En el nombre de ella

44.- DENEB

Caminaba hacia mi universidad, pero un auto se interpuso en mi camino.

Supe que algo andaba mal, cuando de él bajaron tres hombres junto a Félix.

—Tranquilo, que ahora es tu turno —dijo, con una sonrisa de medio lado.

Se sentía tan cerca y tan lejano el tiempo en que yo lo molí a golpes y no fue suficiente. Y verlo tan fresco me hizo sentir un inútil, porque se veía bien, cuando a ella estaba hecha polvo.

—No puedes solo —afirmé. Mirando a los otros tres con altanería.

—No me gusta ensuciarme las manos.

—Tú no tienes manos maldita cucaracha.

—Puede que no, pero si un pene que penetró a nuestra zorrita.

Y la mención de la chica, fue un mechero que encendió el explosivo. Los otros tres me tomaron de los brazos.

—¡Jamás vuelvas a llamarla así!

—Una cosa, ¿te has acostado con ella?

Sus ojos irradiaban fuego.

—No. Yo no necesito recurrir a drogarla para que me aprecie, pedazo de… ―tuve que callar cuando el golpe llegó a mi estómago.

Toma el inicio de mi cabello, levantando mi rostro.

―Es una resbalosa, no te creo. Así como se abrió de piernas para nosotros, lo hizo para ti. Conozco lo zorra que es.

Cuando lo escuché hablar, supe que los malnacidos que tenía sujetándome eran los involucrados en su agresión. Y eso caló mi alma como el infierno.

―No me imagino que tan cobarde tienes que ser para haberla drogado. No me imagino que tan poco hombre eres al necesitar a tus amigos violadores para golpearme, porque tus manitas se romperán.

Uno de ellos golpeó mi costado, provocándome un dolor que me retorció.

―Dijiste que no nos recordaba, Félix.

A pesar estar ahogado en el dolor punzante de mi costado supe que eran ellos. Y sólo quise voltear para mirar los rostros.

―Claro que lo recuerda y cada uno se va la podrir en a maldita cárcel ―mentí.

―¡Cállate! ―golpea mi rostro.

―Recuerdo que a los violadores les dan la bienvenida ―me mofo.

Creí por un momento que eso los haría desistir, pero tuvo el efecto contrario.

―Sí tú no estás, nadie lo sabrá. Nadie le va a creer a una chiquilla drogada.

Sabía que ese podría ser mi final, nadie sobrevive a ello. Sólo esperaba que en verdad ella tuviera justicia y esos malditos tuvieran el peor de los finales.




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