Abrí los ojos, tras un extraño sueño, el más raro que he tenido en mis veinticinco años de vida, miré a mi lado, grande fue mi sorpresa el no ver a Naoko, seguí su ejemplo y me levanté de inmediato guardé el futón donde dormía y salí al jardín de la casa, para lavarme el rostro y el resto del cuerpo, aunque estaba fría, esto no causaba ningún problema en mí, de hecho sentía liberarme de un gran peso, pero no fue suficiente, pues aún tenía clavado en mi mente aquellas extrañas imágenes que se me presentaron mientras dormía, traté de relajarme manteniendo la cabeza por más tiempo del acostumbrado en la fría agua, sin resultado alguno, antes de levantarme, mientras estaba inclinado puse la mano en el suelo y apreté la tierra, sintiendo su esencia entre mis dedos, algo que ayer mismo había sentido, pero que a su vez mi mente me decía que fueron años sin tocarla tan fresca y viva, luego de lavar las manos, me devolví a la casa, ya que debía tomar desayuno con mi amada esposa, pero no entré de inmediato, pues me puse a contemplar como diariamente hacía aquellos árboles de cerezo con los cuales crecí, sentí por un momento el paso del tiempo, verme jugando, tratando de escalar aquel imponente y majestuoso árbol, me concentré un momento y respiré profundamente, sintiendo toda la frescura primaveral en mi interior, el día estaba claro, a pesar que el sol aún no salía, ví algunas mariposas naranjas que volaban entre las flores que cuidabamos, más allá el altar de los dioses que nos protegían y regalaban sus bendiciones, sentí un movimiento a mis espaldas, pero al no sentir una mala intención, me mantuve tranquilo.
Me volteé para presenciar su belleza tan radiante, le di una sonrisa que me devolvió.
Tiró de mí, a lo cual no ofrecí ninguna resistencia, me guió a la sala principal, donde sirvió nuestro desayuno. Aquí le expliqué el extraño sueño que tuve:
Era un niño que vivía con unos terribles padres,que se destacaba el maltrato injustificado, todo habitado en un mundo totalmente distinto al nuestro, la gente vestía por lo general en varias piezas de ropa, había líneas en el cielo que colgaban de pilares de piedra, las personas perdieron el respeto por ellos y entre ellos, la tierra estaba oculta bajo un suelo gris, de hecho, el mundo entero había perdido el color natural.
Mientras contaba, un desagrado recorría por mi garganta, con un fuerte deseo por vomitar a medida que recordaba.
Continué: las casas eran pequeñas y por algunas excepciones, no había lugar alguno para trabajar y cuidar la tierra, la naturaleza moría, sentía el aullido de dolor de los árboles, las plantas y los propios animales que a veces rondaban, los cuales estaban desnutridos, un mundo donde se perdió el respeto por los dioses y la naturaleza misma, además que constantemente rodeados de insectos, es muy deprimente ver aquella visión, y aún no cuento de las carrozas metálicas que no necesitan ningún caballero para que te lleven de un lugar a otro o los pájaros gigantes que vuelan, estos siendo lo que me causaban mayor desagrado, pues sentía muchas almas que viajaban, pero no la del pájaro en sí, es como que fuera un cadáver volador. Tome una pausa. Las personas pasaban mirando una pintura que se movía constantemente, frente a ellas se perdían y no hacían nada más que eso, incluso por horas El aire era desagradable, había un aroma a humo constante, el cual en ciertos lugares podían ahogar a uno, el cielo totalmente opaco y la gran cantidad de ruido que inundaba en todos lados, no existía espacio donde se pudiera oír el sonido del mundo, solo gritos y el ruido que producían las carrozas metálicas, lo que llegaban a ser muy ensordecedores, era un mundo en el cual se olvidó que era vivir.
Me quedó mirando perpleja luego que terminé mi relato y mantuvo el silencio por unos instantes, se acercó a mí y me tomó la mano con ternura, en ese instante descubrí que estaba tiritando con los puños apretados, con su tacto pude tranquilizarme.
De inmediato cambiamos de tema y terminamos de comer tranquilos.
El tiempo es muy tranquilo mientras estoy en casa, compartir una vida en pareja con la personas que amas, puede considerarse la felicidad plena, los días son tranquilos y bellos, sin importar la época en la que se encuentra, distintas a su manera e importantes en el flujo de la vida misma.
Los días los paso por lo general en una gran cantidad de tiempo entrenando, ya que mi trabajo requiere que tenga un excelente condición física, mental y espiritual, a pesar que Naoko me ayuda en esta labor, siempre tendremos un momento para estar juntos y compartir como es debido.
Aunque existen personas con mejores capacidades que ella, con las cuales podría mejorar a una mayor velocidad, prefiero compartir con mi esposa, a la cual le entregó y confío mi vida, he de admirar el temple de ella al arrojarme los cuchillos que debo detener en el aire, los cuales lanza directo a mí, ya que al menos yo, no podría hacer lo mismo a la inversa, o las prácticas de esgrima, aportando el peso a los barriles de agua que debo levantar usando una cuerda como polea, además es quién más me ha salvado la vida, en muchas ocasiones al estar bajo la cascada, esta fue mayor y a mi resistencia, teniendo que ir a buscarme río abajo o cuando soportaba kilos de nieve encima cuando estaba semi desnudo.
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Editado: 12.11.2024