Veintitrés y treinta minutos, recién llega Raúl de su trabajo, cerró la puerta de la casa con llave y subió por las escaleras para irse a dormir. Pero cuando pasa por el pasillo de arriba, ve en el medio de la oscuridad a alguien parado desde lejos mirándolo a él, se queda quieto en su lugar por unos segundos tratando de observar bien por la poca visión que tiene.
Luego rápidamente prende la luz y la forma del tipo desaparece, la vuelve a apagar y esta vez no aparece nada. Entra a su cuarto medio confundido y se pone a dormir al lado de Magalí.
La noche otra vez se pone silenciosa, ambos durmiendo abrazados y lo mismo con José que abraza a su oso de peluche favorito, Brisa ve su telenovela de todas las noches y Braian escucha algo de rock nacional mientras mueve la cabeza en cada estribillo que suena estando acostado en su cama de boca arriba. No sucede nada raro, al menos esta noche.
Al día siguiente Raúl como siempre se va a su "trabajo", José sale a pasear al parque con una conocida de la familia que lo cuida de vez en cuando, Braian sale a tomar aire en el patio del fondo, Magalí limpia la casa y Brisa se encuentra en el living con sus nuevas amigas de la escuela. Todo parecía estar totalmente normal, hasta que una de las amigas de Brisa ve la sombra de alguien pasar por el pasillo de arriba y pregunta sabiendo que nadie está en ese lugar...
—Che, ¿y eso?—...
—¿Qué cosa?— Le pregunta Brisa...
—Acabo de ver una sombra pasar por ahí— Le responde con algo de seriedad...
—Entonces, vamos a revisarlo— Les dice Brisa sonriendo y empiezan a subir lentamente por las escaleras como si estuvieran jugando. Llegaron al pasillo y, tras unos segundos de silencio, oyen tocar la puerta del cuarto de José dos veces, de tal forma que todas sueltan un susto mirando hacia el lugar del suceso.
Se acercan lentamente y lo abren, no ven nada ni a nadie, entran en el cuarto mirando por todos lados, revisan cada parte del lugar, incluso los roperos...
—¿Qué es eso?— Se pregunta una de las amigas llamada Rocío al ver algo tenebroso en una de las esquinas del techo.
—No sé, parece humedad— Le responde otra de las amigas llamada Carolina.
—Tu hermano tiene muchas cosas raras— Le dice Juliana a Brisa.
—No solo tiene cosas raras, es raro, el otro día en la escuela me dijo que me moriría. Pero eso no me asustó, lo que me asustó más fue la forma en que lo dijo, "Muy pronto vas a estar muerta Rocío"— Les comenta Rocío.
—Sí, bueno... creo que está muy obsesionado con una película que vimos hace poco. No debimos haberle permitido verla con nosotros teniendo esa edad.
Bueno, ¿Volvemos? Tengo hambre— Le responde Brisa. Todas regresan por donde llegaron, aunque en ese instante en que ya se encontraban cerca de la escalera, algo de repente la empuja a Rocío hacia el vacío y cae de cabeza desde el segundo piso impactando de una manera muy violenta, muere en el acto.
Todas empiezan a gritar, Magalí rápidamente deja lo que estaba haciendo y corre a ver qué es lo que sucede, de repente se encuentra con la chica en el piso desnucada con sangre saliendo de la boca y hasta de los ojos. Braian escucha los gritos, se acerca y también ve lo que pasa.
Unos días después de darse a conocer las autopsias que terminaron definiendo el hecho como un accidente, van todos los de la familia al velorio de la chica, al cabo de unas horas José sale al patio del fondo de la casa donde no se encuentra nadie. Braian lo ve y lo sigue, José se sienta en un borde del piso cerca de la entrada y le intenta preguntar a su amigo que por qué la había matado, el otro se niega diciéndole que no era él quien lo hizo y que era un accidente como todo pasó.
Braian lo mira bien desde la puerta y ve que se encuentra hablando solo, se le acerca preguntándole...
—¿Qué hacés?— José lo mira rápido y le responde...
—Nada—...
—¿Nada?, te escuché hablando solo— Lo mira bien José y con sinceridad le responde...
—No estaba hablando solo, estaba hablando con mi amigo—...
—¿Tu amigo? ¿Y quién es tu amigo?— Se sienta al lado de él...
—Nunca me dijo como se llama, dijo que cuando sea el momento, lo voy a saber—...
—¿Y él está... acá con nosotros?—...
—Sí, está ahí, sentado al lado tuyo, escuchando lo que decimos— Le responde y Braian mira rápido hacia su izquierda a ver si era cierto lo que le contaba...
—Yo no veo nada—...
—Yo sí lo veo, aunque ahora me está diciendo que solo es porque aún no quiere que lo veas, por eso no lo ves—...
—Sí... ¿Y cómo es tu amigo?—...
—Es como... no sé como decirte, tiene... un rostro que no es como nosotros, pero se parece un poco también a nosotros, su piel es de color azul y algunas partes negras, dice que no es de nuestro mundo—...
—Bien... voy a volver adentro, si querés podes ir a jugar con los demás chicos que están en el patio del frente, ¿no querés tomar nada?—...
—No, no quiero—...
—Bueno— Braian entra a la casa y José se queda en su lugar esperando a que se aleje un poco más.