En el Más Allá

Capitulo 43: No puedo creerlo

Con el mes de noviembre terminado, pasó mi cumpleaños numero trece, al menos cayó viernes y pudieron cantarme un feliz cumpleaños otra vez en el curso,  me habría encantado que estuviera conmigo Marcela, lo bueno es que como regalo pude hablar con ella dos días seguidos, el viernes y sabado, quizás lo más feliz que me había ocurrido en tiempo, ahora solo quedaba aguantar el último paso y posiblemente el peor: Diciembre, para volver a ver a Marcela, aunque para estas fechas, se ha tornado una tortura, pues solo hablo con ella una vez a la semana, espero ansioso este viernes para la siguiente llamada.

 Los exámenes finales están a la vuelta de la esquina y las cosas en el más allá se han vuelto aún más caóticas, pues me la he pasado peleando contra todo tipo de criatura que me ha aparecido, el grupo de los raritos en taparrabo.

Pero eso no fue nada, a los ojos amarillos que me miran desde la oscuridad, una criatura que desconozco, no importa donde esté o vaya, la veo como me observa, no dice nada, solo se encuentra parado en las sombras que le rodean inmovil frente a mi.

Aunque lo más curioso es el hecho que también he visto más grupos de personas que vagan juntos en este lugar, en una oportunidad me encontré uno pequeño compuesto por solo tres integrantes, los encontré mientras recorría una ciudad con pocos habitantes, mientras me sentaba junto a un árbol, el mar estaba frente a unos cientos de metros, el mar de Groenlandia, que era visto desde Islandia, un lugar llamado Ólafsvík, que es bastante agradable a la vista y tranquilo, entregándome una paz que en pocos momentos he logrado obtener genuinamente.

  • Hola joven, puedo verlo - dijo el hombre mayor -  me llamo Dean Edwards, soy el dirigente de este, ejem, modesto grupo.

El hombre era alto, no muy corpulento, ojos grises, de pelo negro, 

  • ¿Desde cuándo eres el líder? - dijo el joven a su lado.
  • Soy el mayor de todos, inteligente y atractivo - respondió - no es cierto, ¿Ariadna?.
  • Como usted diga, Dean - respondió, era una niña.

Al verla me percaté que debía de tener mi misma edad.

  • Mesoprender que le sigas siempre el juego a este idiota - comentó el joven.
  • Es que él me da dulces que son deliciosos - respondió inocente - además es muy cariñoso siempre conmigo, por eso le digo mi papi.

Escuchar aquello me dejó por completo helado.

El hombre quedó pensativo ante tales palabras.

  • Un momento Ariadna - exclamó nervioso el sujeto - porque dices esas cosas tan extrañas, me harás quedar muy mal, como un…..
  • Pedófilo - exclamé - sabes que después de esto, no te puedo permitir con ella.

Extendió las manos hacia mi.

  • Momento joven, no es así esto - exclamó muy nervioso - esto es un mal entendido.

De fondo aquel joven se tapaba la boca, por lo visto se estaba riendo en silencio.

  • Ariadna nunca me ha llamado así, no se de donde lo ha sacado - dijo - pero no es así.
  • ¿Le has dado dulces? - comentó el joven - de hecho así fue como se conocieron la primera vez, solo te falto el saco para llamar su atención.

Esta situación me estaba comenzando a molestar.

  • Fuiste tú, León  - exclamó apuntando - siempre con tus bromas absurdas.
  • En verdad, el idiota eres tu - respondió - hicsite todo eso para llamar la atención de Ariadna, lo cual fue todo, menos un buen plan.

Continuaron discutiendo unos instantes más.

  • Porque mejor no se callan de una puta vez - grité molesto- ya me han cansado, saben que, mejor, se van a la mierda y me dejan en paz.

Mientras les gritaba, no evité lanzar una llamarada a mi costado, los dos hombres se exaltaron ante esto, excepto la pequeña que me miró impávida.

Los dos que estaban sujetados de la cara mientras peleaban se soltaron.

  • ¿Qué acabas de hacer? - comentó el joven - eres portador de una perla…

Me miró con seriedad.

  • No tendrás a Ariadna - exclamó aproximándose.

«Porque siento que estoy metido en un lugar incorrecto», pensé frustrado.

El llamado León, por un instante pude ver, un destello amarillo en sus ojos, seguido a esto, me lanzó un puñetazo, que evadí moviendome a la izquierda,  dió una patada que frené con una mía, pero tenía más fuerza de la pensada, logrando hacerme retroceder.

  • ¿Qué te ocurre imbécil? - exclamé - no tengo nada en tu contra.
  • Eres uno de ellos - exclamó - me alegro que vengas por mí, pues iba a por ti.

Dió otro puñetazo más, que logré frenar, tenía una fuerza extraordinaria.

  • Novato - exclamó sonriendo - caiste donde quería.

De entre sus manos apareció un revólver, me apuntó y antes que lograra disparar, desvié hacia arriba, tronando un cañonazo sobre mi.

Saltó hacia atrás, soltandonos, me apuntó,, de inmediato lencé una rafaga de fuego,me corrí  a un lado, logrando esquivar el siguiente tiro.

  • No se quien mierda seas - exclamé - pero ahora te destrozaré.

Salió del costado de las llamas, en ese momento apareció el hombre mayor que estaba con él, quien le sostuvo.

  • Qué haces, suéltame - vociferó molesto.
  • León, tranquilízate, no es nuestro enemigo - exclamó - él no nos conoce.
  • Me acaba de amenazar - dijo agitándose.
  • Pedazo de tarado - exclamé - me estás disparando y atacando primero.

La niña se acercó a él para tocarle el rostro, sus ojos si eran amarillos, volviendo a un cafe.

  • Tienen razón, me exalté - comentó - aun así,este chico, no es normal.

Los tres me miraron.

  • Lograste luchar contra León - expuso el hombre - no es algo muy normal aquello, ¿quien eres joven?.
  • ¿Quiénes son ustedes, que actúan de manera tan ridícula? - respondí. - pero bien, les diré, soy Anthony, un caminante del más allá, y ¿ustedes?.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.