Todos observan esta vez al Padre con ganas de saber la verdad. El Padre sigue contando...
—En realidad, el padre de familia de aquella época, era mi hermano. Él me llamó y comentó que su hija estaba poseída por un ente que era desconocido, un ente, que apareció desde la esquina del techo del cuarto de mi sobrina. Le dije que podía llamar a alguien para que los ayudara, y llamé al mismo equipo que vino acá. La cuestión es que cuando todo iba a terminar, el ente se puso peor en el cuerpo de la chica.
Todos la raptamos y la bajamos acá en el sótano para que los vecinos no escucharan los gritos, luego la tuve que exorcizar lo más antes posible. El ente ya la iba a poseer por completo, pero pude sacarlo de ese cuerpo. Aunque había un problema más, ese mismo ente, entró en el cuerpo de mi hermano, estaba tan poseído que no podíamos detenerlo.
Se iba de un lado para el otro, incluso desaparecía y volvía a aparecer en otro lugar. Luego de varios minutos así, desapareció unos segundos más y Franco, uno de los exmiembros del equipo, lo encontró escondido detrás de un ropero que estaba cerca de nosotros. Mi hermano, aún poseído, lo agarró del cuello y lo usó como un escudo humano, se acercó hacia nosotros, se paró justo en el lugar donde ustedes están atados... – Braian y los demás se miran por unos segundos y luego lo vuelven a escuchar –... Intentamos convencerlo para que lo suelte, pero en un descuido le rompió el cuello a Franco y murió delante de nosotros. Ahí, Nicolás sacó un revolver y le dio tres tiros. Pero antes de eso, yo le supliqué que no lo hiciera, ya que no era mi hermano quien lo había hecho, pero no me escuchó, puesto que el ente lo incitaba a cada segundo y al final el hijo de puta sí lo hizo.
Al hacer eso, yo me acerqué a mi hermano y sentí algo raro al tocarlo, que más tarde me di cuenta de que el ente había entrado en mí. Al día siguiente no pasó más nada, mi cuñada y sus hijos se mudaron, el equipo se fue con uno menos, y yo, luego de mucho esfuerzo, pude devolver al ente a su lugar, que era la esquina del techo de donde salió. Aunque en ese momento, lo pude devolver a ese lugar porque ya estaba débil, ahora no creo que pueda volver a hacerlo.
Luego de unos años, me entero de que un niño, logró sacarlo de vuelta, y ahí fue que se me ocurrió una idea, los usé a ustedes, para que el equipo vuelva a juntarse y así matarlos a cada uno de ellos en memoria a mi hermano. Los mató a todos ellos y ahora, después de que hiciéramos un pacto entre él y yo, tengo que matarlos... a ustedes— Braian lo mira...
—Nunca vas a poder matarnos a todos nosotros—. El Padre se ríe de manera sarcástica.
—¿Eso creés? Ahora vas a ver— Se acerca en frente de una mesa, abre una caja de herramientas y saca un cuchillo, una agujereadora, un martillo y un serrucho, después agarra algo debajo de la mesa y lo pone al lado de la caja de herramientas. Braian observa bien y ve una motosierra empapada de sangre, aunque toda seca por el tiempo sin limpiar. Se asustan todos y el Padre con una sonrisa dice...
—¡Bien, señoras y señores! ¿Quién va el primero? – Magali y Brisa tratan de gritar, pero no pueden por la mordaza. El cura agarra el cuchillo y se les acerca. Primero pasa el cuchillo por la cara de Braian, luego, por la cara de Brisa que está al lado, después por la cara de Magalí diciendo – ¿Acaso vos serás la primera?— Le baja lentamente el cuchillo bajo los labios en dirección hacia el cuello, luego baja hacia el medio del pecho y con una cara diabólica, le corta la blusa por la mitad y le quita todo lo que tiene arriba. Brisa, Magalí y José empiezan a llorar. Braian lo insulta.
—¡Hijo de puta! ¡Te voy a matar! ¡Degenerado de mierda!—
—¡Calláte!— Le grita a Braian, pero él no le hace caso.
—¡Te voy a golpear tanto que se van a salir los ojos por el culo!— El cura rápidamente se le acerca y le clava el cuchillo en el cuarto izquierdo. Braian no para de gritar, el cura se acerca otra vez a Magalí, que se encuentra con los pechos afuera totalmente, la empieza a manosear mientras ella llora, el tipo empieza a calentarse.
Braian trata de desatarse como loco, y luego de unos segundos, mientras el cura ya está por besarla en uno de los pezones, Braian le grita fuerte...
—¡¡BASTA!! ¡POR FAVOR!— El padre se detiene, se muestra pensativo y lo mira a Braian, al verlo se empieza a reír a carcajadas. Luego se acerca otra vez hacia la mesa y agarra la agujereadora, después se le acerca a Braian...
—Esto es, porque no me dejaste terminar... lo que estaba haciendo—.