Desperté con un grito ahogado, abrazándo, sintiendo todos los órganos revueltos, giré sobre mí, solo para caer de la cama, mientras me llevaba toda la frazada conmigo. Estando de boca abajo en el suelo, escupí sangre de mi boca. Me toqué el estómago, estaba ensangrentado, pero una vez más, no tenía heridas abiertas, como si el solo hecho de despertar, me recuperara al instante, pero sintiendo los dolores.
Cuando me miré al espejo del baño, pude notar como tenía marcas en mi pecho, las garras estaban marcadas. En ese instante recordé que había pasado hace algunos días, me miré la espalda, solo para ver las marcas del extraño sueño donde me acuchillan, habían sido hechas por Armishel, era la prueba.
Era martes, por lo cual tuve que tomar la ropa, con la cual entrenaría en el gimnasio.
Al llegar al colegio me encontré con una aún deprimida Laura, durante el aviso de actividades de la profesora Adelia, nos sentamos juntos, mientras daba el aviso a todos que Máximo salió de la institución, pero a diferencia de Marcela, no le llamaron ,pues no dejaron ningun telefono de contacto.
El resto del tiempo lo pasamos sentados, hablando poco, pues ambos estábamos decaidos, ella por perder al niño que le gustaba por tanto tiempo y yo, por la lejanía de Marcela, además de no ver a mi mejor amigo, pero en el fondo sabía que ella estaba peor que yo, pues al menos sabía que volvería a ver mi novia, faltaba poco para eso, pues llegaría para el dos de enero, a penas inicia el dos mil seis, en tan solo veintiún días.
Me miró y sonrió con una extraña mueca.
Aquello me dejó extrañado.
Por algún momento sentí que la conversación se tornaba incómoda.
Me miró con tristeza, sabía que algo dentro de ella le dolía mucho.
Apoyó la cabeza en mi hombro, era extraño, sentía que era indebido, pero luego recordé la foto de Marcela siendo besada en la mejilla, ¿acaso habrá besado a otro?, espero que solo sean malos pensamientos míos, pues en el fondo confío en ella, pero ya ha tenido otros pretendientes, como el hermano de Marcela.
Al finalizar el horario nos despedimos todos hasta el próximo año, estuvimos más tiempo en las instalaciones, donde nos cambiamos de ropa y esperamos el tiempo para ir al gimnasio. Durante el trayecto se sentían pesados los pasos.
Respiró profundo
Nos quedamos cerca de la entrada conversando de que haríamos en las vacaciones que comenzarán desde mañana, cuando sentí detrás mío unos brazos.
EScuché una pequeña objeción que hizo mientras me soltaba
Sentí la presencia que venía, estaba algo molesta o algo me lo decía.
Tomó su mano y se la llevó sin saludarnos.
En eso llegó Bruce junto al profesor, quien me miró con cierto interés.
El profesor la miró de arriba a abajo.
Sus ojos se posaron en mi.
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Editado: 12.11.2024