En la esquina del techo

El nombre

Se le acerca a Brisa con la agujereadora mientras todos lloran, Braian le ruega que no lo haga.

—Por favor, no...— Pero él no lo escucha y prende la máquina, le acerca de a poco sobre una de las piernas, Braian enloquece de nuevo mientras trata de desatarse. El cura logra rozarle con la punta de la máquina en el cuarto derecho y ella empieza a sangrar.
Pero justo cuando ya le está por clavar un poco más a fondo, algo desde la oscuridad de la derecha de donde está el cura arroja un mueble pesado hacia su cabeza y lo tira al piso dejándolo inconsciente. Luego milagrosamente algo lo desata rápidamente a Braian y lo deja libre, en ese momento se escucha entre las oscuridades un ruido medio raro.
Rápidamente Braian se levanta y los desata a los demás, Magalí después de ser desatada, agarra unas partes de lo que quedaron de su ropa y las usa para cubrir sus pechos. Luego de desatarse todos, empiezan a subir por las escaleras, pero algo los empuja fuertemente y todos vuelven otra vez hacia abajo.
Empiezan a asustarse de nuevo, hasta que escuchan otro ruido aún más raro en la parte más oscura del lugar que está atrás de las sillas en donde ellos estaban segundos antes, miran bien y aparece algo acercándose hacia ellos. Mientras esa cosa se acerca ven que arrastra una cadena grande y pesada con las manos, tiene unos pies deformes con garras largas, su piel es de color azul y negro, usa un pantalón que ni se nota por lo oscuro que es, el rostro horrible de siempre, ojos rojos, sonrisa diabólica y dientes como si fuesen colmillos de animal. El cura se despierta desde su lugar y lo ve al monstruo acercarse, se angustia...
—No no, por favor, no lo hagas, ¡son míos!, ¡¡hicimos un pacto de que yo tenía que hacerlo!!...— El ente sin mirarlo le responde con su voz aguda...
—¡Pero no lo hiciste a tiempo! – De repente tira su cadena hacia adelante y en menos de un segundo aparece desde la oscuridad la punta de la misma, le atraviesa la cabeza al cura partiendo ese cerebro en dos mientras el monstruo sigue mirándolos a Braian y su familia. El ente sonríe... – Es hora del final— Les dice. Braian lo mira curioso y le responde mientras se acerca hacia él sin miedo...
—Tenés razón... – el ente se confunde al igual que la familia desde sus lugares – ... El otro día, entré al cuarto de José sin que nadie se enterara, empecé a buscar a ver si encontraba algo, luego escuché un ruido en el techo, empecé a mirar y mirar, hasta que en una esquina del techo mismo, apareció una palabra... ahora me doy cuenta de que esa palabra en realidad era un nombre— El ente se asombra al escuchar eso...
—¿Ese nombre, no es?...— Braian se acerca un poco más y responde a su pregunta...
—Sí, ese nombre, es el mismo nombre que el tuyo... ¡¡¡KALARD!!! – El ente empieza a comportarse raro y grita...
—¡NOOOOOO!— Camina hacia atrás mientras se agarra la cabeza, Braian sigue hablándole mientras saca de su cuello una cadena de San Benito que le dio Nicolás antes de morir...
—¡Sí!, tu nombre es Kalard! ¡¡hijo de Satanás!! ¡Y con este nombre y éste símbolo, te puedo enviar de vuelta al infierno!— El ente, empieza a flotar, de su boca empieza a salir una luz muy blanca. Brisa, Magalí, José y Braian no pueden ver nada, se cubren todos con el brazo, luego el ente explota, después de explotar aparece un agujero oscuro en lugar de cualquier otra cosa, Braian logra mirar algo y todas las cosas que tenía Kalard empiezan a flotar hacia el agujero, la soga, la cadena, alguno que otros objetos más, pero lo más raro es que el cuerpo del cura también es absorbido por el agujero al igual que los cuerpos del equipo que estaban entre las oscuridades, luego de que todo entrara a ese lugar, el agujero negro, se cierra. Al terminar todo, Braian y su familia se miran a los ojos algo confundidos...
—¿Terminó?— Pregunta Brisa.



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En el texto hay: accion, paranormal, relatos cortos

Editado: 21.07.2022

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