Al otro día, asistí a clases, eran los momentos de repasar lo pasado en el semestre, no lo necesitaba, pero iba para no estar en la casa y principalmente, ver a mi novia y mis amigos en este mundo.
Noté a Marcela que estaba decaida, me contó que tuvo una terrible pesadilla que no la dejó descansar como es debido, cuando quise saber lo que ocurrió, me dijo que no lo recordaba bien, así que la abracé, estando de la mano en las clases, cambió de puesto con Máximo.
Terminó de sobetear su taza de té, el desayuno que ofrecía el colegio.
Dejó su taza a un lado, para darme un abrazo, casi me dió un beso, pero dentro del establecimiento ese tipo de acciones están penadas, incluso a los mayores.
Le devolví el abrazo, me encantaba sentir su delicado cuerpo, pero más sentir su calor cuando se apegaba al mío, era muy cálido.
El día pasó tranquilo, ya preparándonos para los exámenes que estaban por empezar.
Curiosamente, también estuve todo el día con el cuerpo agotado, esto al ser tan notorio que Laura nos miró y sonrió.
Ambos la miramos extrañados de lo que dijo.
Máximo quedó confundido y Victorio quedó atónito, mientras imaginaba algo, recorrió con la vista a mi novia de pies a cabeza, a lo cual puse mi mochila frente a ella, me desagrada que lo hiciera, luego me observó a mi, a lo cual le regresé la mirada, este se exaltó y desvió a Laura, quien estaba hablando.
Mi amigo se exaltó, con los ojos como platos.
Todos se pusieron a reír, excepto él.
Se quedó pensativa, con un dedo en los labios, mirando hacia arriba.
Este quedó helado.
Algo en esa frase me molesta.
Laura miró inquisitiva.
Esta se rió nerviosa.
Se tiró hacia atrás con la silla.
Ahora todos nos pusimos a reír.
Para mi a pesar de todo, era algo extraño hablar de relaciones, e insinuar que se hace en la misma, referente a lo íntimo.
En primera, a diferencia de ellos, no tenía la intención de tener pareja, pero me reencontré con Marcela en mejores términos y fue en verdad, de lo mejor, cuando la veo, mi corazón palpita con alegría, su sonrisa y abrazos, luego ya lo que hacemos, es nuestra forma de representar nuestro cariño, aunque las caricias están aumentado demasiado últimamente.
El resto del tiempo ya cuando Marcela estuvo más tranquila, repasamos matemáticas e Historia, lo cual siempre me ha encantado los sucesos, las guerras y en especial la mitología, de lo cual entraría esta prueba de fin de semestre. Lo mejor de el colegio, es que al profetizar alguna religión, no teníamos tales asignaturas asociadas, además de aceptar la cultura, así conocí a compañeros que eran muy creyentes del catolicismo u otros que eran ateos, por mi cuenta, estaba al margen de todos, pues no tenía religión alguna. Aun así tuvimos que estudiar tales historias, más por un tema de cultura, que por creencias, en ese momento al repasar las historias bíblicas, me encontré Levítico capítulo dieciséis, versículo del ocho al diez, donde era nombrado un ser llamado Azazel.
En ese instante me toqué la cabeza, recordando el mordisco que me dió la silla.
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Editado: 12.11.2024