¿en guerra con el pasado?

CAPITULO 7

SENTIMIENTOS

EMILY

Observar a mis padres no estaba en mis planes en estos momentos, los cuatro seguiamos en trance hasta que de un momento a otro reaccionamos y mi padre camino rápidamente en dirección al de ojos color miel y me puse entre ellos evitando que mi papá hiciera alguna tonteria.

-¿Porque te llevaste a mi niña?- dijo para que solo escucharamos mientras yo ponia distancia con mis manos a la altura de su pecho tratando que no se acercara y mi madre lo tomaba del brazo alejandolo disimuladamente.

-Cariño, relajate- respondió mi madre.

-No hasta que me expliquen porque Emily no dijo nada y quien es este chico.

-Lo harán pero calmate, no harás un escándalo, lo hablaremos en otro lugar- Damián observó a su esposa y suspiro, hay veces que es impulsivo y no sabe como reaccionar. Una vez nos calmamos mi madre nos dijo que los siguieramos y mi padre me abrazó a su lado inesperadamente -Oye, deja a tu hija respirar- le reclamó mi mamá.

-No puedo dejar a mi pequeña con él- señalo a Jason -Ella es mi bebé- mencionó y seguiamos el camino hasta el auto. Se que esta aliviado por encontrarme pero también tiene sus celos paternales, es algo lindo pero en veces es muy dramático, como ahora, tomamos asiento Jason y yo en la parte de atrás mientras mis padres enfrente.

-¿Ahora si nos explicarán porque hicieron todo esto?- habló mi padre serio viendonos desde el retrovisor y mi madre volteando la vista por su hombro -Pero primero ¿quien eres tu muchacho?- observó a mi progenitor y este lo calcinaba con la mirada.

-¿Especificamente que señor?- respondió tranquilo.

-Tu nombre, edad, de donde eres y porque razón hiciste lo de las cartas.

Suspiro y el pelinegro asintio.

-Soy Jason Willred, tengo veintiun años, soy de Nueva York- contesto en el orden que le pidió mi padre.

-¿Y la razón?

-Hay personas que no merecen crueldad alguna- mi padre lo observó meticulosamente y volvió a poner su vista en la carretera. Nadie de los cuatro dijo una sola palabra hasta que llegamos al lugar, era una casa que compraron para vacaciones familiares y veniamos en ratos a pasar el fin de semana o vacaciones, cerraron el auto y los seguimos a pasos tranquilos.

-Ahora tu- de nuevo mi papá señalaba a Jason - nos esperarás aquí mientras hablamos con nuestra hija- asintió y tomó asiento en el sofá de cuero negro mientras los tres ingresabamos a su habitación en la planta de arriba.

-¿Y bien?- mencionó mi madre cuando cerró la puerta.

-¿Que quieren que les diga?

-La verdad- dijo el de ojos oscuros y suspire -¿Porque no nos dijiste nada sabiendo que podiamos hacer algo?

-Estaban muy ocupados y no queria preocuparlos más.

-¿Si sabes lo que nos preocupaste cuando el padre de Hannah nos dijo que no estabas en su casa?

-Lo siento- mencione triste -No quería mortificarlos y sentí que todo había sido mi culpa por callar y yo debía de ir a buscarlos- un nudo en mi garganta ya estaba por soltarse -Esto es mi culpa- mencioné sollozando. El peso era mucho.

Tomaron asiento a mi lado y limpiaban mis lágrimas de mis mejillas, una vez me calme los observé.

-Enserio perdonenme por todo esto.

-Mi amor, se que intentabas hacerlo tu pero no tienes porque hacerlo sola, nos hubieramos puesto a buscar todos con tu ayuda- respondió mi madre tomandome de las manos.

-Tu madre tiene razón Emi- interrumpió mi padre -No siempre puedes ponerte ese tipo de responsabilidades.

Estuvimos hablando un poco más y nos calmamos, ambos ya no estaban enojados pero no les gusto que no les tuviera la confianza de decirles, siempre nos han dado la oportunidad de contarles nuestras cosas pero me sentí mal por haber callado, todo este martirio me estaba matando. El resto de la tarde me quede en mi habitación, estaba muy cansada y todo era un lio en mi cabeza, la cena me la dejó mi madre en una mesita de noche pero yo no tenía hambre, solo quería saber como estaba Jason, por mi mamá supe que estaba en la habitación de huéspedes del fondo.

Espere a que fuera media noche a que mis padres se durmieran y con cuidado salí de mi habitación llendo a la suya, abrí la puerta suavemente y lo encontré recostado sin camisa en el barandal observando afuera, cerré la puerta y volteó y se dirigió hacia mi mientras yo no dejaba de ver su trabajada musculatura, era increíble verlo así.

-¿Ya me dejaras de comer con la mirada y me dirás que paso?- escuché que dijo y lo observé a los ojos.

-Ya solucionamos las cosas- dije en dirección al barandal donde estaba hace un momento, me siguió y se puso a mi lado.

-¿Estas bien?- lo observé, antes parecia muy cortante pero ahora siento algo diferente, como si conociera su verdadera faceta. Papá siempre dice que las personas aveces usan máscaras para ocultar su personalidad por algún miedo o temor y tal vez lo este perdiendo poco a poco.

-Si, descuida- hice un gesto con mis manos- suspiro y se dió la vuelta para observar si venia alguien pero algo me detuvo. Una cicatriz. Me acerqué cuidadosamente y la toqué con las yemas de mis dedos, inmediatamente se tenso -¿Que te paso?- y no era solo por eso, sino el tamaño, era de quince centímetros aproximadamente.

Giro su cuerpo y me observó con ojos oscuros.

-Tuve una discusión con alguien.

-¿Porque?- suspiró y tomo asiento en la cama e imite su acción para sentarme a su lado -Sabes que puedes confiar en mi- me observó dudoso hasta que habló.

-Le dije a una persona que no era justo lo que hacía y no le pareció mi respuesta.

-¿Y que hizo?

-Quiso vengarse del amor de su vida, como ella lo llama, por haberle dicho que no queria nada con esta persona.

Abrí mis ojos como platos, que persona más rencorosa.

-¿Y que hiciste tu?

-Obviamente le dije que estaba mal de la cabeza pero se enojo al punto de golpearme con un látigo por el simple hecho de no estar de su lado- su voz parecia muy apagada y lo abracé recostando mi cabeza en su hombro, no es justo que lo hayan tratado de esa manera. Con su mano en mi menton levanto mi rostro suavemente y sus ojos brillaron -¿Porque actuas asi conmigo?




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