Berlín. 1920
Su nombre era Greta. Había sido concebida con la idea de ser un personaje secundario en la historia de otra mujer. Sin embargo, a fuerza de lucha constante y de revestirse de carisma, hubo inscripto su nombre y su vida en páginas propias. Esta es su historia, la que dedica a todos los personajes secundarios que llevan sobre sus hombros la difícil tarea de abrirse camino hacia una historia principal.
Empieza así:
En 1920 sucedieron varias cosas. Muchas fueron consecuencia de los destrozos que trajo a Europa la Gran Guerra.
(…)
En este contexto social, político, económico y cultural, nació Greta.