En la Lluvia

Capítulo 8

Navidad en familia es lo mejor, los tíos llegan, la abuela se estresa, lo primos lloran y se pelean, fabuloso.

9:30

-Mamá voy a esperar en la sala- le di una ultima repasada a mi vestimenta del día, pantalón de vestir verde, camisa blanca y tacones color piel.

-Esta bien, dile a tu abuela que no se estrés por la comida- con un asentimiento dejé el cuarto.

La abuela suele estresarse mucho, especialmente si todos sus hijos están presentes, como es el caso de hoy. La casa era bastante amplia, de techo alto, con decoraciones en madera oscura y bastante cristalería.

No creo que las copas de la abuela sobrevivan a hoy.

Abrí la pesada doble puerta de madera para tener en mi campo de visión a la abuela corriendo de un lado a otro junto a otras chicas que contrató para que la ayudaran.

Todo fuera más fácil si pidiera comida.

-Abuela son las nueve y media, ¿A qué hora planeas ir a bañarte? – me crucé de brazos.

-Ya voy, ya voy, Sal mija, llévale esto a la mamá de Talía, pídele que te preste una charola- me pasó un recipiente con ensalada de papa.

-Ya voy, espero que ya no estés corriendo por aquí cuando regrese.

Caminar por los portales de las vistosas casas decoradas con foquitos de colores sigue siendo algo que disfruto mucho, la casa de Talía estaba en la esquina de la cuadra, de color blanco con lila, era muy bonita.

Bing

Bing

Sonaba el timbre de la casa.

Bing

Bing

“-Por apurada no te voy a abrir- escuche una voz un tanto grave.

-Ween abre rápido, no tengo tu tiempo.

-No”

¿No? Ya veremos.

Empecé a sonar el candado contra la reja gritando “Señora Liliana, Talía no me quiere abrir” en repetidas ocasiones.

-Ya cállate por favor, mi mamá me va a regañar.

-Abre rápido.

- Salma Zambrano, ¿leíste mi mensaje?

- No ¿Por? – Ween me quitó el teléfono y me enseñó su mensaje.

 

“Te arreglé una cita con el amigo que te dije el otro día”-17:30 Leído.

“¿Qué dices?”- 17:30 Leído.

 

-¿Qué dice?

-Que es una perdida de tiempo, yo no vivo aquí- pase de ella para entrar a su casa.

-El me insistió, sólo por esta vez, siiiii

- ¿Y tu mamá?

-Se está bañando.

-Mi abuela quería darle esto- dejé el recipiente en el mesón de la cocina.

-Gracias.

-Dice que si le pueden prestar una charola.

-Okey- dijo sacando una desde un compartimiento- sólo por esta vez Sal

-Está bien, ¿Cuándo es?

-El 28 en la cafetería del centro.

-No sé cuál es.

-Vamos Sal, esto no es una ciudad, es un pueblito, sólo hay una cafetería en el centro, no te preocupes yo te acompañaré de agente encubierto.

-No creo que sea buena idea.

-Lo sé, como alguien tan impactante como yo pasaría de encubierto… pero haré ese esfuerzo por ti, seré como un ninja.

- No creo que sea buena idea.

-Ya lo sé, es una fabulosa idea.

Como sea.

Navidad es una buena fecha para pasar en familia, una de sus ventajas es la comida y una de sus desventajas es que los niños lloran mucho.

-Sal dile que ese juguete es mío- me jaló mi prima Josefa señalando a Heidi.

-No, ese juguete es de Heidi, tú se lo regalaste.

Tener 10 primos suena maravilloso, pero no lo es tanto cuando tue eres la que los tiene que cuidar.

“Noah” se reflejo el nombre en la pantalla de mi celular.

-Feliz Navidad- fue lo primero que escuché desde el otro lado.

-Aunque no lo celebres feliz navidad para ti también.

- ¿cómo van tus vacaciones?

-Todo normal, salí con mis amigos de aquí, mi familia llegó, mi abuela se puso a llorar cuando dio el discurso… nada nuevo ¿tu?

-Terminé de arreglar dos canciones que tengo que enviar para ser aprobadas.

-Nuestra vida es muy aburrida.

- No tanto, mañana viajo a la casa de mi abuelo.

-Espero me regales uvas cuando regrese.

-Claro.

-Voy a tener una cita- el silencio me dio paso a continuar-es una cita a ciegas.




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