En el Más Allá

Capítulo A 7

  • Anthony, ¿cómo te sientes? – preguntó Armishel – bueno, puedo sentir tu existencia, pero siento que podría ser de cierta ayuda en este momento, que lo digas.

Al abrir los ojos, me percaté que estábamos en el plano onírico, exactamente en aquel que parecía un altar en pleno desierto.

  • Si ya sabes las respuestas, ¿Por qué las haces? - contesté.
  • Me tienes muy preocupado – dijo – estás atrapado en esta vida de mierda e injusta para ti.
  • Lo tengo muy claro eso - exclamé – no tienes que decirlo.

Sentado en la cima de las escaleras, mostrando un rostro de tristeza.

  • Lo digo, porque eres consciente de algo – comentó – de que puedo llevarte a otro mundo donde estarás bien, con personas que te aman, tendrás una vida feliz, yo creo que te has percatado lo sincero que he sido…
  • La verdad sigo creyendo que mientes mucho – dije – al menos en ese sentido
  • Te dije que existen otros mundos – contestó – hace poco descubriste viajeros de esos mundos, es una prueba, te he ayudado a destrozar a tu actual familia.
  • Eso ya lo había hecho – le respondí – no a ese nivel de complejidad, pero recuerda, fui yo quien le cortó los ojos a Manuel, logré hacer que usara lentes.

Guardó silencio.

  • Comprendo que estés molesto conmigo por ciertos sucesos, pero en el fondo nunca te he lastimado – dijo con pena.
  • Me arrancaste el brazo derecho, en al menos dos ocasiones – comenté – rompiste la protección que me dio Lemek esta espada, secuestraste a Leriel.

Me levanté furioso, a lo cual me miró nervioso.

  • No te permitiré que me vengas con esas mierdas – respondí – agradezco que me hayas ayudado, pero esto es distinto, es lo único que me queda, este trozo de alma.
  • Tu alma pasará a Satanás, mientras que tu conciencia a ese mundo que te ofrezco – indicó con desesperación – lo único que tienes por hacer, es decir, te lo entrego y de inmediato, estarás en los brazos de tus padres.

Lo miré desafiante, deseando creer, pero en mi interior escuchaba retazos de voces me gritaban desde la lejanía: “no lo hagas”.

  • Me has dañado y ayudado al mismo tiempo – comenté – pero no puede quedar esto, así como así, insisto, agradezco lo que has aportado, pero aborrezco lo que hiciste.
  • Ayudarte a tener una vida, es lo que hice – contestó furioso – todo lo que he hecho es para que tengas una mejor vida, hace un tiempo te obligué, por lo visto, tendré que seguir haciéndolo pues eres muy cabeza dura.

Lo contemplé levantándose mientras su cuerpo se llenaba de sombras, obteniendo el aspecto monstruoso, con un cuerpo musculoso, midiendo más de dos metros brazos enormes y un par de alas que salieron de su espalda, sus garras eran filosas como cuchillos y poseía una hilera de colmillos sobresalientes, con dos enormes ojos blancos en forma de gotas alargadas.

Saltó hacia a mí, salté a un costado, pero su velocidad era muy superior a la mía, impactando de frente, logrando mandarme a volar varios metros hacia atrás, me reintegré sacando el trozo de espada, que era inútil en esa forma, pero tenía que usar algo para protegerme.

  • No quiero pelear, ni hacer daño – indicó. – pero estás poniendo las cosas difíciles, a ambos, si tengo que mandarte a la fuerza, lo haré, estoy dispuesto, porque te quiero.
  • Eres un enfermo - exclamé - no tiene sentido.

Sujeto con su mano que era más grande que mi torso, apretando con sus garras que me enterró, sentí que en cualquier momento iba a exprimir mis órganos, le di un corte a su rostro, sin embargo mi ataque rebotó, su piel era más dura que el acero.

  • Anthony, deja de resistirte - vociferó.

Abrió la boca mostrando una interminable hilera de colmillos, parecía un túnel dentado.

  • Suéltame bastardo - exclamé.

Procedí a lanzar una gran ráfaga de fuego al interior, me soltó al instante, cerrando su hocico comenzó a toser mientras botaba fuego, cayendo arrodillado.

  • Eres un pedazo de … - exclamó con la voz acortada.
  • Aquí tengo más si quieres - respondí - no te tengo miedo.

Volví a lanzarle más llamas.

  • Sabes que he sido muy bueno contigo - gritó agonizando - pero ya no me contendré cuando pelee contra tí.

Continúe lanzando llamas, por algún motivo lograba mantenerlo a raya, comenzó a correr alrededor mío, giré para seguirlo, sin embargo él, era más rápido logró acortar distancia y darme un zarpazo en el estómago, luego me levantó de mi cabeza.

  • Recuerda, debes temerme, pues soy infinitamente superior a tí - vociferó furioso.

Cuando me dispuse a volver atacar, abrió su hocico tirándome adentro como si de una golosina, apretarme, sentí los dientes que se movían independiente de ellos, los cuales me empujaban al interior, aferrándose como ganchos que clavan en la piel.

En ese oscuro túnel solo sentía dolor de ser desgarrado, perdiendo trozos de mi ser, acompañado de la oscuridad.

  • ¿Anthony, estás ahí? - escuché a lo lejos.

Su voz era distante.

  • ¿Anthony, me escuchas? - continuó.
  • Esa voz.. no la conozco - susurré.
  • Anthony, sigue mi voz - exclamó.
  • No puedo moverme a voluntad - dije.
  • Mira hacia donde hablo - explicó - trataré de ayudarte - te guiaré antes que nos vea.

Un débil brillo apareció, no tenía más remedio que ir a ese lugar, que por algún motivo me parecía un camino distinto al que Armishel me designó. Tal cual dijo aquella voz, comencé a guiarme hacia donde miraba, así poco a poco me dirigí a aquel lugar, hasta que al cabo de varios minutos, quizás una hora o una eternidad, fui expulsado, similar a ser escupido, hecho esto el lugar comenzó a remecer.

  • Por lo visto se dió cuenta que pasó algo indebido para él - dijo la voz.



#12928 en Thriller
#5187 en Suspenso
#22384 en Fantasía
#8592 en Personajes sobrenaturales

En el texto hay: fantasia, drama, suspenso

Editado: 21.06.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.