¿en guerra con el pasado?

CAPITULO 2

PROBLEMAS

EMILY

Había recido una llamada de la universidad y ya por fin podía estar en paz, había aprobado todas las materias y ahora tenia mucho tiempo libre, Hannah también aprobó y decidimos salir para celebrar, aunque claro, tenemos seguridad pero ellos están a una distancia considerable para que tengamos privacidad al momento de charlar y hacer compras. Nos encontrabamos en una plaza y habiamos pedido unas hamburguesas, me contaba lo que tenia pensado hacer en todo este tiempo pero yo estaba pensando en los mensajes del chico, algo asi no era para tomarlo por desapercibido, pero aun no tenia en cuenta quien podria hacernos algo.

—¿Me estas escuchando?

Olvide mis pensamientos al escuchar su voz.

—Perdón, ¿que decias?

—Haz estado muy distraida este dia, ¿segura que estas bien?

Como dije, me conocia muy bien.

—¿No estas pensando en algún chico que te roba hasta el aliento?— movió sus cejas insinuando cosas y me sonrojé escondiendo mi rostro entre mis manos. Ella no paraba de reir —Dime quien es ¿Donde lo conociste?—

No sabia como responder a sus preguntas, le tengo confianza para contarle esto pero no lo se, prefiero primero verificar si es verdadera la situación pero a la vez algo me dice que lo es, aunque en algo tenia razón, el chico de la capucha. No he dejado de pensar en el estos ultimos dias, ayer cuando estuvo muy cerca mi corazón se aceleró como nunca antes, no sabía que pasaba, nunca había pasado eso.

—No es eso, solo que— bufé —olvidalo, no tiene importancia—

—Oye, tranquila, no hagas eso— sentí que me agarro la mano derecha y entendí el porque. Cuando estoy muy nerviosa me da por rascarme el dorso de la mano y aveces me sobrepaso, he llegado a sacarme sangre por eso. Hace tanto no me pasaba algo asi.

—Lo siento, tengo la mente perdida.

—Tranquilizate.

—Tengo un mal presentimiento.

Me observó preocupada.

—¿Sobre que?

Le hice una seña que se acercara y discretamente lo hizo.

—Un chico me ha estado enviando cartas de precaución sobre algo respecto a mi familia.

Ella se quedo perpleja. Sus orbes azabaches me repasaron el rostro para ver si mentía y se volvió a acercar.

—¿Sabes a que se refiere?— Negué.

—Solo dice algo del pasado y una guerra, aunque pienso que me haría una broma.

—¿Y si no lo fuera?

Suspiré pesadamente, esto era algo que era mitad y mitad y no sabia con certeza a que se referia ese chico. El resto de la tarde Hannah no quiso que me arriesgara asi que nos fuimos cada una a nuestra casa y ahora yo estaba viendo una serie con Argos que se encontraba en mi estomago mientras repartia mimos en su cabeza.

De pronto escuché a alguien tocar la puerta.

—¿Quién?

—Soy yo, Aid, ¿puedo pasar?— le respondí un ok, entró a la habitacion, cerró con seguro y apago el televisor. Su mirada era muy seria.

—¿Porqué haces eso?— pregunte enojada. No soporto cuando hace eso.

—Me dirás en este instante lo que te pasa y no quiero escuchar que nada porque no lo creo.

—Pero si no hay....

Tomó mi brazo y me puso de pie en un instante, puede que sea menor pero en altura me sobrepasa un poco y le es fácil hacer algo asi. Me queje por el movimiento brusco pero en vez de sentir culpa su mirada reflejaba que queria respuestas

—La verdad Ritcher

—Sueltame primero— espeté cautelosa fulminandolo con la mirada, no le conviene, facilmente le puedo romper la muñeca. Soltó mi brazo y suspire mientras hacia movimientos para calmar el leve dolor. Me senté en la cama y hablé.

—Han estado llegando cartas sobre una guerra y que debemos cuidar a los nuestros.

No dijo nada, continué.

—Según dicen que ese tal pasado atacará en donde más les duele a mamá y a papá.

—Nosotros— menciono —Sabes que lo somos todo para ellos, los cuatro—

De pronto escuchamos otros toquidos.

—Emi, soy mamá, ¿puedo pasar?

Nos miramos y le respondí un si, nos observó y se sorprendió de encontrar a Aidan conmigo.

—Les queria decir que ya esta la cena, ¿vienen?— asentimos y se retiro con una sonrisa. Antes de salir Aid tomó mi muñeca y volteé a verlo.

—Estemos alerta por si pasa algo, no dejemos pasar por alto algo así.

Asentí y bajamos al comedor para cenar, pero el mal presentimiento seguia presente.

(...)

Después de la cena había vuelto a mi habitación pensando en lo que dijo Aidan, tenemos que vigilar nuestras espaldas, no sabemos cuando puedan hacer algo. Eran apróximadamente las once de la noche y seguia dandole vueltas al asunto, poco a poco mis ojos se cerraban por el sueño pero un ruido de un cristal roto me despertó rapidamente, escuche pasos afuera y me asome no sin antes llevar una pequeña arma conmigo. Estaban mis padres, mis hermanos, mis tias y mi primo afuera. Todos llevando sus armas personales.

—¿Estan bien?— preguntó mi padre. Asentimos.

Iba a volver a hablar cuando varios hombres rompieron las ventanas y entraron al mismo tiempo, empezaron a disparar hacia nosotros y mis padres con mis tias empezaron a disparar mientras que Aidan, Simon y yo cuidabamos a los gemelos. Los guardias que estaban cerca nos acompañaron.

—¿Que pasa?— preguntaron al unisono.

Aidan y yo compartimos una mirada de susto, ese dia habia llegado.

—Muevanse— grito mi madre y todos caminamos afuera hacia la parte de atras y cuando llegamos aparecieron más hombres, los de seguridad nos cubrían mietras les disparabamos a unos. Otros empezaron a querer golpearnos y nos defendiamos con todo lo que aprendimos durante toda nuestra vida. Hasta que usaron una bomba de humo que cubrió todo el lugar, empecé a toser y traté de ver un poco, todo era gris y no se observaba nada.

Escuchamos unos gritos y rapidamente los reconocí.

Bruno y Camille.




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