En el Más Allá

Capitulo 30: Desconcierto

Ya va más de medio día del domingo, no he podido comunicarme con Marcela, quisiera saber si está bien, desde ayer que tuve un desagradable presentimiento, ahora que tuve un viaje al inframundo o donde sea que están esos seres. Tuve esta maldición. ¿Pero será verdad?, ¿cómo debería reaccionar ante esta situación? me he cuestionado por completo todo, tengo miedo y temo que ella vaya a pasarle algo malo por estar a mi lado. 

Ya fue afectado terriblemente alguien que era más importante de lo que creía: Lemek, siempre le tuve estima, pero ahora, tengo un cariño que nunca había sentido por alguien, quiero que esté bien, quiero ayudarle, pero no se como…

  • Maldita sea - exclamé molesto - no tengo nada… ha pasado poco tiempo, pero para él, el tiempo va en reversa, no puedo simplemente tirarme a hacer nada.

Me costaba plantearme bien las ideas, que hacer, cómo pensar, era todo un lío.

Además no recibí ni una llamada de ella.

Cómo habrá estado Valeria, que es la más solitaria...

¿Qué pasará con el grupo, como estarán Rodrick, Joseph, Mario, Boris y Felix?...

En verdad, ya me estoy preocupando por ellos, creo que haré algo esta noche, para que no haya más problemas de tener dos lugares.

El tiempo pasaba desesperadamente lento, las cinco, cinco y media, diez para las seis, cinco para las seis,unos para las seis.

Trataba de hacer la mayor cantidad de tareas, pero cuando miraba el reloj, no había transcurrido nada de tiempo, era horrible.

  • Laura,debería llamarla - exclamé, alegre - pero no tengo su número telefónico, creo que tendré que pedirlo próximamente.

Era frustrante, solo deseaba que terminara el día.

Cuando dieron las seis y media, llegó Verónica a la casa, quien nunca regresó tras su pataleta el día anterior. Cuando Joaquín le preguntó dónde estaba, pues se preocupaba de cómo estaba, esta se enojó, casi armó un escándalo, pues despertó a Anastasia. Su respuesta se basó solo en: “Salí con unas amigas y ellas me entendieron”.

Preferí no salir de mi habitación, pues si me la encontraba, iba a gritar más, ya tenía problemas, como para soportar en directo alguna de sus cosas.

Cada vez que pasaba fuera de mi habitación, ella exclamaba que eran tan buenas sus amigas, pues ellas si aceptaban las cosas que ella les decía y entregaba, la encontraban tan inteligentes y los hijos de esta, decían lo mismo.

No se cuanto tiempo estuvo de esa forma, pero ya casi me llegaba a doler la cabeza, el que repita todo momento eso, luego comenzó a decir indirectas, como que es desagradable tener un hijo que no te aprecia. 

«Bueno, también es terrible tener una madre que no te aprecia a ti », pensé en respuesta.

Me puse a tocar guitarra, así comencé a relajarme de todo, estaba aprendiendo un tema de Grunge, era de una banda llamada nirvana, la pude escuchar cuando puse la radio, cuando estuve la última vez con el tío Laberto, de las escasas oportunidades, pues nunca me han permitido usar la radio de la casa. Quien me buscó la tablatura de guitarra y me imprimió para que pudiera aprenderla.

Estaba entretenido, hasta que Verónica continuó y dijo que los hijos de sus amigas, sabían tocar mejor guitarra, llevaban unas semanas y eran excelentes, no como otra persona que escuchaba en esos momentos.

  • El arte es la representación del espíritu y los sentimientos - vociferó - por eso hay un ruido feo en la casa, la persona no tiene sentimientos..

Simplemente ignoré todo lo que me decían, incluso comencé a tocar más despacio, para que dejara de gritar desagrados a mi persona.

«Qué pasaría si realmente toco la guitarra, pienso que suena bien, pero será así realmente», pensé por un momento, es posible que realmente, aun no sepa tocar, nunca lo he hecho frente nadie, no se como hacerlo.

  • La única forma de hacerlo es tocando - exclamé - debo practicar lo máximo posible.

Pero aquella duda quedó rondando en mi cabeza.

AL final llegó la hora de cenar, me rugía el estómago por el hambre, pues no comía nada desde las una y con todo lo que hice, estaba agotado, pero no fuí a comer, pues ella estaba rondando, en un momento fuí al baño y comenzó a hablarme e insultarme indirectamente.

Con todo listo para el día siguiente, ya me dispuse a dormir temprano, a las nueve ya me encontraba acostado, pero con un fuerte dolor de estómago.

Traté de dormir, pero esto fue infructífero.

Así que me decidí y fui a buscar algo para comer, aprovechando que ya no la escuchaba, pero no había nada.

  • ¿Ya vas a comer gordo? - gritó Verónica desde la habitación - con razón estás tan gordo, ya no hay nada, pues te lo comiste todo.

«¿Cómo mierda supo que estaba aquí?».

  • Vine a al baño - mentí - acaso no puedo?

No hubo respuesta, pero eso no fue lo peor, pues tenía mucha hambre, pero no importa, mañana comeré algo.

Al menos pude dormir, aunque esto me costó por el hambre.

Cuando entré al Más allá, llegué directo, por lo visto Armishel seguía fuera de este mundo. No pensé mucho en eso, pues me encaminé a encontrarme con el grupo, avancé muy rápido directo a ellos, era el primer domingo del mes, por lo tanto tendrían que estar en cierto lugar.

Cuando llegué al lugar que teníamos pensado, me encontré con ellos, quienes en su mayoría estaban sentados. Joseph volteó hacia mí, pude notar su cara iluminarse.

  • ¡Es Anthony, ha llegado!- exclamó alegre - al fin volvió.

Todos se levantaron y corrieron hacia mí, me percaté que Rodrick estaba cojeando, junto a Mario, y del último llegó Anderson, con su habitual lento caminar.

Joseph me dió un abrazo con el cual me levantó.

  • Que ocurrió chicos - exclamé - los veo algo destrozados.

Me devolvieron al suelo.

  • Ha sido complicado estos días - comentó Rodrick - nos has aparecido en varios días, estos últimos dos, fuimos atacados por cinco criaturas, pudimos vencer a dos.




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