Capítulo 14: Lo estoy disfrutando.
Cuando llegué a la casa, milagrosamente estaba vacía, por lo cual pude entrar directo a mi habitación, donde caí dormido con gran facilidad. De inmediato llegué al jardín.
- Al menos estás descansado - dijo Gabrielle - este día fue terrible.
- Totalmente, deseo que llegue la noche rápido y ver a Valeria - comenté - aunque me inquieta saber si podré dormir esta noche.
- Eso vamos a averiguarlo - comentó - ya que durante el día estuve ocupado, pues estaba viendo el asunto de esa mosca.
- Averiguaste algo ? - comenté ansioso.
- Pues que no puedo encontrar nada - exclamó - no la encuentro físicamente, eso quiere decir que no está dentro de su cabeza.
- Pero yo la escucho, la siento caminar en mi interior - exclamé - no tiene sentido.
- Existe un aposibilidad ante esa situación - comentó - o varias.
- He visto en mis recuerdos - comenté - he analizado lo vivido, puedo suponer que hablas de otro plano, ¿cierto?
- Así es - respondió - un plano que se alcanza entre los sueños y estás despierto, ahora no puedes estár dentro, ya que duermes profundamente.
- Cuando estoy despierto es imposible - respondí - no me encuentro en dicho plano tampoco, eso quiere decir que debe ocurrir algo que permita estar en el plano intermedio.
- Tienes toda la razón - comentó - pero qué será, ahora estas durmiendo y no tienes problemas para estar aquí.
- Eso quiere decir que quizás vaya a afectar durante las noches - analicé - también puede ser en la oscuridad o ambos.
- Sea lo que sea, a la noche vamos a averiguarlo - dijo - por mientras hasta que tu cuerpo descanse un tanto para que puedas dormir bien a la noche, vé a meditar.
- Tienes razón - respondí - trataré de enfocarme en el fuego.
- primero enfocate en tu control mental - comentó - en canalizar por completo, incluso en el plano terrenal.
- Si lo dices es por algo - concluí.
Pasé todo lo que quedó de sueño meditando y concentrando mi mente, relajandola para enfocar mi energía, reuniendo más y poder usarla a mi gusto. No sé cuánto tiempo pasó, pero poco o nada pude avanzar, de acuerdo a Gabrielle, debo poder crear una esfera de energía en mis manos, la cual será un blanco transparente, que luego dependiendo la afinidad que posea, se pondrá de un color distinto, pero primero la esfera, hasta el momento solo hice una pequeña, del porte de mis manos.
- Veo que estás a punto de despertar - comentó - lo mejor sería que practicarás con tu cuerpo físico esto, lo cual puede ser más perjudicial.
- Entendido - concluí - vuelvo aquí a penas de las once de la noche.
Frente a mí apareció la cama, levanté la mirada, comprobé que aún estaba de día, pero con el cielo más anaranjado, «deben ser como las siete de la tarde, debí dormir cinco horas.»
- Aun tengo sueño - dije bostezando - pero debo guardar sueño para la noche.
Me levanté de mi cama, sentí el peso sobre mis pies, estaba con el cuerpo cortado, me costaba avanzar, pero hacía lo que podía hacerlo.
Aproveché de cenar temprano, antes que volvieran a castigarme por cualquier estupidez que se le ocurra.
Hice las tareas que me fueron solicitadas, eran materias fáciles, matemáticas e historia, luego me dediqué a ver un catalogo de guitarras, luego de conocer la música clásica desee a toda costa aprender a tocarla, siendo este instrumento el de mi elección.
Además esto me permitió a distraer la mente mientras escuchaba a los otros dos hablar sus extraños temas, que por lo visto Joaquín tiene dos hijos más aparte de mí y aquel que viene en camino, uno siendo mayor que yo y el otro menor, osea que engañó a Verónica con la misma mujer con la cual tuvo el primer hijo.
- Me doy cuenta que la cagaste totalmente - comentó en silencio Verónica - pero han tenido una vida bastante miserable, podrías traerlos a vivir a la casa con nosotros.
- Estás loca - exclamó Joaquín - que ella se encargue de ellos, a mi no me interesan.
- Pero son niños, podríamos darles una buena vida - alegó - hay que ayudarlos.
- Ya tenemos uno- exclamó - nos salio con fallas pero ya es una responsabilidad. Luego vendrá este bebé, que será otra boca que alimentar.
«Que tiernos son para hablar de mí(?)», aunque al final de todo, no me importaba que dijeran eso, ya no sentía nada por ellos, en este mundo no recibo amor por parte de padres, en el otro sí y debo volver a toda costa.
Luego de una tarde que se estaba volviendo larga, además de escuchar esa ridícula conversación, realmente a mí me da igual esas personas, los hijos de Joaquín, me era indiferente lo que a ellos les pasara.
Tras todo eso, al fin pude retomar el sueño, apague las luces y cerré los ojos, cuando el sueño estaba llegando, el zumbido de esa maldita mosca apareció. Me levanté prendí la luz, tapé todo rastro de brillo que emitiera hacia fuera de la habitación, volví a dormir.
Cuando estaba entrando al sueño, comencé a sentir un crujido en mi oído, el cual se detuvo de imprevisto, regresando al jardín otra vez.
- Veo que descubriste el punto - me recibió Gabrielle - tu perspicacia está mejorando.
- He estado compartiendo tu mente y la de Kenshin - respondí - su forma de ver y pensar las situaciones las he asimilado.
- Eso es aprender - contestó - lo asimilas y se convierte en parte de tí.
- Me parece muy bien - respondí - quiero aprender y siendo un niño no iba a llegar muy lejos en este camino, el cuerpo luego vendrá.
- Vas a bajar de peso, cierto? - preguntó intrigado - pues veo que poco haces y cada vez se te da peor moverte.
- Es mi deseo, pero por algún motivo no puedo,eso me preocupa. - comente - pero ahora ya estoy aquí y tengo que hacer algo.
- Tienes razón, vamos - dijo.
Así fuí en la búsqueda de Valeria.