En el Más Allá

Capítulo 22: Actos Rebeldes

 

Al llegar donde el grupo, Lamec estaba pensativo, tras contarle lo ocurrido con este demonio, el volver a verlo tan seguido, no era buena señal.

  • No comprendo, la última vez que lo ví, te dañó seriamente - exclamó Lamec molesto - ahora te lastima, pero no te deja marcado, que pretende ¿es alguna clase de tortura?.
  • Eso tendría sentido - comentó Gabrielle - no logro comprender, como lo hace, es en un momento, cuando entra en el mundo.
  • En esos momento quedó expuesto ante él - dije - pues si ni siquiera Lamec se ha percatado de una desaparición, que será.
  • Creo que lo hablaré con mi Padre - comentó Lamec - él debe saber algo al respecto.
  • Te lo agradecería - dije.

Cuando llegamos, pude ver como había una cierta agitación entre el grupo.

  • Ocurre algo - dije extrañado - que pasa

Pero nadie me prestó atención.

  • Vuelves a decir eso y pateare el culo yo mismo - gritó Rodrick - una sola vez y te las verás conmigo.
  • Pero qué pasa, antes solías ser más agresivo - exclamó Camilo - ahora estás agarrado de sus testículos, como una vil perra.
  • Que le acabas de decir a Rodrick, imbécil - dijo Joseph molesto.
  • Uff, por favor, dejen de rascarse el culo entre ustedes - dijo burlista.
  • Se puede saber que estás haciendo - grité furioso - que estás haciendo, Camilo.
  • Y como sabes que fui yo - respondió - es porque a diferencia de ellos, yo no te chupo el pene, quieres una lamida.
  • Veo que estás altanero - comenté - espero que tengas un buen motivo.
  • ME tienes aburrido - respondió - solo tienes doce años, eres el menor del grupo y te siguen, a tí, un enano debilucho, deberían seguir a alguien más fuerte, no un mentecato como tú.
  • Y quién dices que podría guiarnos - comenté burlista - tu serías.
  • Soy más fuerte que tú - respondió - y sin usar tu fueguito o algo por el estilo.
  • Ven por mí, si me vences te quedas con el grupo - le ofrecí - si gano, te vas a la mierda, en caso que vuelvas, te daremos una paliza mortal.
  • Me parece muy bien - respondió feliz - ven que te haré mi perra.

No le aparté la vista, tenía un aura amenazante, el resto del grupo nos miraba atentos, mientras se apartaban.

  • Te doy una oportunidad - comenté - no debemos llegar a esto.
  • Lo sabía, eres un marica - gritó a carcajadas.
  • «Yo lo voy a matar, estos tipos suelen ser un inconveniente, lo cual es ahora, sino lo acabo ahora a futuro puede ser algo más que un problema, incluso una amenaza», comentó Lamec en la mente.
  • «Yo me encargo» - comenté en la mente - «Seré cuidadoso».
  • He conocido a otros que son más poderosos aún - exclamó alegre - tu sol eres una simple basura, estúpido.

Di un salto hacia él, dándole un rodillazo en la barbilla, pude ver la sangre saltar en todas las direcciones, luego lo remató  con un combo en la cara.

A diferencia de lo que creí, este se mantuvo de pie, solo que me miraba con la cara deformada totalmente ensangrentada.

  • Me has pillado por sorpresa - exclamó no volverá a pasar.

Dió un puñetazo muy abierto, decidí probar su fuerza, a lo cual lo frené con el ante brazo izquierdo, me sorprendí al conocer la presión que me generaba su impacto.

«Este no es el mismo Camilo de siempre, hay algo raro», pensé intrigado.

Me comenzó a llover una serie de golpes.

«Si me impacta uno, estaré en problemas, qué hizo para aumentar tanto su fuerza...»

«Voy a interferir, ese tipo no es normal», dijo Lamec - «le rodea una energía que antes no tenía, una muy extraña, de hecho tiene más fuerza bruta sobre humana que tú, si te daña, lo mataré al instante».

Me lanzó un golpe que sujeté con ambos brazos, escuché un crujido, me hizo retroceder un metro, igual a ver sido empujado, sentí un pequeño calambre en los brazos al levantar la vista, continuaba su arremetida, recordando los movimientos que tantas veces hice, en aquella vida, no peleaba de frente, sino a partir de los movimientos de otros.

Me moví a mi izquierda, le pateé el talón, mientras daba el paso hacia mí, inevitablemente, este cayó al suelo. Me pilló por sorpresa sujetándome el pie, de un tirón me caí de espaldas, pero con una voltereta hacia atrás me volví a levantar.

  • Veo que mis puños te lastiman - exclamó burlista - admitelo perra, serás mía.

Comencé a respirar, tal cual lo recordaba, sintiendo lo mismo que hacia KEnshin, sintiendo como la energía de mi cuerpo aumentaba, «es esto justo, no tiene estas  capacidad, aún así perder contr él sería deshonroso, ¿pero cuanto podria conservar si no pelee en iguales condiciones?». Se levantó, para volver a arremeter contra mí, comencé a evitar los roces, pues cada uno me causaba entumecimientos en la zona.

Le di un golpe en el estómago, el cual le hizo caer de rodillas mientras se apretaba, sentí mi puño entumecido, como si me hubiera dado la corriente.

«Esto no es normal, no tiene sentido», pensé extrañado.

  • «Anthony, usa tu kinesis» - me dijo Gabrielle - «él está usando la suya»
  • «Gabrielle tiene razón, esa estática que sientes, la provoca» - comentó Lamec.

«Ese maldito, lo destrozaré», pensé molesto.

Me lanzó un puñetazo, sus golpes eran muy lentos, al ser predecibles, los esquivaba fácilmente, me agaché y le dí un uppercut en la barbilla, este cayó de espaldas, estrellándose en el suelo pesadamente. Desde ahí comienza a reírse sonoramente.

  • Eres muy divertido - comentó - tus puños no hacen daño, en cambio los míos, te han conmocionado, esa es mi fuerza.

Se levantó tambaleando.

  • Solo estoy jugando - respondí - pero si quieres, ahora te voy a aplastar.

Volvió a abalanzarse, pude ver como su puño brillaba emitiendo chispas.

  • Deja de pelear con Anthony - gritó Anderson - detente, por favor, es necesario hacer esto realmente.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.