El dolor de cabeza me hizo soltar un gemido de dolor, siento como si me estuviera quemara y siento como mis huesos eran rotos al mismo tiempo, todo era de color sangre y por un momento pude ver varios cadáveres en el suelo, me asuste y volví a cerrar los ojos pero esta vez era como estar dentro de un sueño, en donde me veía a mí misma llena de sangre y con una sonrisa sinica y al instante vi que empezó a hablar.
— Mírate tan débil, solo llorando, das lastima – dijo esa persona parecida a mi viéndome fijamente, su mirada era acusadora y sentí pena de mi.
— Yo no se que hacer, estamos atrapadas – dije agachada en el suelo y en ese instante otro grito de mi tía llego a mis oídos.
—¿La escuchas? Solo tu puedes ayudarla, claro, si aceptas, se que antes te lo pregunte pero ahora que me ves lo pensaras mejor – dijo mientras se acercaba.
— Yo... – alcance a decir cuando otro grito llego a mi.
— Eres tu o ella, no temas, ambas somos una, me necesitas y no vas a ignorarme – me tendió la mano y aun lado la imagen de mi tía apareció y fue ahí en donde no dude en aceptar nuevamente. Moví la cabeza afirmado y vi como esta persona que decía ser yo sonrió de una forma burlona y clavo sus uñas en mi mano – ahora somos libres.
Volví a abrir los ojos pero esta vez no sentí dolor y sentí algo diferente en mi cuerpo y lo mejor, ya no tenia miedo, quería salvar a mi tía. Pero lo raro era que sentía una niebla en mi mente. Al mirar donde tenían a mi tía vi lo que me alentó a terminar con la pesadilla.
El bastardo ya había empezado a tocarla y quitar el resto de su ropa, ella trataba de librarse de su agarre, vi como sus lagrimas caían al suelo pasando por su cara llena de marcas de golpes. No importaba que pasara después, yo la salvaría.
Mire a mi alrededor y en el suelo vi varios pedazos de vidrio de botella las cuales quedaron así por esos idiotas que las jugaron y rompieron. Deseaba agarrar uno de ellos para romper la soga y librarme, de tanto pensarlo vi como varios de esos pedazos temblaron, lo pensé con mas intensidad y vi como se elevaron hasta rozar las cuerdas, no sabia como pero miraba como esos trozos cortaron las cuerdas y quede libre y ahora solo tenia algo en la mente, VENGANZA.
Uno de los idiotas me vio y corrió a agarrarme sin entender como me solté, coloque mis manos al frente en señal de querer detenerlo y para mi asombro el hombre quedo paralizado con una expresión de sorpresa en su cara. Eleve mi mano y el hombre también empezó a elevarse y luego moví el brazo a un lado haciendo que el hombre se chocara con un árbol al seguir el movimiento que realice, luego moví el brazo en dirección al suelo y él cayo al suelo, se me hizo tan divertido que repetí varias veces esa acción. El sufrimiento que mostraba era tan agradable.
Otro de los hombres al ver lo que yo le hice a su compañero reacciono y empezó a correr para escapar, lo seguí con la mirada e hice que se elevara en el aire y lo atraje para que quedara enfrente de mi.
— ¿Qué paso? No te vallas, que no ves que recién empezó la diversión – dije de una forma en la cual nunca había hablado, era tétrico, el sujeto quedo pálido en un segundo, desvíe mi mirada a un árbol y en una de sus ramas había un panal de abejas muy grande, eso me dio una idea - sabes, siempre he tenido la curiosidad de saber cuán rápido pican las abejas y mejor aún, saber cuánto puede soportar una persona el dolor de la picadura de varias, así que al ver su disposición con ayudarnos como lo dijeron cuando llegaron, tú me ayudaras – él me miro con miedo y lo dirigí al árbol en donde yo antes estaba amarrada, como si fuera magia volví a unir la soga y lo utilice para amarrar al sujeto.
— No lo harás, solo estas jugando – dijo el sujeto retándome, pero sus ojos mostraban el completo miedo que tenía.
—No, no, no - dije moviendo un dedo delante de él – mis amigas se encargaran - al decir eso, las abejas salieron del panal con su peculiar zumbido, y quedaron alrededor de él como esperando el permiso para atacar – bien que empiece la prueba – al decirlo las abejas empezaron a picarlo al mismo tiempo, los gritos no se hicieron esperar, el tardaría un rato así, no creo que muera tan rápido ¿o si? – deberías de pensar que son espinas creo que dolería menos - dije riéndome mucho por lo que pasaba, fue cuando me di cuenta que todos esos sujetos y mi tía no se movieron de donde estaban como si estuvieran paralizados, el miedo los dejo así, eso y por que yo no quería que se movieran, eso lo pensé después de estrellar al idiota con el árbol. Pero aparentemente funciono a medias.
— Pero por qué no me puedo mover, tenemos que irnos – dijo uno de los hombres con desesperación. Lo ignore y mire a mi tía la cual me miraba con asombro, miedo y tristeza, esa misma tristeza que ella escondía siempre.
—Tranquila tía, todavía no termino – dije de forma pacifica empezando a caminar a donde estaban los otros, ya que estaba un poco apartado donde a mi me tenían atada, luego sonreí en dirección a otros tres, levante mi mano y la baje y ellos tres quedaron con la cara al suelo - a todos ustedes les gusta el alcohol pero creo que a mi me gusta mas como se ve la botella – dije mientras recogía del suelo una de varias botellas vacías, luego desee que hubieran mas trozos de vidrio y todas esas botellas estallaron en pedazos y eso me hizo sonreír, se me había ocurrido algo perfecto - ¿Sera que tendrán suerte el día de hoy? Juguemos – dije, con un chasquido eleve las trozos de vidrio del suelo y los coloque por encima de sus cuerpos - que tengan suerte - dije y los trozos de vidrio cayeron sobre ellos con fuerza lo que causo que varios se incrustaran en sus cuerpos y gritaran, la sangre empezó a emanar de ellos con rapidez y volví a hacer lo mismo - bueno este juego seguirá un rato, así que diviértanse - dije y los vidrios ya solo por si mismos seguían incrustándose en sus cuerpos mientras ellos gritaban fuerte.
El fuerte olor a sangre inundaba el lugar y por un instante por mi mente paso que no era correcto lo que hacia pero no me importo, ahora no. Ahora solo me interesaba el sufrimiento que estaba en el aire. Me concentre en los otros dos sujetos.