PRÓLOGO

Podía sentir como mi corazón golpeaba de manera desenfrenada mi pecho. Sentía que la sangre me quemaba al igual que los pulmones por falta de aire. Empujaba a todo aquel que se me atravesara, incluso podría jurar que hace unas cuadras atrás había tirado a un hombre. En otro momento me hubiera detenido a disculparme y ayudarlo a levantarse, pero ahora sólo tenía un objetivo y era ella.

No sé cómo había llegado a este punto; donde tenía que correr como si mi vida dependiera de esto. Necesitaba llegar a su lado antes de que fuera tarde.

Me negaba a creer que ella estuviera a punto de morir, me negaba a que ella me dejara. Aún no había conseguido sacarla de esas sombras que la sometían.

Iridna Quintero, era la chica más increíble que habría podido conocer en mi vida. Ella era la única que había conseguido dejar marca en mí.

Espera, no todo acaba ahí. Está no es la típica historia de amor, donde comienza odio-amor. ¡No! La conocí en el momento incorrecto o el correcto. Depende de cómo lo quieras ver.

¿Quieres saber el por qué en este momento corría? Porque ella estaba a punto de morir por ser brutalmente golpeada por el que creía fue el amor de su vida.

Por cada golpe era una rosa. Una humillación, era una disculpa. Por palabras hirientes, era una palabra de lo hermosa que lucía.

Aunque, su belleza se hubiera apagado hace mucho.

¿Cómo podía tratarla de manera tan brutal como un cuchillo clavado en el corazón y a la vez ser acariciada por un algodón?

Ella era una bomba de tiempo que activé en el momento que mis ojos se posaron en su larga cabellera y, la cuenta regresiva empezó en el segundo que su mirada conectó con la mía.

¿Cómo llegamos hasta este momento?

Todo empezó hace un año atrás.

Empecemos, por ese momento en que inició la cuenta regresiva…