En el Más Allá

Capítulo 60: Un paso hacia adelante

  • Veo que has pasado por muchas cosas Anthony - comentó Laura.
  • ¿Por qué lo dices? - dije sonriendo.

Se aproximó tomando mi rostro, de fondo a ella estaba el techo de su habitación.

  • Tus ojos… tienen un brillo opaco - indicó con tristeza - espero que puedas superar tu situación actual… recuerda, que puedes venir a mi, si necesitas algo, lo que sea.

No pude resistirme darle un abrazo, que me regresó, poniendo su busto en mi cara.

  • Seré sincero, tengo mucho miedo - dije - temo que si te juntas conmigo, algo malo te podría pasar, que podría hacerte algo tan terrible que me odiaras… dañarte… últimamente he perdido el control de mis acciones.
  • Eso suena muy serio - dijo inquieta - no puedo saber totalmente que te ocurre, es algo personal, pero solo deseo que logres superar tus dificultades.

Sus palabras eran alentadoras, pero si volvía a ocurrir lo mismo de la última vez, que solo sea un espectador de las acciones que mi cuerpo realiza, no se quería, si la dañara, en particular cuando ha sido tan cercana a mi, entre abrazos y caricias que hace con tanta regularidad, mi cuerpo siente su calor corporal que la está llamando de forma incontrolable.

  • Tu tambien has perdido parte del brillo en tus ojos - comenté - no soy el único que la ha pasado mal este año, ¿problemas con los estudios?
  • No muchos en ese sentido, también es estrés físico por lo que hago - dijo - ha sido más la vivencia de los estudios, hace poco tiempo hable con un compañero, llamado Adrian, quien dijo que te había golpeado, pero es solo charlatán.
  • Sí me encontré con él - respondí - solo peleamos, aunque tuve que huir cuando llegaron a ayudarlo.
  • Lo sabía, era un cobarde - comentó - quiso coquetearme, pero negué cualquier aproximación, luego una chica que estaba en nuestro salón habló algo indebido y peleé contra ella.
  • ¿Le gustaste? - dije preocupado.
  • ¿Qué crees? - exclamó orgullosa - no solo a ella, sino a su amiga y un novio de ellas que saltó a defenderla.
  • Esa es mi chica - dije sonriendo - no podía esperar menos de ti.
  • ¿No crees que necesito algo más que solo una felicitación de palabras? - comentó.

Se puso delante aproximando el rostro, a lo cual palpé su cabeza.

  • Bien hecho - dije - eres sorprendente.
  • Oye, no soy un perro - indicó riendo - decía otra cosa.

Comenzó a avanzar más hacia mi.

  • Te aproximas un poco más, te voy a robar un beso - dije amenazante.
  • En ese caso voy a estar más cerca unos minutos más - comentó.

Se mantuvo sonriente cerca de mi, con la mano temblorosa tome su rostro, no quería aceptarlo una vez más, pero era hermosa, sin resistirme la besé en sus labios, sentí una cierta felicidad en aquel momento, un relajo y alegría al mismo tiempo, cuando nos separamos, me sonrió ampliamente.

  • Y tú, ¿qué tal vas con los estudios? - dijo expectante.
  • La mayoría del año estuvo muy mal, mi promedio era del setenta por ciento - respondí - no ha sido el mejor rendimiento.

Abrió los ojos asombrada.

  • Pero si eres inteligente, ¿por qué pasó eso? - comentó.
  • Ha sido un año terrible - respondí - no tenía ganas de nada, pero tuve una propuesta, saltar un curso, pero debía obtener un cien por ciento en todos mis trabajos desde esa fecha y a fin de año deberé hacer exámenes para terminar el curso actual y a su vez, los del segundo año.
  • Oh que maravilloso, felicidades - indicó alegre - ¿cómo llegaste a esta situación?

Me dió otro abrazo más.

  • Se dieron cuenta que todas mis pruebas tenían todas las respuestas correctas - expliqué - a todas les dejé una marca de la respuesta correcta, sin mencionar que conocí a un grupo de chicos que desean mi ayuda el próximo año y van en un grado mayor al de nosotros.
  • Sé que puedes y lo lograrás - clamó emocionada.
  • Muchas gracias - respondí.
  • Si lo haces, te voy a premiar de alguna forma - dijo riendo picaramente.
  • ¿Cómo qué? - pregunté.
  • Lo sabrás cuando lo consigas - comentó guiñandome un ojo.

Desde aquel dia, mi mente ha estado enfocada aún más en mis actividades, aunque tenga el conocimiento de todo lo que se trabaja, no me distraje con nada, estudie la materia del siguiente año por completa otr avez, pues los exámenes se venían ya en un par de semanas, incluso para evitar perder tiempo, cuando terminan las clases, me voy corriendo a tomar el microbús y llegar rápido a estudiar lo que sea necesario, una actividad que hacía incluso cuando iba a la casa de Laura, quien aprovechaba de estudiar más, era una extraña sensación, solo habían pasado algunos meses desde que habíamos estudiado juntos, pero se percibió una eternidad de distancia entre esa época y la actualidad.

Al percatarme que mis compañeros venían detrás de mí con regularidad, comencé a desviar el trayecto, este lugar era más seguro, pues por lo general pasaba a muchos adultos, así que aunque me pillaran, no se atrevían a hacer algo.

Podría decir que las cosas estaban mejorando, así que conociendo mi suerte, algo malo podría venir, lamentablemente la respuesta fue inmediata.

  • Hola Anthony, ¿cómo estás? - dijeron a mis espaldas.

No era la voz de Gary, sin embargo era otra que recordaba con molestia, al voltear lo comprobé, se trataba de Guido.

  • Si, lo sabía es Anthony - exclamó alegre.
  • Pero como, está tan delgado - comentó Richard - no lo había reconocido.

Lo miré expectante, comprobé que seguía igual de gordo, pero más alto de lo que recordaba.

  • Es cierto, increíble el cambio físico - indicó Ariel.

El rostro de este último tenía el reflejo de malestar, ojeras que se le dibujaban.

  • Que gusto verte - comentó este último - tanto tiempo sin verte.
  • Guido nos contaba de ti - exclamó Richard - pero dejó de hacerlo, nunca entendimos.
  • Verdad, nunca hablé con él - respondí - es que me retiré.
  • Era por eso, que no te había visto - dijo golpeando su palma - ahora comprendo.
  • ¿No te habías dado cuenta? - dije asombrado.
  • Soy alguien distraído - respondió.
  • Por ese mismo detalle no es el encargado de cortar el gas antes de salir de casa - explicó Richard.
  • ¿Cortar el gas? - comentó Ariel - verdad que hoy me tocaba…
  • Descuida, yo me encargué - dijo el gordo.



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En el texto hay: fantasia, drama, suspenso

Editado: 20.05.2025

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