Manson Green
Ellos estaban hablando, había una distancia prudente entre ellos pero estaban más cerca de lo que alguna vez hubiera visto. Ella lo miraba con los ojos tan abiertos que yo pensaba que lucían como dos pepitas de oro en fina porcelana.
Mi hermano lucia feliz y centrado en ella, bueno, lucia de aquella manera y yo no tenía ni idea de lo que conversaban ambos pero lucia como si estuviesen hablando de sus secuestros.
Era tarde, muy tarde cuando vi el mensaje en mi celular y me obligue a dejar mi café para atender a Sam. Él había llegado.
La verdad es que no lo entendía, no entendía como era que el destino podía jugar de aquella manera con la vida de las personas, porque si ellos se habían vuelto a encontrar entonces era cosa de destino. Ya podía adivinar el motivo por el cual padre había decidido aceptar a Jasmine como nuevo miembro de nuestra familia despues de enterarse de todo.
– Sam –salude al hermano de Jasmine y él relajo su expresión cuando me vio tranquilo.
– ¿Cómo está? –pregunto y yo lo invite a pasar.
Madre nos observaba también al lado de la puerta y aunque había decidido no acercarse de todas maneras había optado por saludar solo con la mano a Sam y desaparecer al fin a su dormitorio.
– Fue una descompensación –explique.
– Bueno, ella no ha sido la misma últimamente –y Sam se detuvo cuando se dio cuenta de donde estaba y con quien permanecia su hermana.
Me entretuvo más la expresión de Sam que cualquier otra cosa y tuve que recordar que tan guapo era él con su cabello ondulado y sonrisa tierna.
Sam abrió ligeramente los labios y su mirada se tiño de extrañeza cuando observo a mi hermano con la suya, ambos tomados de las manos mientras que Landon acariciaba la cicatriz de la mano de Jasmine, tan absorto en ello, con tanto cariño en sus ojos que era facil de persibir.
Ella se habia hecho aquella cicatriz por él, y ella no lo odiaba, ambos amaban esa cicatriz.
Podía entenderlo, yo podía entender ese sentimiento.
Aleje mi mirada de Sam y contemple de nuevo a nuestros hermanos mientras que Jasmine acariciaba la cabeza de mi hermano, sonriéndole con tanto agradecimiento correspondiendo al cariño de mi hermano que me sentí feliz por ellos.
– Arreglaron las cosas –murmuro Sam.
– Si, llevaban hablando desde hace un buen rato –se hiso un cauto silencio y él volvió a hablar.
– ¿Están saliendo ahora?
– No estoy seguro, pero asumo que si –respondí.
– Entonces Landon es el novio de Jasmine, el primero... –Sam suspiro y sonrió parándose derecho, como si su mundo hubiese realmente cambiado, yo ya creía que lo había hecho– pensé que me pondría celoso cuando sucediera pero… estoy feliz, feliz de que ella al fin haya encontrado la felicidad de tener a un compañero, alguien quien te quiera proteger y mimar.
– Bueno, ella también es la primera novia de mi hermano –aporte– así que no sé cómo lo llevaran ellos.
– Supongo que teniendo tantas novias no puedes simplemente tener una como “primera”–se burló Sam y solté una risa fuerte. Sí, “tener novias” era típico de Landon pero…
– ¡Jasmine, tu hermano matara a Landon por tenerte como “novia”! –grite y ambos voltearon a vernos.
– Sam –sonrió Jasmine poniéndose de pie.
– Ola molestosa –Sam camino hacia ella y la rodeo con un fuerte abrazo elevándola unos centímetros del suelo– pensé que estarías en cama pero veo que estas bien, me he asustado por nada –y ella también sonrió.
– Bueno, yo no lo lamento –entonces se colocó de puntillas mientras que se paraba a susurrarle algo a lo oído de su hermano. Sam sonrió mostrando pequeños hoyuelos en la mejilla y me sorprendí por mis propios sentimientos confundidos en mi pecho.
Aún me gustaba aquel chico, eso era increíble de notar, pero ahora también estaba Isabel y ella lo había cambiado todo, y era de la misma chica de la que estaba enamorado el hermano de Jasmine.
Yo lo lamentaba por él, porque me seguía pareciendo lindo pero, no me iban las chicas, siempre había pensado eso y luego resulto que había una mujer que me ponía loco de solo pensar en ella, no como una distracción o un extraño deseo de poseerla, no como capricho sino como amor. Que ilógico resultaba la vida.
– ¿Son novios ahora? –le pregunte a Landon cuando se acercó a mí en vista de que Jasmine le prestaba su total atención a su hermano.
– Si –él sonrió, sonrió de verdad respondiendo tan alegre que su sonrisa se me pego en la cara.
– ¿Quién eres y que has hecho con mi hermano de “no traigas chicas a la casa”? –Landon sonrió aún más y coloco una mano sobre mi hombro desconcertándome.
– Lo se… pero así son las cosas. No podía ocultar más que Jasmine me gustaba desde hace mucho. Ella es adorable…
– Si, supongo.