En la esquina del techo

En llamas

El ente cáe muerto arriba de José. La sangre de ese monstruo era negro y pegajoso como petróleo recien salido bajo tierra. José lo hizo a un lado, miró hacia arriba, quería ver quién lo salvó pero veía todo borroso, lo que vio solamente era la forma de un tipo parado con un par de Álas en la espalda con la espada en su mano...

 

-¿Estás bién?- Le dijo el tipo, la voz era grave, nada que ver con la forma de su rostro o su cuerpo..

 

-Sí- Le respondió José abriendo y cerrando los ojos para ver un poco mejor mientras se movía para levantarse. Al recuperar la vista por completo lo miró al tipo, al ver su rostro se impresionó, era perfecto, no tenía ningún defecto, su pelo era de color marrón que le llegaba hasta el cuello con forma algo de rulos.
Sus ojos eran de color negro en el medio con marrón a sus alrededores con unas pestañas perfectas y cejas finas, la nariz era chica, los labios de forma perfecta también lo eran. Su vestimenta parecía una musculosa apretada de color azul, tenía un cinturón de oro que ceñía su cintura, una manta de color rojo usaba como una capa y también una pollera de color blanco que cubría hasta la rodilla, su calzado era de color amarillo que parecía ser de oro también. Parecía ser todo un soldado de las épocas romanas, pero éste era un Ángel.
Su espada era de doble filo, José se sorprendió mas al ver sus Alas estirarse entre su espalda que eran de color marrón...

 

-¿Quién eres?- Le preguntó José aún asombrado...

 

-Soy Miguel, el Arcángel. Líder del ejército de Dios- Dijo presentándose ante él mientras rápidamente se achicaban las Alas y desaparecían...

 

-¿Estoy en un sueño o muerto o algo así?-...

 

-No, estás vivo y no es un sueño José. Necesito que me ayudes a detener a Satanás y su Ejército. Están invadiendo la tierra y para detenerlos hay que cerrar el Portal. Mi Ejército vendrá a ayudarnos si se superan los dos mil monstruos que salen del Portal. Necesito que empecemos a tratar de detenerlos antes de que sea tarde, ¿Entendiste?- Le dijo serio...

 

-Sí, por supuesto pero antes. Quiero que sáques a mi familia de aquí, ¿sí? por favor-...

 

-Claro, lo haré. Mientras que tú, quiero que busques el Libro que tiene Selefósimes, necesitamos eso para cerrar el Portal-...

 

-Okey-...

 

-Ah y José, no trátes de intimidar a Satanás. Él no jugará contigo como lo hace Selefósimes- Le dijo el Arcángel mientras se aposicionaba como para correr, de repente aparecen otra vez sus enormes Alas y empieza a volar rápidamente hacia la casa. Adentro seguían parados la familia de José mientras salían cientos de monstruos del Portal, el Arcángel llega de repente volando mientras los cortába a los monstruos que estaban en su camino con su espada.
Aterriza en la habitación a dos metros de Rebecca y desaparecen otra vez las Alas de su espalda, la míra primero el Arcángel a los ojos y justo cuando le iba a hablar aparece un monstruo de casi tres metros golpeándolo desde su derecha y lo vuela contra la pared destruyendo todo. El monstruo tenía cuatro ojos, su enorme boca tenía dientes de unos diez centímetros mientras babeaba como un perro, su nariz sólo eran un par de agujeros en el medio.
Ambos brazos eran gigantes también, deben pesar más de cincuenta o sesenta kilos cada uno, al igual que las piernas. Luego de tirar al Arcángel los miró a Rebecca en compañía y se empezó a mover hacia ellos mientras les sonreía de manera desafiante.
Rebecca los pone a sus hijos que no parában de temblar atrás de ella, el monstruo al acercarse levanta su brazo derecho como para golpearla pero al tratar de hacer eso, aparece en frente de él el manto Rojo del Arcángel y detiene su golpe cubriéndo su enorme mano. De repente aparece el Arcángel saltando en la espalda del Monstruo mientras le clavába con su espada en el medio de la cabeza, el monstruo empieza a sangrar mientras se movía hacia atrás como mareado, luego cáe al piso y muere...

 

-¿Quién eres?- Le preguntó Rebecca mirándolo a los ojos desde su lugar...

 

-Soy el Arcángel Miguel. Líder del Ejército de Dios y vine aquí para ayudarlos, ahora, primero los llevaré a ustedes dos a un lugar seguro, no tardaré en regresar por ella ¿Bien?- Les dijo a Leonel y Rafael, ellos le respondieron con un sí moviendo la cabeza- Bien.. quiero que te escondas atrás de esos muebles mientras no estamos- Le dijo a Rebecca...

 

-Sí, por supuesto- Le respondió ella, El Arcángel los agarró de las manos a los dos hijos de José, luego salieron otra vez las Álas en su espalda y volaron de repente lejos de ese lugar. Ambos niños miraron hacia abajo, no podían creer lo que estaban viendo, habían monstruos por todos lados destruyendo todo lo que veían, algunos agarraban los autos como si fueran hojas y las tirában contra las personas que corrían de ellos.
Había fuego por todos lados, explosiones por otros, policías que andában rondando por esa zona se encontraban con monstruos ferozes y ninguno se salvaban de ellos. Ahí comenzó la verdadera invasión del Ejército de Satanás. El Arcángel los dejó en lo más alto de un edificio...

 



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En el texto hay: accion, paranormal, relatos cortos

Editado: 21.07.2022

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