José se larga a llorar en el piso, Brisa la agarra de las piernas a Magalí y la empieza a arrastrar hacia el living. Al salir de la habitación, José se acerca a Braian y lo trata de despertar.
Al llegar al living, la sienta en una silla a Magalí y la ata con una soga, le pone una mordaza y luego de terminar rápidamente corre hacia arriba en busca de Braian. Al llegar arriba lo encuentra a José aun intentando despertarlo, se vuelve a enojar y se le acerca rápido...
—¿¡Que hacés!? - Le pregunta y lo golpea otra vez en la cara esta vez con el revés de la mano derecha tirándolo hacia atrás, luego lo agarra de los pies a Braian y lo empieza a arrastrar hacia donde la llevó a Magalí - ¡No te vayas a ningún lado, o vas a ser el primero en morir! — Le grita a José. Lo arrastra a Braian pasando por las escaleras, en cada escalón se escucha cómo se golpea su cabeza.
Por un momento se despierta, intenta verla, pero no puede, hasta que se pone a forcejear con las piernas. Brisa intenta detenerlo, pero en un descuido la empuja y cae de espaldas hacia abajo rodando por los escalones hasta llegar al piso.
Braian empieza a subir, pero al llegar en la cima ve que algo (o alguien) lo esperaba, primero ve unos pies horribles parados en frente de él, luego mira hacia más arriba y se encuentra a un tipo con traje, pero el traje no es nada nuevo, está sucio, con algunas partes que están rotas como si alguien se lo hubieran arrancado. Intenta mirar más arriba para ver el rostro y ve a un señor de unos cincuenta años sonriéndole con la cara toda ensangrentada, una cortadura en el cuello y con ambas orejas cortadas.
De repente lo empuja a Braian con uno de los pies y empieza a caer, cae directamente otra vez hacia Brisa, que ella con sangre en la parte de atrás de la cabeza por el impacto, lo agarra por debajo de ambas axilas y lo arrastra de nuevo mientras él se encuentra algo mareado. Lo sienta en una silla al lado de donde se encuentra Magalí, ella observa todo desde su lugar.
Luego de atarlo a Braian, le tapa la boca con un trapo. Después corre hacia arriba otra vez, se escucha cada paso que hace ya que el piso al igual que las escaleras son de madera, luego de unos segundos, escuchan a José gritar...
—¡Noo! ¡Dejáme!— Seguidos de unos pasos fuertes que son de Brisa, luego la ven a ella y a José en sus manos bajándolo a las fuerzas.
Lo ata también a él, luego de terminar, se sienta Brisa a otra silla a descansar. Los tres la miran solo a ella, durante varios minutos se encuentran así, después ella se les acerca, los mira a cada uno...
—¿Quieren saber por qué hago esto?– Braian le asiente con la cabeza... – Bien... – Se sienta de nuevo en su silla y sigue – Les voy a contar un cuento, no es tan largo, y es algo muy triste para mí, presten mucha atención:
Hace unos meses, cuando vivíamos en la otra casa, mi mejor amiga y yo, conocimos en el colegio a un chico, era nuevo, un extranjero llamado Alex, para nosotras él era tan lindo que cada vez que nos hablaba temblábamos como con nadie, al cabo del tiempo terminamos enamoradas de ese tipo alto, rubio y de ojos claros. Hasta que un día hicimos un juego y apostamos a que si ella ganaba, se quedaba con él, pero si yo ganaba, yo me quedaría con él... —