesta porque simplemente no podía permanecer tranquila observando el espectáculo frente a mis ojos.
En la mañana apenas cantando nuestra canción y en la tarde estaba completamente enojada del espectáculo que te daba la vida al llegar al coliseo para entrenar.
Isabel y Manson besándose en un lugar extraño reproduciéndose de inicio a fin en la pantalla que había sobre el gimnasio del coliseo era indignante por lo que representaba, no por lo que habían hecho y después de aquello supe que si no me controlaba todo iba a terminar mal, realmente mal.
Respire rápido conteniendo mis manos en puños y cuando volví a levantar la mirada buscando alguna distracción todo lo que encontré fueron unos ojos plata que me observaban.
Una “yo” molesta significaban un montón de cosas, un montón de pesadillas y solo se lograba cuando mi cerebro se ponía a trabajar más rápido que en cualquier otro momento. Ya lo había deducido antes de darme cuenta de lo que iba a hacer.
La pantalla que había en el coliseo no solo se conectaba al coliseo en si sino también a las otras pantallas en los demás lugares del centro paraolímpico.
El centro paraolímpico, ahora mismo que estaba lleno de atletas que entrenaban en solitario muy a parte de sus entrenamientos regulares y por ello el hecho de que Isy estaba en pantalla con un chico al cual muchas personas conocían… y su hermano frente a mi observándome con obvia curiosidad para nada molesto de ver el video de su hermano, justo ahí hice algo tonto.