En el Más Allá

Capítulo F I: Parte II

Tras el incidente de la lluvia, mi padre solo me miró y dijo:

  • Al menos pudiste sobrevivir - comentó - eres fuerte, ten cuidado con tus pasos y lo que haces.
  • Gracias Padre, lo tendré - respondí - creí que pude domar a ese caballo desbocado, al menos pude espantarlo, sino habrían ocurrido varias desgracias en nuestro hogar.

El tiempo transcurrió tranquilo, mientras seguía estudiando, aprendiendo de la administración, de medicina y gracias al libro que compré, pude comenzar a leer el desconocido lenguaje que estaba en el grimorio, era como un traductor, pude entender que el mismo estaba basado en el tipo de escritura en Latín, en cuanto a cómo se conjugaban las oraciones que narraban los textos.

Para el cabo de un año más, logré descifrar gran parte del libro, incluso pude realizar algunos encantamientos, comprendí que la magia tenía distintas formas de activarse, dependiendo del tipo que se esté usando, si es natural, tengo que crear símbolos adecuados que se refieran a las mismas para usarlas, por ejemplo, para invocar fuego, debe usarse el símbolo de la salamandra para activarla, es el ser que la representa, luego complementar con otros como llamas, aunque se necesita mucha concentración para lograr algo así, logré encender una rama pequeña, la otra, es la magia recitable, los grimorios tienen oraciones que deben pronunciarse para lograr un objetivo en particular, los libros guardan recuerdos y al paso del tiempo se fortalecen, por lo tanto, puedo crear elementos, necesito una alta concentración, junto a un desgaste mental increíble, las runas y glifos, son símbolos creados por dioses que sirven para un propósito en concreto, más fuerza física, resistencia, sellar un lugar. En fin, es darle un efecto a alguien o algo para concretar una acción en particular, es potenciar aquello que se agregue. Y el otro, son los mudras, estos complementan principalmente la magia natura, pues te permite conectar tu energía contigo mismo, con la posición de dedos adecuada puedes lograr mejores resultados.

  • Que increíble Gabrielle - exclamó emocionada Valeria - tienes tiempo para estudiar todo eso e incluso compartir conmigo.
  • Mi secreto, es que estoy todo el dia contigo - indiqué sonriendo - así podré saber que estás bien y me ayudas, mientras te explico lo que hago, más fácilmente se aprende lo que estudio.
  • La verdad poco he aprendido - indicó avergonzada - solo ese libro, el grimorio, es como que ya lo supiera o me hace mucho sentido.
  • Tienes talento en ese caso - exclamé pensativo - será un gusto estar junto a una brujita tan tierna como tú.

Me aproximé para tocar mi cabeza con la suya.

Apenas nos separamos, la puerta se abrió de golpe, chocando la misma contra el muro.

  • Gabrielle, te llegó una visita - era la voz de mi padre - te acuerdas la hija de mi amigo, aquí está.

Detrás de él apareció una joven con el cabello castaño oscuro, tenía una edad similar a la mía, luego llegó un joven detrás de ella.

  • Eres tú muchacho - exclamó mi padre - a qué has venido.
  • No puedo permitir esta unión - exclamó el desconocido joven.
  • Como digas, aunque no importa cuanto hagas - indicó el hombre - no tienes voz ni voto, menos en contra de mi hijo.

Padre me miró fijamente, con cierta molestia a Valeria.

  • Me retiro hablen y conozcance - exclamó.

Cerró la puerta, marchándose con los pasos resonando por el pasillo.

Contemplé a los jóvenes desconocidos con molestia.

  • Quienes son ustedes, deben presentarse - exclamé.
  • Más respeto, hablas con una dama - exclamó enojada la joven - esos no son los modales que deben tener hacia mí.
  • No te obligaré y si no lo dirás, la puerta está ahí - comenté-.
  • Yo me presentaré - entonó el muchacho - me llamo Oliver Harper, soy prometido de la chica que está mi lado, Ruby Edwards.
  • No soy tu prometida, ya te lo dije varias veces - exclamó molesta - pero si de ese mal educado, el llamado Gabrielle Moore.

«Pero no puedo creerlo, cuando estaba tan tranquilo, me salen con esta basura», pensé molesto.

  • O, veo que tienes una criada para tus gustos personales - exclamó Oliver.

La llamada Ruby me fulminó con la mirada.

  • Oye, dile a tu criada que vaya a traer algo para servirnos - indicó el hombre.

Me quedé en silencio mirándolo con molestia, comenzó a chasquear los dedos.

  • Que pasa, es tonta acaso, debe moverse o funciona a golpes - exclamó acercándose.

Acorté la distancia levantándome de la silla, tomé su brazos, que apreté con fuerzas.

  • Tu no harás nada de eso - exclamé - ahora da un paso hacia atrás o te golpearé.
  • ¿Te atreverías a golpearme? - dijo riendo - manda a tu perra a que me sirva algo.

puedo asegurar que lo último que vió, fue mi puño estrellándose contra su rostro, antes de caer inconsciente.

  • Que barbaro de tu parte - comentó Ruby - pero al menos así dormirá un rato.

Lo miré tendido en el suelo,

«definitivamente, será un largo día con ellos aquí»

Aquel extraño sujeto yacía inerte en el suelo.

  • Oye Gab… Lord Gabrielle, no creo que lo haya matado, ¿cierto? – preguntó Valeria.
  • No creo y agradezco de que no sea así – respondí.
  • ¿Y ahora que harás con él? – preguntó Ruby.

Me puse a analizar la situación.

  • El quiere comprometerse contigo, si no me equivoco – le pregunté – y ¿cómo se llevan?
  • Así es, ¿Por qué, te molesta? – exclamó con asco – pues lo detesto bastante, pero Padre me está obligando entre él, un amigo o tú, no sé con quien pierdo más.
  • Posiblemente, el hombre más mayor – respondió Valeria.

La joven miró extrañada, luego puso su vista sobre mí, posiblemente esperando a que dijera algo.

  • Eso es una buena opinión – contestó – no te molesta que le hable a la sirvienta.
  • Esta sirvienta tiene nombre, se llama Valeria – informé.
  • Entiendo, Valeria, parece que la respetas mucho – comentó.
  • Si y espero que todos cerca de mí lo hagan – le dije tajante.




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