PROLOGO
*En la tierra 17 años atrás*
— Basta de problemas, tenemos que buscar una solución a todo - dijo Lorena ya perdiendo la paciencia. Tratar con las "personas" que tenía delante era problemático.
— Ella tiene razón, ya no se trata de nosotros, sino de ella - dijo Adara intentando calmarse.
— Bien pero no sé qué hacer, eso me pasa por fijarme en un maldito Ángel - dijo el demonio Cyril frustrado. Ese era un castigo, su castigo.
— No es culpa tuya ni de Adara, las cosas pasan, además la criatura es extraordinaria y sé que será muy hermosa - dijo Lorena. Conocía a esos dos, si ella no los calmaba no podrían encontrar una solución.
— Sí, es igual a su madre - admitió Cyril y se giró para la chimenea - pero el poder que encierra es el problema, consulte a un ángel caído que aprendió a ver el futuro, su poder lo sacó de mí y de parte de mi mundo, por lo tanto si ella quisiera, sería letal, la furia será su compañera pero como tiene una parte de luz, la nobleza y el amor serán su ancla - dijo pensando en la vida de la bebé que estaba dormida en la cuna colocada en la sala - Sé que si él la conoce la utilizara para su beneficio.
— No debe conocerla - mencionó Adara - por su condición ahora ella no podrá ir al infierno, si él logra tener rastros de que fue o rastros de su poder la encontrará, además es nuestra hija y debe de ser protegida, solo necesita ser humana y eso es posible - mencionó muy seria - hable con un arcángel y él me dio la solución. Ella puede ser humana en lo posible y tener una vida terrenal - dijo convencida, sabía que perdería tiempo con su hija aun eso no le importaba del todo pero como inmortales ese era un sacrificio necesario.
— Es lo correcto, todo es para su bien, así como lo hablamos anteriormente, Lorena quiero que seas tú quien la crie, no hay mejor persona que tú, además tienes un vínculo con nosotros, eso ayudara y sé que harás que su vida sea normal y segura, sé que soy parte de las tinieblas y la crueldad pero quiero que ella viva tranquilamente - dijo Cyril, aúnque quisiera evitarlo él adoraba a esa bebé en la cuna - por lo tanto si hay que dejar que sea mortal, por su bien acepto.
— Si ya es una decisión, Adara procede a realizar el arreglo, no hay tiempo que perder, entre más tiempo pase es más peligroso - Dijo Lorena convencida - pero les advierto que cuando se realice ustedes aceptaran que no podrán tener ningún contacto con ella como mencionamos. Y no se preocupen, cuidare de ella, será como mi hija y la protegeré, crecerá bien y la apoyare. Espero algún día las cosas se arreglen.
Adara y Cyril se acercaron a la cuna de la bebe que recién despertaba y los miraba con sus penetrantes ojos negros, iguales a los de su padre.
— Jade, lo que haremos es por ti, tendrás una vida normal, nunca olvides que te amamos - dijo el ser de la oscuridad y coloco al lado de ella un collar de oro con un par de alas cubriendo una piedra preciosa que tenía una característica única.
— Espero que tus dones se duerman con eso - dijo Adara mientras sostenía un libro negro con tallados dorados - Lorena gracias, se que te pedimos mucho, y creeme que siempre tendrás nuestra gratitud - y de esa forma empezó el ritual. La habitación se tornó oscura y empezó a llover afuera, como mostrando la tristeza del momento.
Ese día marcaba la separación de una criatura que contenía el poder de algo oscuro, nadie la encontraría, su poder aunque interesante y peligroso quedaría dormido. La vida la podía recompensar pero el dolor sería su aliada sin saberlo. El enojo sería el poder y tormento en su vida y la solución era encontrar su paz. Bien y mal juntos en un ser que viviría ignorando su verdadera identidad, el mal que podía causar y el peligro que la atacaría.