Capítulo 19: Nuevos planes
Me aferro a mi brazo diseccionado con un corte totalmente limpio, era posible ver el hueso, junto a la carne, mientras la sangre se caía como una cascada y se desparramaba por todo el suelo, esto realmente duele como los mil demonios, mi respiración es apretada, me cuesta mucho conseguir el aliento, en verdad no puedo parar de quejarme y retorcerme en el suelo, a pesar que no era el único daño que tenía, pues sufrí golpes en estómago y el golpe en la cabeza, pero esto estaba a otro nivel.
- Ayudenme por favor - ordenó Lamec angustiado - tenemos que curarlo de inmediato, ponganle su brazo primero, pierde mucha sangre.
Me tenía rodeado por sus brazos, con un pié en el suelo
De inmediato varios vampiros se aproximaron, me levantaron en el aire, posiblemente usando algún poder que posean, ya que me sentía como si estuviera sobre la seda más blanda, estaba mejorando hasta que uno de ellos me enterró sus garras en el brazo, escuché el sonido de mi carne siendo perforada, pero a su vez la extremidad se durmió y el dolor se detuvo por completo aquí.
- Eso fue una completa mierda - gritó Lamec enojado - no puede ser , un minuto que llego tarde y él habría sido…
- Tranquilo querido - dijo la muchacha con aprehensión - debes mantener la calma, pudiste salvarlo, es lo importante.
Luego mi estómago explotó en dolor,otra vez volví a quejarme, junto a la cabeza, de las cuales no sabía cual era peor.
- Las costillas del niño están pulverizadas - dijo un vampiro con voz grave - debemos curarlas rápido.
- Sr Robert, una el hueso y aprietelo por favor - dijo el vampiro que me curaba principalmente - le reestructuró la caja toráxica.
- Como diga joven Benjamin - respondió ´- yo me encargo.
A mi lado Lamec temblaba, sus ojos se tornaban rojos, igual que si estuvieran inyectados en sangre cada vez más, hasta que al final irradiaban un rojo escarlata que fulminaba todo a su paso, apretaba sus puños, no se calmó hasta que de un golpe reventó una casa que estaba junto a él, esta se desarmó al tacto.
- Querido, no es normal en tí toda esta furia - comentó la muchacha - debe ocurrirle algo más, cuéntamelo por favor.
Se quedó un momento en silencio mientras se recompone.
- Estaba un demonio - exclamó - uno como nunca antes había visto antes, su presencia era abismal, inefable, totalmente fuera de contexto.
- Que tenía de diferente? - dijo intrigada - ya nos hemos encontrado con demonios antes, son seres que puedes vencer, como al duque.
se tocó la cicatriz, sus ojos volvieron a ser dorados.
- Si, tienes razón - respondió - pero aunque sean más débiles que yo, sabes que son seres de temer y lo pagué la última vez, siendo una experiencia que marcó mi ser.
La joven estiró sus brazos y tocó su rostro con ternura.
- No importa eso ya - respondió - sigues siendo tan o más hermoso de la primera vez que te ví, mi amor.
«Así que ella es su pareja», pensé tratando de desviar mi atención
- Tienes razón, ese tema acabó - comentó - este demonio está varios escalones por encima de ese tarado, posee una presencia tan asquerosa y repulsiva, que logra incluso alterarme por completo.
- Es un enemigo temible por lo que describes - comentó - aunque estoy segura que es alguien a quien podrás superar.
Guardó silencio por unos segundos.
- No puedo asegurarlo - dijo con preocupación - no es alguien con quien pueda manejar, su esencia es una oscuridad y maldad como pocas veces he llegado a sentir, solo superado por alguno de los grandes, su deseo por dañar, llegó a sentirme muy incómodo, incluso luego de alejarme de él, sentía ese desagrado.
- De acuerdo, puedo intuir que es alguien horrible - comentó la joven.
- Pero no es todo - dijo sombríamente - cuando llegué ante él, me acerqué usando mi mayor velocidad, pero él se percató de mí, me entregó el brazo y de paso, me hizo.
Abrió su abrigo, mostrando su camisa blanca, la cual estaba manchada con sangre, en la parte del pecho, a pesar que él se había regenerado, logró botar un tanto.
- Pero amor….. - dijo su pareja exaltada - tu pecho, pero como…
- Es muy rápido - concluyó.
Luego sentí como abrían mi estomago, el cual era rajado con una escalofriante facilidad, pero dejaba de doler inmediato, aunque sentí como tocaban mis órganos y ordenaban mis huesos como si de un juguete se tratara. Mientras aquel que se llamaba Bermitt inspeccionaba mi cabeza con delicadeza.
- Su cráneo está partido en dos - exclamó -
- Muy bien, yo me encargo ahora - concluyó Benjamín - concéntrense en las costillas, mientras me encargo de la cabeza.
Comencé a sentir como los tendones se unían, cada uno era una fuerte vibración que recorría mi cuerpo con dolor, el hueso comenzaba a soldarse con un radiante calor palpitante, lo mismo sentí luego en la cabeza.
No me había percatado cuando terminaron, hasta que toqué el suelo.
- Al fin has terminado Benjamín - dijo Lamec más tranquilo - a sido un trabajo muy rápido y como siempre eficiente, tienes mis felicitacio
- Mi señor, es lo mínimo que podía hacer por el joven Anthony
- Señorito Anthony, beba esto por favor - dijo el hombre pasándome una copa - por favor bebalo rápido.
Dentro tenía un líquido espeso y rojo.
- De acuerdo, ningún problema - la tome - ¿qué es y para qué?
Comencé a beberlo, mientras escuchaba la respuesta.
- Es la sagrada sangre de mi señor Lamec - dijo tranquilo - le sirvirá para desintoxicarlo del veneno, que le puse en su cuerpo.
Lo miré abriendo los ojos como platos, mientras sentía el calor de la sangre por mi garganta, el cual debo aceptar que sabía muy bien.