En el Más Allá

Capítulo 8: Un techo extraño

Luego de perder a mi amigo Leriel, siento caí lo más bajo, han pasado cuatro años y aún lo extraño, a veces he pensado que solo fue un sueño, aunque siempre lo ví allí, también me aparecía en mi vida, real, me apoyaba con su hermosa luz que siempre me entregaba.

Lo peor es que las sombras siguieron apareciendo, estoy seguro que él me ayudaba para mantenerlos a raya, pero esto, ya no me importaba realmente, su acoso me daba igual, las pesadillas no hicieron nada más que empeorar, el hombre del traje siguió persiguiendo, solo que ahora me lograba atrapar, sin poder defenderme me ha golpeado, cuando despierto, tengo sus marcas, los moretones y todos los daños externos e internos que me producía.

Una curiosidad, es que el hombre que me llevaba al colegio, no pudo seguir trabajando en este rubro, pues los padres no permitieron que éste siguiera ya que sus hijos acusaron que se puso a gritar histéricos, los niños se asustaron y no quisieron seguir usando el transporte, la peor parte es que los pocos padres que aún confiaban en él y no cortaron su servicio, lo hicieron de todos modos, un día cuando realizaba el recorrido atropella a un bebé de dos años, cuando una madre recibió a su hijo, su nene salió caminando para recibir a su hermano mayor, lamentablemente el niño se cayó debajo de la camioneta, cuando el chofer retrocedió, le aplastó la cabeza al niño. Lo que le produjo una condena de cárcel, el primogénito de él, trató de continuar el trabajo, era un joven muy simpático, alegre,  decían que era demasiado cariñoso. Tenía una manía de molestar a los conocidos en la calle, al punto que casi atropella a más de una persona por sus distracciones, su destino fue caer en la cárcel, pero no por chocará alguien, sino que fue demandado por pedofilia.

Por qué cuento esto?, se preguntarán, es que todo esto comenzó a ocurrir luego que peleara con él, ese día, lo curioso es que nunca tuvo tiempo para que sea acusado, incluso cuando llegó a sus oídos, al ser pasado de boca en boca, que todo era mi culpa, su reacción fue:

  • Esto debe ser una estupidez - dijo riendo - Anthony es una desgracia, pero no para ese punto, es solo viejo ridículo que no sabe acaso con quien pelear.

De hecho, siento que si no hubiera peleado con él ese día, es posible que siguiera ofreciendo el servicio de transporte escolar, pero esto, me da lo mismo,. que le haya ocurrido, no es mi asunto, incluso, me siento alegre por no tener que lidiar con su carácter tan de mierda que debía aguantar por parte de él, punto para Anthony.

Al menos dejé de ser cuidado por esa horrible anciana Mariana, luego que golpeara a su nieto, ya que este me pasaba atacando, llegué al punto que no aguante, pues me golpeó con una silla en la cabeza, para luego escupirme cuando estaba en el suelo, así que lo molí a golpes y dijo que no quería cuidarme más, esto lo dijo luego de todas las veces que me pasaba golpeando las piernas con sus bastones, cuando le pegué, rompió una en mis piernas, esto no les importó, pero sí, el que no fuera ser cuidado, les insistí que podía cuidarme solo en la casa, pues sabía hasta hacer el almuerzo, con esto, pude ya por fín cuidarme por mi mismo, fue tranquilizador.

Cuando tenía los diez años, me dí cuenta de algo, que de un momento a otro Adrían había desaparecido, luego me enteré que lo había cambiado de escuela, fue divertido para mí saberlo y enterarme que había pasado un año desde eso.

Cuando le hablé a Laura sobre lo que ocurrió a nuestra amiga, ella lloró, por lo menos estábamos solos, pues no pude resistirme a eso, no me arrepiento, pues desde ese momento, comencé a hablar seguidamente con ella, comenzó con un saludo cuando nos topamos en el patio del recreo, hasta el día que la ví sola y comencé a conversar. Creo que con tantos años, es patético, pues seguimos recordándola juntos, es triste, pero recordarla, me duele aún, es una herida que aún me quema por dentro, lo peor es que en ciertas noches, la escucho hablar o dispuesto con su voz diciendo su nombre, no le he contado de esto nadie, quizás a quien podría, sería Laura.

En los estudios me sigue yendo mal, pero sigo sin tener amigos en mi curso, lo máximo, sería un compañero que me habla de vez en cuando, es algo agradable, pero no me fío de él, tiene un aire desagradable, aún así, si me habla, le respondo.

Verónica quedó embarazada, por lo cual voy a tener un hermano o hermana, quisiera tener una hermanita, curiosamente, a pesar que vienen de las personas que más me joden la vida, realmente estoy interesado en que nazca, de hecho todo el mundo quiere que pase, incluso Joaquín está alegre, a tal punto que incluso, llega a ser simpático conmigo, a esta altura, me da igual, sigue siendo más agradable al trato que me tenían acostumbrado.

Todo lo que les he contado hasta ahora, es lo que escribo en un cuaderno, como un registro de mi vida, para creer que realmente no estoy loco, sombras, voces tanto dentro como fuera de mi cabeza, extraños ruidos que me aparecen en la soledad, tengo claro, no es normal. He leído un poco libros de psicología, para investigar qué significa todo lo que me ocurre, se le conoce como esquizofrenia, una enfermedad mental, sé que es verdad todo esto, pero no tengo pruebas de que ocurre. Las personas, profesores e incluso compañeros curiosos me preguntan qué ocurre conmigo a causa de hablar poco o nada con las personas, me tratan de autista, el cual sería otro sobrenombre a los cientos que me tienen, pero extrañamente es el único que no me molesta tanto, ya que con este no reaccionó tan agresivo como con los otros, esto me recuerda en una ocasión me golpearon entre cuatro al defenderme de uno que me fué a molestar, el Bully del curso, un tipo llamado Johnny, moreno, alto corpulento que se dedica a hacer ejercicio como enfermo, le gusta compararse siempre conmigo, esto se viene a partir  de otro suceso previo, donde me molestó, me pilló muy enojado, por lo cual le dí un puñetazo en la cara con tal fuerza le rompí la nariz y lo mandé a volar alrededor de dos metros, en vez de defenderse lo único que conseguí fue que invoqué a un psicópata, este tipo tenía un amigo llamado Gustavo, que siempre estaban juntos, parecían la pareja del gordo y el flaco, Gustavo era un joven gordo con cara regordeta, pero que tenía cara de alguien degenerado, aunque no estaba muy lejo de la verdad, ya que tenía la costumbre de subir la falda a las compañeras, cuando era acusado se ponía a hacer berrinche hasta el punto de llorar y patalear, tenía la costumbre de decir malas palabras, groserías e insultos que principalmente iba dirigido a la madre de uno, en mi caso no tenía ganas de defender a la mía, a dónde quiero llegar, es que siemrpe me iba a molestar o atacar por la espalda, muchas veces iba caminando cuando pasaba detrás me pegaba un combo en la nuca o en sien muchas veces, cuando me volteaba a recriminar y enfrentarme, siempre estaba con sus amigos que eran más altos que yo, haciendo que enfrentarme a ellos sería ser golpeado otra vez, aún así no me podía evitar gritarles.



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En el texto hay: fantasia, drama, suspenso

Editado: 04.05.2024

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