Jasmine Fiore
Tenía mariposas, malditas mariposas por el estómago y me sentía enferma, justo como antes de un partido.
Normalmente pasaba por etapas y esa era la preparación, el entrenamiento y una reunión breve con los miembros de mi equipo para hacer una oración y brindarnos apoyo moral antes de ingresar al campo de juego. Una vez en el campo hacíamos calentamiento y después tratábamos de votar los nervios ignorando los ojos que estaban atentos a nosotros.
Bueno, me había preparado y creo que había rezado también pero este sería un partido que lucharía sola y los nervios aun no desaparecían como cada vez que empezaba el partido. Aun no tenía en claro que se supone que iba a decir pero sabía que quería que sucediera.
Justo como lo predije ya que al señor Green le fascinaba la decoración tan al estilo del siglo XVIII, supe como seria esta fiesta de gala como las dos anteriores a las que había asistido. Fue literalmente bueno y como fue bueno yo…
De todas maneras me encontré observando a Landon y sentí como un peso que no sabía que estaba ahí se levantaba de mis hombros. Yo lo observe de nuevo contemplándolo en busca de heridas pero estaba bien y me permití pensar en cuanto tiempo hace que nos habíamos separado. Dos semanas, casi tres, unos días que habían parecido años pero él lucia bien, de hecho, lucia más que bien con su esmoquin y corbatín larga color plata resaltando sus ojos pero aparte de eso, justo cuando se me ocurrió saludarlo apareció una chica.
Ella había salido de entre todo el montón de gente y se había colgado de su brazo para susurrarle algo a su oído de manera cómplice. La mano de Landon tembló, aquella que sostenía una copa de cristal llena de líquido color ámbar por lo que inmediatamente pensé en que aquello lucia igual a cuando lo había conocido en el pozo.
– ¿Tú que dices? ¿Vamos a ver a Lahala? – pregunto sonriente y la agrietud subió por mi garganta como bilis.
Era su mejor amiga pero una mejor amiga no se pegaba de aquella manera a un chico, no con sus pechos aprisionando el brazo del hombre, no con ese escote, no con esa sonrisa.
Entonces la muchacha siguió la mirada de Landon que seguía en mí y de manera inconsciente me erguí como si deseara ser comparada con aquella chica en su brazo.
Eliza tenía un vestido dorado muy similar al mío y cuando se dio cuenta me vio con desapruebo torciendo su pequeña boca y luego levanto la mirada justo cuando Isabel se colocó delante mío molesta.
– Ni se te ocurra mirar de esa manera a Jasmine – hablo Isabel y ella cerro la boca.
– Pero bueno, si es Isabel Welklyn – hablo ella – y…
– Eliza, ella es Jasmine Fiore, la chica que me salvo la vida – hablo Landon y luego sus ojos giraron a mi hermano – ella es su mejor amiga y él es Sam – presento pero sus ojos siguieron en mi hermano cosa que me incomodo provocando que me pegara más a él.
– Si, los conozco aunque no personalmente a parte de Isabel – se rio Eliza.
– Lo que es una lástima.
– Oh no querida, puedo conocerlos – sonrió Eliza.
– Hablo de que es una lástima que nos conozcamos – se burló Isabel y yo también me reí a lo que ella me observo airada.
– Landon, comprendo que Isabel este aquí pero ellos – miro a Landon con cierta expresión que no pude descifrar para después dejar un suspiro a medias en sus labios – ¿Quieres que te deje a solas con ella? – pregunto Eliza pero antes de que Landon respondiera apareció Manson.
Manson fue como un remolino que corrió hacia Isabel levantándola sobre los brazos, provocando un hermoso giro de 360 y después la deposito en el suelo con un suave beso en los labios.
Yo no supe cómo reaccionar y ella también pareció desconcertada por lo que miro entre una mescla de desconcierto y profunda emoción por aquello. Isy quería sonreír pero no podía y cuando puso sus manos en el pecho de Manson, él sonrió y subió sus manos a acariciar la cara de mi mejor amiga.
– Hola de nuevo Isy – saludo y por primera vez en la vida de mi mejor amiga, se quedó sin palabras.
– Manson – hablo Landon con una pisca de desapruebo y su hermano suspiro.
– Bien. Oh, ola Jasmine, luces preciosa y Sam – sonrió Manson pero luego rodeo a Isabel con un brazo bajandola y con la otra saludo a una personas lejos de nosotros.
– Manson – hable de repente molesta entendiendo a media que lo hacía para que aquella personas lo vieran con Isabel y mi mejor amiga también se percató de ello. Él la estaba usando.
– ¿Qué crees que hacer Manson? – hablo ella molesta.
– Ahora te explico – suspiro y levanto la mirada serio – Necesitamos hablar – murmuro él y con la cara de decisión que puso ella tuvo que ceder.
– ¿Qué sucede? – susurro Sam a mi oído y yo negué con la cabeza.
– No tengo la menor idea.
– Volveré dentro de un rato, mientras tanto diviértanse – hablo Isabel y fue conducida por Manson a algún lugar dentro de la fiesta.