Capítulo 50: Valiente
Mientras narraba lo ocurrido su sorpresa aumentaba, para finalmente sonreír.
- Que interesante historia - comentó asombrada - pero si no me equivoco, dijiste que ella es la misma mujer con la cual tuvo un sueño hace algunos años.
- Correcto - exclamé - al menos en otro mundo ellos fueron mis padres.
- ¿Crees que podrías ser adoptado por ellos? - preguntó intrigada.
Su interrogante me sorprendió.
- La verdad no lo había pensado - contesté - sin embargo solo siento tranquilidad y alegría, cuando los veo, pero conversar, incluso siendo uno, me siento… feliz.
- Me alegro que sea así - exclamó - viendo todo lo que te pasa… esperemos que sea una buena señal para su vida.
Me volvió a sonreír con amabilidad.
- Le agradezco sus palabras - exclamé alegre.
- Muy bien mi niño, ha podido controlar mejor sus capacidades - comentó - puede mostrarme por favor su progreso.
Alcé la mano, tras concentrarme, los dedos comenzaron a emitir chispas, cuando acercó un papel, este se quemó de inmediato.
- Que fantástico - dijo emocionada - vamos progresando, si pudieras motivar mejor tus pensamientos, lograrás crear una llama que puedes manipular.
- Como hago en el más allá - respondí.
- Exacto, de hecho, tu entrenamiento ha sido al revés de otros - indicó.
- A que se refiere.
- Por lo general siempre comienzan con enseñar como se hacen las cosas en el plano físico y luego recalcar en el plano onírico - explicó - pues es más difícil allí, pues tu cuerpo no está por completo y la conexión del alma está incompleta.
- Claro, los cazadores lo hacen en ese orden - respondí pensativo - incluso creo que no todos pueden pasar a ese otro mundo.
- Los cazadores - repitió asombrada - es cierto… ya antes habías nombrado algo de ellos, pero no creía que sabías tanto de ellos… ¿como?
Frunció el ceño, mirándome con toda seriedad, su presencia me asustaba y era consciente que no debía decir todo..
- Pues ellos, los he encontrado muchas veces - explique - incluso hay uno que me ha ayudado en varias ocasiones.
- Ten cuidado con ellos - exclamó molesta - se muestran como un buen grupo, pero solo son una secta radical, si te ven peligroso, te van a tratar de convencer para que hagas lo que ellos desean, sino, te van desde encerrar, hasta asesinarte.
Sus palabras se sintieron como una puñalada, pues les tenía un gran aprecio por los hechos vividos por Kenshin, un contraste enorme a sus temerosas palabras.
- Pues creo que tendré cuidado - respondió.
- Si, debes tenerlo - comentó - recuerdo que llegué a encontrar a uno en particular, quien tenía un poder tan tenebroso que logró hacer retroceder a mis peludos amigos, quienes ya están acostumbrados a enemigos peligrosos.
- ¿En verdad alguien así está en los cazadores? - dije asombrado.
- Así es, lo único que pude saber de un cazador es que hay un rango que está por encima de todos - explicó - son seres que trascendieron a lo humano y están en el nivel de un nefilim o superior.
- ¿Hombres ascendidos a una divinidad? - dije asombrado.
- Veo que ya sabes de lo que hablo - respondió pensativa, son cinco en total, no conozco sus identidades, pero solo supe que todos tenían un apodo de referencia a quien son: ala de opresión, Sarafgel, el destello de luz, Tseliel, la sombra de dios, Belignafel, el ángel sin alas y el terror demoníaco, este último dicen que es terrible, en cuanto a su comportamiento.
Podía asimilar a uno de ellos, pero no pensaría en su imagen, siento que no debe saber la abuela Catrina que manejo aquella información.
- ¿Por qué me ocultas cosas Anthony? - preguntó extrañada - estás bloqueando tu mente, muy bien, es posiblemente el aspecto que más desarrollado tienes, por eso tu kinesis en el más allá es tan poderosa.
- Muchas gracias - respondí.
- En ese caso, lo mejor sería potenciar esas cualidades, entrar en la mente de otros y evitar que entren en la tuya - indicó - al mismo tiempo, vamos a practicar la telepatía como una llave y cerradura.
De un momento a otro tuve la necesidad de meterme el dedo a la nariz, lo cual hice.
- ¿Pero qué estoy haciendo? - dije extrañado.
- La telepatía tiene distintas variaciones - indicó - lo más básico es escuchar los pensamientos de alguien, luego ver lo que él alguna vez observó o lo que está viendo en aquel instante, siendo estos el nivel básico.
- Yo solo puedo escuchar o creo que lo he hecho - respondí apenado - no es mucho.
- Mi niño, que puedas hacerlo, ya sea por opción propia o por error, es algo que pocos estudiosos de estas artes logran hacer - explicó - incluso con años de entrenamiento y entendimiento, osea que tus capacidades son muy avanzadas, tienes al menos veinte años de desarrollo.
La sorpresa se apoderó de mí.
- Y luego puedes ver y escuchar la mente de otro - continuó explicando - ya sea en tiempo real, explorar recuerdos y conocimientos de manera intencional, en el momento que quieras, más allá está el deformar su realidad personal al poder crear ilusiones visuales de tu objetivo, este es el digamos nivel intermedio.
- Ya hay dominio de las capacidades mencionadas - respondí - he visto cazadores que han podido adelantarse a otros.
- Porque dominan esta habilidad - respondió asintiendo - de hecho tengo entendido que estos tienen rangos, para los Maestros, se les conoce así, pues dominan todos sus aprendizajes y los controlan sin problema.
Asentí interesado.
- En ese caso todas esas son la forma de llave - pregunté - ¿pero el escudo?
- Ya llegaré a eso, pequeño impaciente - dijo tiendo - muy bien, esos nombrado se les conoce como la visión, luego entra la categoría de manipulación, este es el rango… llamemoslo experto, pues puedes dar una instrucción a los demás, que harán desde picarse la nariz - me miró con una sonrisa de diversión - hasta cosas peores para quien le ocurra, como dañar al propio agredido, atacar a otros incluso aliados o el rango mayor, controlar la mente por completo, al punto de perder la razón, las ilusiones a este punto, pueden llegar a escucharse y sentirse en otros aspecto más allá del visual, crear un conejo rosado de dos metros que te muerde, sentirás en tu piel los mordiscos que te dan, ahora imaginate, si alguien con aracnofobia le manipulan y le muestran la peor araña imaginable.
- Vaya, ese último debe ser el máximo exponente - dije entre sorpresa y temor.