Capitulo 37: Luz protectora
No puedo hacer mucho, rodeados, lo único que me quedaba era contraatacar la arremetida que alguno de ellos haría, mis compañeros están muy asustados, su espíritu está decaído por la situación, siento su miedo, es palpable incluso.
- Manténganse alertas - comenté - no se separen.
Era lo único que podía decirles, mi mente estaba en blanco.
- Como dice Anthony - dijo Rodrick - mantengan abierto todos los sentidos.
Su voz denotaba preocupación, por lo visto también trataba de subirles la moral.
El círculo se empequeñecía más a cada instante, por cada paso ellos daban acercándose.
- Vamos muchachos - gritó Mario - este es nuestro momento de luchar, demostrar todo lo aprendido, podemos hacerlo, podemos pelear, podemos ganar, además de cuidarnos, tengan confianza en el otro y ustedes mismo, yo confío en todos, confío en Anthony y lo que nos enseñó, no se dejen amedrentar por ellos.
En ese preciso instante, todos se relajaron, sus palabras habían logrado inspirarlos a todos.
- Veo que sus espíritus se han fortalecido por tan poco - exclamó Andoni - eso es interesante - se puso a pensar - eso me da una idea, que tal batallas individuales, elegir a tres de nosotros y tres de ustedes, así luchamos, ganan y los dejamos ir esta ocasión..
Nos miró con malicia.
- Y si ustedes ganan - exclamé - ¿ qué es lo que harán?.
- Elegir a uno de ustedes - respondió - lo entregaremos a nuestro maestro, él está dando vueltas por aquí o por allá.
Miré extrañado.
- Que pasaria si nos negamos - respondí molesto - no tengo interés en participar en tus juegos de mierda.
- En ese caso, los atacaremos todos juntos - exclamó - ¿podrán salvarse todos? o alguien de ellos, ganamos en número y en poder.
- Anthony, no queda de otra - susurró Rodrick - de hecho, si hacemos bien nuestros movimientos, podríamos salvarnos.
La sonrisa del líder enemigo era desagradable, la burla la tenía marcada, pero por lo visto, era la única salida que teníamos.
- De acuerdo, lucharemos - respondí - espero que puedas cumplir tus tratos.
- Este es un trato divino - exclamó apuntando al cielo - no se puede romper.
En ese preciso instante el cielo se tornó oscuro, con oscuras nubes rojizas en forma de remolino estaban sobre nosotros.
«Esto me recuerda aquella vez con Leriel… no me agrada mucho».
Los otros se reunieron, quedando a tres metros de nosotros, por lo visto estaban eligiendo a sus luchadores, nosotros debíamos hacer lo mismo.
- De acuerdo, quienes lucharan - exclamó Joseph - yo estoy dispuesto a hacerlo.
Lo miré, no era difícil ver que estaban sus piernas temblando de miedo.
- Tranquilo, tu no lo harás - respondí - bien, yo entraré a pelear, es muy posible que él, Andoni, luche, debo enfrentarlo…
- Tienes razón, él es su mejor carta - comentó Rodrick - eres el único que puede luchar contra él, yo creo que puedo ganarle a cualquiera de ellos.
- Lo sé, confío en ti - respondí - entonces… tú serás el otro que luche.
Él solo se limitó a asentir.
- En cuanto al tercero - los miré a todos pensativo - Valeria sería la mejor opción.
Ellos se mostraron molestos ante esta situación.
- Lo siento, pero no puedo aceptar esto - exclamó Mario - yo lucharé en su lugar.
- Oye panzón, acaso lo dices porque soy mujer - respondió molesta - yo puedo patearles el trasero a cualquiera de ustedes.
- Lo sé, por eso mismo no quiero que luches - comentó.
Se agachó hasta su altura y puso la mano sobre su hombro.
- Eres poderosa, te respeto y admiro - comentó - eres nuestra arma secreta, ellos no han visto aún lo fuerte que eres, si esto se descontrola, eres la única junto a Anthony que nos podrá salvar, así que iré y persistiré lo máximo posible.
La joven lo miró y asintió.
- Te entiendo Mario, confío en lo que dices - comentó - te hago el cambio.
- Muchas gracias - respondió - si alguien tiene que sacrificarse, ese seré yo.
Se levantó, los tres quedamos frente a frente, listos para la batalla que nosotros tendríamos.
- Están listos ya - gritó Andoni - aquí los estamos esperando.
- Nosotros los estábamos esperando - respondí - ya nos habíamos cansados.
Dimos pasos hacia adelante.
- De acuerdo, estos serán los participantes de nuestra familia - gritó mi oponente - a Marcus, nuestro sanguinario luchador, a nuestro nuevo miembro, Armand y por último a Camilo, lo deben conocer bien.
Todos hicimos la sorpresa, pues él no lucharía, esto podría resultar mejor aún.
- Muy bien, presentaré a los representantes de nosotros - exclamé - a Rodric, el más fortachón - me miraron extraño, pues también quise darle un apelativo - a Mario, nuestro fornido y yo.
- El enano - exclamó Camilo burlándose - si peleas, habrá que tener cuidado de no pisarte, sino sería absurdo.
- Callate estupido, ven aquí que te parto el hocico - respondí enojado.
- ¿Ustedes van a luchar? - comentó Andoni - diganlo y decidamoslo.
Al escuchar esas palabras me di cuenta que aun no podía dejarme llevar por sus palabras, si peleaba a lo loco, causaría problemas a mis compañeros. Miré a los participantes, Marcus era el más fuerte de los luchadores, luego sería Camilo y por último Armand, bueno, al menos así lo veo yo, nosotros tendremos que luchar de esa misma forma. «Pero cómo podremos saber su orden».
- No me interesa luchar contra ti - le respondí tranquilo - ya de por si, me da asco verte, golpearte sería vomitar.
Su grupo se puso a reír con mis palabras, lo cual me extraño.
- Quiero luchar ya - exclamó Marcus - mis puños están ansiosos por golpear.