En el Más Allá

Capítulo 52: Un nuevo amanecer

Todo ha sido como un sueño, no, me retracto, ha sido una puta pesadilla, el último sueño fue hace siete meses, cuando conocí a mis padres, no se cuando se hizo el funeral, tampoco tenía derecho para verlos, ni donde se realizó, caí en cuenta, los tuve por tan solo un día, sentí que lo tuve todo, pero al final, solo fue una ilusión a esta vida.

Ha pasado el primer semestre del año escolar, la verdad no tengo interés de estudiar, no me importa que tan bien me vaya en los estudios, escucho las clases mientras trato de dibujar algo, mi arte sigue siendo un asco, por más que lo intente, así mis cuadernos están llenos de garabatos, esto me cobró factura, pues cuando tuve revisión de lo escrito, no sabía que tenía nota, así que esa baja calificación, en promedio me afectó en todos los ramos, en general, todas las pruebas las pasaba respondiendo solo las preguntas necesarias para obtener el setenta por ciento, el resto en blanco, cuando me cuestionaron porque no resolvía, me limité a responder: “estoy cumpliendo con mis deberes y si es así, cuál es el problema, no hay diferencia si obtengo una calificación más allá, pues al final, ya aprobé”. Mis palabras se afirmaron, cuando resolví el examen final con un puntaje perfecto en tiempo récord.

El salón, es una basura, mis compañeros parecen más una jaula de monos ebrios, son irracionales, estúpidos y se formaron en grupos, quedé excluido de todos ellos, pues lamentablemente me he encontrado con muchos conocidos, ex compañeros de curso, que había dejado antes de entrar con la señorita: “nombre de maestra”. Si antes parecían futuros delincuentes, ahora llegué al futuro, donde lo son, pandillas, peleas callejeras, conflictos, incluso han traído alcohol, que han bebido antes, durante y después de clases. Tengo que estar con mis cosas a todas partes, incluso para ir al baño, en una ocasión cortaron los tirantes de mi mochila, cuando di aviso al profesor, nadie se hizo responsable y el profesor me reclamó que no fui cuidadoso, luego todos se unieron para lanzarme bolas de papel, muchas de esas se pegaron a mi ropa, pues usando una bolígrafo de cerbatana, estás estaban impregnadas en saliva, una vez más fui el centro de atención, para el ataque conjunto. Eso me recuerda a Susana, quien aunque afirmó no decir nada, la perra de Helena, exclamó que mi impacto sobre ella fue tan grande, que tiene pesadillas donde la quemó y ataco, me reclamaron que ahora soy un demonio para ella, de que nunca tendría perdón y ojalá me muera pronto.

Al menos puedo decir que tengo dos cosas en común con ella, si la ataqué en sueños, pero lo negué, es irracional pensar algo así, lo segundo, mi vida, Armishel, quien ahora tomó mi cuerpo como su hogar, me habla constantemente, lo oigo molestarme y tratando de razonar conmigo, pero le niego escucharle, pero este bastardo, ha impedido que muera, traté de ahorcarme en mi pieza, usé las agujetas de mi zapatos, pero el techo se rompió, dejando un agujero del cual ahora entran insectos, provoqué a una araña de rincón, una cosa horrible, pues odio las arañas, esta no me quería morder, al final huyó de mi, incluso cuando le piqué el rostro con el dedo.

  • «Oh vamos, los insectos no tienen la culpa de esto» - comentó – «no permitiré que te hagan algo por tu egoísmo»

Al final, subí el cerro, aquel donde alguna vez comenzó mi relación con Marcela, volví luego de varios años, se sentía todo tan tranquilo, tan en paz.

  • Bien, de esta no me salvas – respondí – no tendrás mi alma por completo.

Partiendo de la piedra donde me besé por primera vez, tomé impulso, corriendo hacia el precipicio, salté, pero mal, me tropecé antes de hacerlo, un viento sopló con tal intensidad que tuve una caída de cincuenta metros de altura, los cuales se estrellaron contra la quebrada, combinadas a la fricción de las piedras y la leve inclinación de ochenta y cinco grados, fue como bajar por un tobogán de tierra, al final fui recibido por arbustos que amortiguaron mi caída.

  • ¿Qué mierda significa esto? – grité furioso – déjame morir en paz, maldita sea.
  • «Ay vamos Anthony, no puedes hacerme esto» - respondió en tono triste - «me preocupo por tu seguridad y así me tratas».
  • Eres un maldito – exclamé.
  • «Bueno, tampoco puedo decir que haya sido completamente yo» – comentó – «eso lo asumiste tú solito, pero sí, puedo decir que algo hice»

Pensé en hacerlo de nuevo, pero me di cuenta que no valía la pena hacerlo, el resultado sería el mismo, ya pasó con otras situaciones.

A Laura con suerte he podido hablar con ella, no tiene tiempo para juntarnos, pues tiene entrenamiento intensivo en Cheerleader, su hermano le pagó gimnasio para que fuera y los estudios, solo la he visto dos veces, pero quizás sea mejor así, tampoco me siento con ganas de ver a alguien.

Me encantaría decir que solo ocurre por mis compañeros de curso estos problemas, pero hay precisamente un docente que cuando puede me molesta y es que comencé sus clases con el pie izquierdo. Cuando era la primera clase, el compañero que tenía a mi lado comenzó a jugar con un cubo Rubik, el cual giraba en sus manos, trataba de armarlo infructuosamente, luego me picó las costillas con este.

  • Ey, Anthony es tu nombre, ¿cierto? – exclamó – ¿puedes armarlo?
  • Si – le respondí – pero ahora no, que el profesor está explicando.
  • Oh vamos, quiero ayúdame.
  • Luego – contestó-
  • Por favor, por favor, por favor, lo necesito – susurraba.
  • Al recreo si quieres – respondí molesto.
  • No seas malo, hácelo – dijo picándome otra vez.

En ese instante caí en la desesperación e hice lo que nunca creí, le di un manotazo hacia arriba, el cual provocó que este chocara contra la mesa, esta se levantó azotándose ruidosamente al chocar contra el suelo, al ver la cara de imbécil de mi compañero, fue de: “no te enojes”, pero la del profesor fue la de: “Que mierda hacen interrumpiendo mi clase”.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.