Capítulo 10

Narrado por Hugo

Me lancé hacia la piscina para poderle coger a luz, antes de que pase algo peor ya que se nota que ella no está con todos sus sentidos. El agua está demasiada fría hago a un lado esa sensación de frío y logro atraparle a luz, está realmente inconsciente le amarco y salgo con ella como puedo de la piscina, no pesa mucho para mí, pero parece año viejo ya que se mueve de un lado para otro y me da la sensación de que en algún rato se me puede caer de mis brazos.

Le llevo a luz hacia la sala para revisar que esté consciente pero no responde a nada así que la acuesto en el sofá y hago respiración boca a boca tratando de que bote toda el agua que se pudo haber tragado. Mientras le hago respiración boca a boca puedo percibir su delicioso perfume dulce, sus labios son tan dulces y tiernos, hago de lado ese pensamiento por un rato, después de unos tres intentos veo que luz se arrecuesta y escupe toda el agua que se tragó, me regresa a haber por un segundo con una mirada de agradecimiento por lo que acabo de hacer y veo que otra vez se tumba para quedarse dormida y cuando digo dormida me refiero que pueden caer mil bombas dentro de esta casa y ella no se despertaría, me río despacio porque me da ternura, le doy un beso en la frente y voy hacía mi habitación.

Mis jefes me dieron una habitación en esta casa ya que siempre los acompaño en sus viajes, así que decidieron darme una habitación para poder poner todas mis cosas y no tener que traer una maleta. Busco una ropa cómoda en mi armario porque estamos muy empapados y no quiero que después se resfríe además aún sigue lloviendo y está haciendo mucho frío, encuentro un deportivo bien caliente ese le voy a dar a luz.

Aunque a Alva no le guste que le llame luz, no lo puedo evitar ella realmente ha sido para mí una luz, después de todo este infierno que estoy viviendo cuando estoy con ella me siento sano en todo sentido, pero a la vez sé que no me tengo que ilusionarme con ella, ya que no la merezco no se merece a alguien como yo y sé que muy pronto le tengo que decir toda la verdad sobre mí y aunque me duela y ella se pueda alegar lo voy a entender.

Me acerco hacía la sala donde está Alva, le muevo despacio para que se cambie, pero no reacciona a ningún movimiento, estoy un buen rato tratando de despertarla, pero es en vano, creo que me va a tocar cambiarla, la amarco y la llevo hacia mi habitación le meto debajo de mi sábana le quito las medias y poco a poco le voy quitando el vestido tratando de no tocar de más y mirando hacia una esquina para no ver nada de ella, aunque se me hace tentador, sé que no es para nada correcto hacer lo que me imagino.

Quito mis pensamientos de mi mente y levanto su vestido para quitarle por completo, ahora solo me toco la parte más difícil para mí, trato de no manosearla demás acomodo mis manos lentamente en su espalda tratando de zafar el sujetador, logro zafar y a lo que estoy llevando hacia adelante el sujetador siento unas cicatrices por su costilla, debo decir que me asusté un poco porque sentí varías, me mato por ver que le pasó pero trato de ignorar mi idea, pongo su sujetador a un lado de mi cama y técnicamente la parte más difícil paso ahora está desnuda en mi cama y no tengo la menor idea como ponerle mi deportivo.

Suspiro un poco confuso, literalmente estoy haciendo malabares para poder ponerle mi deportivo, después de un buen rato luz ya está vestida y veo en su cara que está tan dormida que no decido despertarla, la levanto entre mis brazos y la subo al carro, ya mañana arreglaré todo el desorden de la casa antes que me maten mis jefes.

Voy directo hacia su casa, son casi las diez de la noche, me bajo del carro y hablo con el portero para que me deje pasar, una vez adentro del terreno me estaciono cerca de la puerta principal de su casa, me bajo del carro y me doy la vuelta para poderla a marcar. Timbro para ver si sale alguien, pero dudo que este alguien en casa todo está a oscuras y no hay ni un carro, timbro dos veces hasta que llega una señora, no se ve muy mayor, creo que puede tener unos cuarenta y cinco años más o menos, en su cara lo único que pude percibir es susto, se le veía muy nerviosa y asustada como si ella sabía que Alva no iba aparecer nunca, me imagino que es su madre por la cara de preocupación que lleva.

- Me tenían muy preocupada, pensé que algo le había pasado a mi niña

- Buenas noches, señora, soy Hugo el amigo de su hija, de verdad siento mucho llegar a esta hora, es que comenzó a llover y Alva se empapo y se quedó bien dormida

- No no soy su madre, soy la nana de Alva me llamo Lucia, gracias por traerla pasa por favor

Entro amorcándole a Alva entre mis brazos y se nota que tienen demasiado dinero, su casa es realmente una mansión todo tan elegante y costoso, me pongo a pensar que realmente por más dinero que tengan algunas personas eso no es todo en el mundo, Alva nunca se ha mostrado como una persona con clase a lo contrario es muy tranquila y conservadora.

- Hugo por favor le puedes dejar a mi niña en su habitación, subiendo a las escaleras mano derecha en la puerta del tope hay es

- Claro señora Lucia, ya subo

- Lucia me puedes llamar Lucia no pasa nada mi niño, ¿deseas que te prepare un té? hasta que le dejes a Alva en su habitación, porque hace demasiado frío

- Muy amable gracias

Subo las escaleras y pareciera que solo estamos los tres, porque se nota que no hay nadie más adentro de esta casa, me pregunto dónde estarán los padres de Alva, hasta ahora Alva no me ha dicho mucho de sus padres.

Mientras camino por el pasillo veo cuadros colgados, me imagino que son algún tipo de obra de arte, aunque realmente no entiendo nada de ese arte solo veo puro garabato, me pregunto cuanto les habrá costado cada pintura, llego al final del pasillo y abro la puerta del cuarto de Alva.

Su cuarto es muy bonito es bien amplio y no tiene objetos lujosos si nada de eso, es más sencillo veo que tiene unas fotos pegadas en la pared y un pequeño estante de libro, le acuesto a luz en su cama y le tapo para que se abrigue bien.