-Por favor no vomites, por favor no…mierda-fue lo único que se me vino a la cabeza en el momento que la chica se inclinó y empezó a vomitar-no puedo con esto-busque ayuda alrededor pero parece que todos estaban ocupados con sus tareas-vamos Salma piensa en cosas bonitas-me dije mientras sostenía el cabello de la chica para que su frente no se estrellara contra el retrete pero involuntariamente mis rodillas se doblaron y sentí nauseas-¿Por qué tengo que ser susceptible a los sonidos?-mientras escuchaba como la chica vomitaba estaba vida y la otra.
-Sal te busca Evan, dice que…-la voz que me buscaba murió una vez pude ver la silueta de Nathaly delante de la puerta del cubículo en el que estaba tratando de no morir- ¿Sal estas bien? -Preocupada trató de acercarse a mí.
-Sostén a esta chica por mi…por favor-sin más solté el cabello de la chica pensando que Nathaly me tenía cubierta…
Bum
-Ay-se quejó la chica que estaba medio inconsciente una vez su frente golpeo el retrete.
-Creo que es mejor enviarla a casa- me miro preocupada Nathaly- recién son las diez, tendremos muchos así en unas cuantas horas, yo me encargo, Evan te está buscando-finalizó.
Caminar por este tan conocido restaurante para mi no era nuevo, la decoración era algo que no podíamos calificar de minimalista pues estaba recubierto de madera y con grandes decoraciones.
- ¿Qué necesitas? -pregunté una tuve en mi campo de visión al moreno.
-Will está borracho-me miró con preocupación.
- ¿Cómo que Will está borracho?
-Tu sabes…tomó de más y ahora esta llorando en el baño.
-Will es el encargado de la bienvenida en la facultad de artes, ¿Cómo puede estar borracho?
-Pues emborrachándose- dijo obvio- eres la jefa ahora, recuerda lo que pasó cuando un encargado desapareció, la univer…
-La universidad nos cobró multa por falta de compañerismo blah blah blah, sí sé-era algo que se repetía siempre-me voy a encargar de él cuando envíe a los novatos a casa.
-Si, si, si, golpéalo-enarqué una ceja.
-Evan no es propio de ti fomentar la violencia-mi tono de burla se podía escuchar a Kilómetros.
-Sólo es justicia tomada por propias manos.
-El karma.
A paso rápido me dirigí a la otra sala del restaurante, encontrándome con una escena poco agradable para un encargado… ¿Cómo pueden estar borrachos a las diez de la noche? Mientras me hacía paso entre las mesas podía darme una idea de lo desastrosa que era la situación.
-Hola linda ¿Qué haces por aquí? – escuché una voz que gritaba alcoholizada en mil idiomas-y sin compañía- girándome encontré a un chico de estatura promedio, muy borracho.
Es guapo
Pero que desperdicio si cree que así se puede ligar
-Estoy buscando a la persona a cargo-le dije, si puede caminar todavía, puede ayudarme.
-Eso no importa, pero tu y yo si-antes de que pudiera responderle pude ver como se formó una mueca de dolor.
-No debes andar de playboy por la vida-una chica de estatura baja entro en la escena, su cabello color violeta llamaba mucho la tención y ni que se diga su outfit.
-Estoy buscando a la persona a cargo-solté, ella me miró después a mi alrededor y sonrió.
-Kar, al parecer soy la persona a cargo.
-Bueno Kar…me dijeron que necesitas ayuda- su rostro me mostro desesperación.
-Es mi primera vez siendo parte del comité, pensé que sería divertido, pero… todos se emborracharon o desaparecieron y no sé que hacer-toqué su hombro tratando de tranquilizarla.
-Tranquila, estoy aquí para eso, te parece si empezamos a enviarlos a casa-desvié la mirada por el salón-no creo que esto dé para más.
-Si, por favor.
-Voy a enviar a unas personas que te pueden ayudar con esto, ¿okey? - asintió- bueno me voy, asegúrate de que nadie salga herido y después nos encargamos de los que te dejaron sola- me di media vuelta haciendo el mismo recorrido de hace un rato cuando siento que me agarran la muñeca.
- ¿Qué pasa? – corrí la mirada a la persona que estaba agarrada de mí.
-Soy yo- ¿el chico del paraguas? Me dedicó una media sonrisa mientras tenía cerrado los ojos.
- ¿Estas borrachas?
-No…bueno si-se sentó en el piso para abrazar mi piernas-por favor ayúdame.
- Cuéntame- le dije mientras cruzaba mis brazos y miraba hacia el piso.
- No le cuentes a nadie, pero… quiero un bubble tea- levantó la vista hacia mí.
-Pronto te enviaremos a casa-traté de zafarme de él, ganado que este apretara más su agarre en mis piernas.
-Por favor, por favor, por favor, mis amigos son inútiles borrachos y yo estoy borracho, pero no quiero estar borracho, pero lo estoy- habló tan rápido me dejo un poco descolocada.