Al final de la jornada escolar, pude irme junto a mi novia, tuve la suerte que otra vez fue la señora Señora Brenda quien la buscó. Cuando me acerqué a la casa, antes de bajarme, tomé a Marcela, para abrazarla.
Todo el día estuve pensando en lo que pasaría esta noche, mientras pasaban las horas m´s nervioso me ponía, no sé cómo me irá, no se que ocurrirá, puede ser que me quede atrapado allí o me pase algo peor, pero independiente de aquello, debo ir, tengo que hacerlo, es mi obligación volver aquí, aun así, tengo esa sensación aprieta pecho que se me apreta, apegue a la chica a mi cuerpo como nunca antes lo hice,
Ella me abrazó de vuelta con mucha fuerza.
Ambos nos miraron un momento a los ojos, eran cada vez más lindos, bellos y llenos de dulzura. Aquella presión que tenía en mi corazón se desvanecía a cada instante, sólo podía sentir la calidez que me transmitía. Me acerqué a ella, tomé la iniciativa como pocas veces hacía, la tomé de su nuca, cerramos los ojos y nos besamos, fue muy tierno, dulce, me dió tanto ánimos, tantas fuerzas que había perdido en los últimos meses.
Me miró sonriendo mostrando sus dientes, era divertido, pues a sus doce años, ella los tenía un poco oscuros, ya que pasaba comiendo mucho dulce, aunque estaban derechos y se les veían bien a pesar de todo.
Puse la mano sobre la cabeza.
Me dió un beso rápido.
Me bajé del auto.
Cerré la puerta, para luego ver como se marchaba el auto, mientras ella se despedía de mi, asomaba por la ventana.
Llegué a mi casa, no había nadie, por lo visto era mi momento de suerte, fuí al baño para relajarme, respirar, me debía preparar para lo que pasaría.
Pasé el resto de la tarde meditando, relajandome, para comenzar esta situación con todas mis capacidades, en los últimos días ya estaba muy cansado, agotado, ara momento de recuperarse, pareciera que alguien guiara mis pasos, por lo visto, era mi misión ir al infierno con Mihael, aunque me pregunto quién será el tercer acompañante.
Tuve un avance en mi concentración, ya pude calentar mi manos a tal punto que al tocar un papel, se incendió por un instante.
Cuando llegó Verónica con Anastasia, no tuve ningún problema con ella, abracé a la pequeña, quien hizo lo mismo alrededor de mi cabeza, fue muy tierno.
Llegó la noche, donde ya me sentía preparado para la incursión, me pude dormir muy rápido, estaba aún muy nervioso, pero mezclado con la emoción de lo que ocurrirá.
Llegué al más allá, lo primero que hice fue encontrarme con Valeria, quien corrió hacia mí y me abrazó alegre.
La joven ensombreció su desplante.
A los pocos segundos llegó el resto del grupo.
Todos me miraron extrañados.
Cerré los ojos, me concentré en el Ángel “ Mihael, ¿estás ?, escuchame Mihael, tengo una noticia para mi”, luego me concentré en alguien más importante, mi padre Dissaor “ Padre, es posible que haya encontrado algo importante ”.
Sentí un temblor en el suelo. Al abrir los ojos un haz de luz llegó, seguido de un portal oscuro. Del primero salió Mihael sonriente, a su lado estaba mi padre, con quien chocó mirado, el señor vampiro lo miró molesto con gran desagrado.
Le dió un incomo vistazo.
El gran vampiro le volteó el rostro, mientras cruzaba sus brazos.
Mi Padre quedó pensativo, mientras que Mihael extendió una gran sonrisa.
Mi papá Dissaor le miró exaltado la mano.
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Editado: 12.11.2024