Al día siguiente, como a las ocho de la mañana, se bajan casi todos como es de costumbre a la cocina a desayunar. Mientras se encuentran en la mesa, Magalí (la mamá) lo mira de reojo a Braian que se lo nota cansado y algo pensativo mientras se toma su café con pan...
—Decime si no tenemos suficientes problemas como para que me llame la mamá de uno de tus amigos y me diga que anoche en una discusión, apuñalaron a alguien y que vos estás involucrado— Le dice de repente aprovechando el momento. Braian cierra los ojos mientras respira profundo desde que su madre abrió la boca. Deja su desayuno al lado después de eso y se queda pensando...
—Es mi problema, no la de ustedes— Le responde mientras mira su vaso para no verla a los ojos...
—¡No! Estás equivocado. Si tenés problemas como este es el problema de todos. Todavía sos menor y hasta que dejes de ser menor… Es el problema de todos los que estamos acá, ¿entendiste? ¿eh?—...
—¡Y en unos meses voy a cumplir esos dieciocho y me voy de esta casa!— Le alza la voz de repente, se levanta rápidamente y sube a su cuarto enojado. Brisa (la hermana del medio) y José agarran sus mochilas bien callados y se van a la escuela. Magalí se queda sentada pensativa y a la vez furiosa. Unos segundos después viene Raúl...
—¿Qué pasa amor? ¿Te agarró Auguste Rodin que estás tan pensativa hoy? Jejeje—
—No... no es eso. Otra vez discutí con Braian—
—Uh... bue. ¿Te dijo algo nuevo?—
—No... bueno sí. Dijo que ni bien cumpla los dieciocho se iría de la casa—
—No te preocupes amor... ya se le va a pasar, después hablo con él ¿Sí? Ahora me voy a trabajar. Hoy voy a llegar tarde, así que no me esperen—
—Bueno, adiós—
Al retirarse Raúl, Magalí empieza a limpiar la casa. Mientras tanto Braian decide no ir al colegio, se queda en su habitación a escuchar música desde la radio con los auriculares a todo volumen. Unas horas después, Magalí se echa a mirar la televisión. Braian baja de su cuarto para buscar algo de tomar en la cocina, abre la heladera, encuentra una lata de cerveza y la toma en ese lugar.
Magalí sigue mirando su programa de todos los días, hasta que en un momento, se apaga la luz en el living en la que ella se encuentra, mira, se levanta y la prende otra vez. Se vuelve a acostar en el sofá a mirar la televisión, unos segundos después se vuelve a apagar la luz.