En el Foso

CAPITULO 10. Tú

En mi desesperada reunión con Isabel me había dado cuenta de un montón de cosas y otras de las que no quería ni enterarme, un ejemplo claro, ese tal Angus.

Isabel me había advertido que tratar de esos temas era como caminar en hielo, porque si bien podías resbalarte y dudar si estabas avanzando, cualquier movimiento en falso y tanto Jasmine como Angus se cerraban. No lo comprendía del todo porque era difícil de hacerlo pero en general, la idea de secretos me incomodo aunque ella no tenía nada que ver conmigo, cosa que continúe repitiéndome y evitó que me metiera de más en su vida, aparte de lo que estaba haciendo.

Isabel inclusive siendo su mejor amiga no sabía que era lo que ambos escondían. Eso me molesto más de lo que admití cuando desayune con Manson.

Por otra parte mi hermano menor estaba siendo tonto, revisando páginas de compras online, murmurando cosas como, “bonito color” o “demasiado atrevido”. Manson también me había contado que solía encontrarse con Jasmine casi todas las tardes antes de las 6 en un café que quedaba en el mismo centro de la ciudad. Él decía que ella amaba el capuchino de ese lugar y estaba ahí siempre, sin falta.

Entonces después de tratar de encontrarla después de que vimos su partido en la tv y percatarme de que Manson siempre la observaba a esa hora me sentía frustrado por la actitud de mi hermano, aunque si no hubiese sido por eso no me hubiera dado cuenta del hombre sospechoso que seguía a Jasmine y la esperaba hasta después de sus entrenamientos.

– Ya me acorde de donde la conocemos –había hablado Manson en la cena de la tarde del miércoles.

– ¿A quién? –había preguntado yo.

– A la hermosa Jasmine. Es que somos tan torpes –tecleo algo en su celular y después me lo mostro– Ella era Jasmine Fiore y es la capitana de la selección nacional de básquet, una especie de ídolo por ser una de las deportistas más guapas del mundo. Está en un ranquin, también la vimos el otro día en la tele, ¿te acuerdas?

– El otro día vimos su partido porque Isabel te aviso, porque no podías quedarte quieto solo viéndola en la tv y en su lugar me arrastraste –aunque no opuse mucha resistencia – a su universidad.

– No, era antes de eso, aquel día que peleamos en el Foso, en la mañana, ahí la vimos.

– Eso explica la enorme cantidad de fans que aparecieron en su partido –conjeture ajeno a lo que Manson decía pero él sonrió, ignorando por completo mi asombro.

– Si Isy no me hubiese avisado entonces no habríamos tenido una oportunidad de verla en shorts.

– Suenas desesperado Manson.

– E imagínatela modelando ropa de baño o lencería. Ella haría una fortuna –Manson me había ignorado.

Mi mente voló a aquel partido y me recordé a mí mismo que había pensado que ella lucia diferente en la vida real que en fotos o tv, era hermosa y me estaba consumiendo ese pensamiento, a parte, ella era fuerte de una manera en que no esperaba.

Normalmente conseguía placer fácilmente con las chicas cada vez que buscaba una salida pero desde que había conocido a la peligrosa chica de ojos dorados no había tenido necesidad de satisfacer a mi cuerpo con cualquiera porque cuando recordaba su pequeño cuerpo enredado con el mío en una dura pelea partes mías despertaban y pensaba constantemente en lo sensual que había sido. Por lo contrario, había estado más tiempo en el gimnasio eliminando y recordándola a ella entre mi cuerpo y... en el Foso solo eran visitas para tocar o pelear, ya no para pasar el rato.

Creo que momentáneamente había pensado en que podía vivir mi vida como lo hacia ella y entonces me había percatado que si continuaba de esa manera, sin buscarla, solo lograría que luciese más interesante en mi cabeza.

Aun así en su partido no había podido acercarme porque ahí estaba su novio y sus padres y todos se conocían y… me sentí enfermo.

De todas maneras como no podía sacarla de mi cabeza y como me entere de que se había ido a Argentina no tuve una mejor idea que seguirla.

Los días habían transcurrido y me encontraba en la oficina de administración de la universidad rellenando unos permisos que no eran necesarios pero yo no quería ser favorecido por ser hijo del dueño de la universidad así que seguía cada una de las reglas impuestas ciegamente, tratando de estar fuera de la mirada de padre.

– Entonces será una semana, joven Green –hablo la vieja Martha, una amiga que conozco desde pequeño y a la que a menudo solía acudir a por consejos. La administradora.

– Si Mar.

– Por un viaje a Argentina. Aquí dice que es para presenciar unos partidos de... ¿básquet? Eso es nuevo Landon –ella arqueo una ceja y me observo curiosa.

– Es una amiga que me tiene un poco preocupado.

– Amiga –repitió saboreando las palabras– eso me suena a que estas interesado en esa “amiga”.

– No realmente, solo preocupado.

– ¿Por qué exactamente?

– La han estado siguiendo y me preocupa eso –pero también quería verla.



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En el texto hay: muertes, secuestro, amor y aceptacion

Editado: 28.01.2019

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