En el Foso

CAPITULO 16. Aquella Noche

Sam Fiore.

Estaba sentado en el cuarto que nos habían brindado, cómodo y nada extravagante probablemente porque sabían que no teníamos cabeza para disfrutar de nada y solo habían hecho los típicos movimientos para las familias en los que sus hijos eran secuestrados.

Habían pasado tres días y cuatro noches. Me encontraba agotado.

Al inicio todo parecía irreal, no solo por el hecho de ser interrogados sino otro hecho a parte, el leer las cartas que le habían estado llegando a mi hermana fue devastador para mí y sentirme frustrado había sido la reacción que había predominado porque ella no me había comentado nada al respecto; de hecho, creo que Jasmine nunca me decía nada de nada.

Jasmine era una tonta, una completa tonta.

Recuerdo claramente el sentimiento de irritación y una cólera que no había vuelto a sentir después de esa ocasión, encerrarse en lo profundo de mi pecho y cavar hacia el exterior, buscando dejar heridas visibles.

El tipo que se las había enviado era un acosador lunático pero también era inteligente y por eso no habíamos podido dar con él aún, aunque claro, también había pistas como esa carta en donde hacía referencia a que se habían conocido en un partido. Buscamos las grabaciones de los partidos, buscamos entre los admiradores de mi hermana y después nos encontramos con que eran tantos que era difícil encontrar una salida, después tuve una idea, aunque no era algo con lo que se pudiese dar tan fácilmente y al parecer ellos también habían supuesto algo similar.

Habían buscado coincidencias en las facciones de los chicos en los videos y después los habían comparado con los que se encontraban en Argentina durante toda la semana pasada porque su investigación se había centrado en buscar entre sus pasaportes de viaje y también habían investigado a aquel muchacho desconocido que había rentado el auto con el que había secuestrado a mi hermana, pero su foto se había corrido por agua que el dueño del consorcio de alquiler nos dijo que había derramado de casualidad.

Maldita la suerte estando tan cerca.

Me sentía irritado de nuevo porque creía haber avanzado algo, mis papas se sentían igual, pero no había noticia alguna aun más que los datos del muchacho que había buscado bien un consorcio en donde no pidieran muchas condiciones para rentar un auto.

Mamá había envejecido diez años con todo ello, siempre tambaleándose y papá trataba de darle ánimos como si le diese medicamentos para continuar mientras que ocultaba su temor, cosa que cada vez le era más difícil. Ellos no querían hablar conmigo porque sabían que yo me sentiría peor si es que me hablaban de mi inutilidad recordándome que habían cosas que Jasmine me ocultaba, aunque no eran necesarios al parecer porque yo lo recordase por mi cuenta.

Había llamado a Angus después de ver todas sus llamadas perdidas y lo había escuchado histérico, claro, muy genial que ahora se preocupase por mi hermana, pero lo cierto era que no podía odiar a Angus como quería hacerlo.

– ¿Hay noticias? –pregunto él, al otro lado de la línea.

– No.

– La gente aquí está que se está volviendo loca. Están a la expectativa… yo, no puedo ir a allá, no ahora porque será sospechoso –soltó un suspiro– Aquí se ha publicado una foto en donde estamos comiendo los tres, pero no se ve tu cara Sam y... ya sabes cómo van estas cosas, ellos identificaron a Jasmine en la foto.

– ¿Justo ahora? –suspire cansado.

– La estación de policía dice que está llegando información sobre Jasmine, pero dicen que no es de mucha ayuda. Te llamare si sé algo más… o… espera, Gabriel sabe algo, me está llamando.

– ¿Quién es Gabriel? –pregunte y las ansias comenzaron a correr por mis venas, expectante.

– Mi mánayer, al que envié a investigar. Te llamaré dentro de un rato.

Fueron los cinco minutos más largos de mi vida y al parecer Gabriel no era el único con la información porque de repente la gente empezó a correr gritando órdenes por todo el lugar, algunas cosa que entendía y otras que no, pero después vi cómo se acercaban al hombre imponente que había estado recostado en la pared al otro lado de donde yo estaba y simplemente me centre en ello.

Él frunció el ceño y después dijo algo, entonces mi celular sonó de nuevo y Angus se escuchó como si hubiese corrido un maratón entero al otro lado de la línea.

– Llego una carta de un admirador, dice que Cam Zarah, un miembro del club de fans había dicho que viajaría a Argentina y que él le había regalado muchas fotos de ella misma y por eso los demás habían copiado la idea.

– Cam Zarah –repetí asociando de inmediato toda la culpa en él. Era un maldito…

– Eso es, Cam Zarah salió de viaje en el mismo avión que la selección nacional de… –esa fue toda mi confirmación por parte de los policías y volví a prestarle atención a Angus.



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En el texto hay: muertes, secuestro, amor y aceptacion

Editado: 28.01.2019

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