Cuenta hasta 10 Danielle, respira y cuenta, eres más fuerte que esto. Puedes controlar los impulsos.
Respira.
Podía sentir la sangre correr por mi muñeca, tibia y abundante. 1, 2, 3, hasta 4 cortas, cada una más profunda que la otra. La sangre seguía escurriendo y no paraba. Pero mi vista seguía puesta en el espejo frente de mi, tome las tijeras y corte mi cabello, comencé a darle cortes por todos lados, dejándolo desparejo y horrible. Las lágrimas como la sangre se desbordaba de mi.
5 horas antes...
Me encontraba escribiendo un poema para la clase de creatividad libre, pero mi mente estaba vacía como aquella hoja que no dejaba de golpear con mi lapicero. No sabía que escribir o sobre qué. Voltee a mi derecha para mirar por mi ventana y luego ver a mi alrededor. Todos se encontraban hablando y riendo mientras escribían, pero mis oídos habían ensordecido cualquier ruido que emitían.
Volví a bajar la vista a mi libreta, intentando escribir algo.
—Señorita Rivers, ¿Aún no a comenzado?.
—No sé qué decir.
—Algo que la conmueva, o la haga feliz, o simplemente un sentimiento que quiera sacar de usted— y en eso una punzada se dio en mi pecho. Asentí para que la maestra se marchara de mi lado, incomoda con su presencia me puse mis audífonos y la melodía comenzó a envolverme.
De pronto una sensación extraña me envolvió. Al levantar mi vista todos los ojos estaban puesto en mi.
—Señorita Rivers —Volvió hablar la maestra cuando me quite mis audífonos— Pase a delante a leer su poema.
—¿Disculpe?.
—Adelante.
Me estremecí y moví mi silla provocando un sonido en toda la habitación. Solo el ruido de mis pasos era audible, nada más que el eco de mis pisadas era presente en este momento. Tome aire centrándome en la hoja que había arrancado y comencé a leer sin mirar a los demás.
"En la oscuridad de la noche me encuentro,
con pensamientos oscuros que me persiguen, un deseo latente, un susurro constante, querer morir, escapar de este mundo.
Las sombras se ciernen, la luz se desvanece, en el abismo de mi mente perdida, un eco lejano, un grito silencioso,
querer morir, dejar de sentir este dolor.
¿Qué me detiene? ¿Qué me aferra a la vida? ¿Acaso el miedo al vacío infinito?
O tal vez la esperanza, frágil y efímera,
de que algún día la luz volverá a brillar.
Pero por ahora, en la oscuridad me sumerjo, con el deseo sombrío de desaparecer, encontrar la paz en el silencio eterno, querer morir, para dejar de sufrir y simplemente ser."
—Sublime.
Mire a la maestra y poco a poco se oyeron los aplausos sarcásticos en el aula. Tragame tierra. Camine velozmente a mi asiento viendo como mis demás compañeros pasaban de 1 en 1 a leer sus fragmentos. Una vez terminados la maestra nos dio el permiso de salir y solo se pudo ver el rastro de mi sombra. Camine a la cafetería por algo de comida pero al mirar mi reflejo en aquel vidrio que cubría la comida mi cuerpo se paralizó. Retrocedí de forma inmediata quitándome de la fila, caminado lejos. Solo el viento era mi acompañante en este momento.
—¿Ya lo viste? ¡Se besaron!— a lo lejos unas chicas se acercaban sin dejar de ver su teléfono chocando a mi lado— Lo siento no... espera, tu eres Daniela.
—Danielle.
—Que rápido cambia Dylann de chica.
—Es famoso que esperas.
Mire confundidas a ambas y ellas me enseñaron una foto de Dylann con una hermosa chica castaña. Mi corazón se estrujo y sentí como salía corriendo. Me aleje de aquellas dos muchachas sacando mi teléfono para buscar noticias.
"The rain: La nueva novia de Dylann Coozh"
"La nueva chica de Dylann Coozh vocalista de The Rain"
"¿Nueva novia? conoce todo sobre esta modelo"
Todos los encabezados de las noticias eran iguales, todos hablan de lo mismo. Caí al pasto como un costal de huesos, sin emoción alguna mire el cielo.
—Sabía que estarías aquí — comentaron pateando mi pie.
Levante mi cabeza para encontrarme a Tao, quien por su expresión parecía venir de un funeral— Que quieres.
—Se que leiste las cosas que dicen, pero no es así.
— No se de que hablas Taotao.
—Si claro, te conozco, eres muy propensa a estar de esta forma.
Lo mire seria, ¿a que se refería con eso?— ¿De que hablas?.
—¿Hoy tienes hora con la psicóloga?— asentí— Iré contigo.
Deje de responder y solo me quede en el pasto, el repitió mi acción hasta que llego la hora de ir a la doctora. Ambos caminamos en silencio pateando hojas en el piso, no sabia de que hablar, y por lo visto el tampoco, pero sabía que con nuestra compañía era suficiente.
Al llegar al centro médico, esperamos gasta oír mi nombre por el parlante, Tao me dijo que aguardaba, que no se movería de ahí hasta que saliera. Suspire asistiendo, mis pisadas eran fuertes y podía sentir todo a mi alrededor con gran intensidad, incluso los olores eran mucho mas fuertes.
—Hey, ¿por que la cara? ¿mala semana?— fue lo primero que dijo la doctora al verme. Cerré la puerta detrás de mi y fui al asiento que yacía frente a ella.
—Mala vida en realidad.
—Vamos Dan, cuéntame.
—Que quiere saber, prácticamente sabe todo.
—Fue tu cumpleaños hace poco, ¿que tal eso?.
—Me obligaron a celebrarlo.
—Ya veo, ¿y eso como te hizo sentir?.
Ahí estaba de nuevo, esta tipa pregunta acompañada de su cara de "no te mates y habla conmigo".