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Los dias pasaban con rapidez, y cada vez permanecía con mas intensidad el pensamiento de que Dylann no se iría de mi lado o de mi casa. Lo que me asustaba un poco, no quería ser una carga para él o un obstáculo en su carrera, yo solo esperaba que no se estancara a mi lado. El día de hoy, debía asistir a la psicóloga y a la vez ir a un concierto de los chicos. Era a beneficio de las personas que no podían acceder a una buena salud mental en el país, recaudaban fondos para una institución nueva y gratuita para todos aquellos que buscaban un refugio.
—...Entonces, ¿Cómo te sientes después de toda la situación?
Mal.
—Bien.
—Mientes.
Si.
—No.
—Bien, entonces dime, ¿Cómo va tu relacion con Dylann?.
Abrumadora.
—Genial, cuida mucho de mi y siempre ve por mi bienestar.
—Eso quiere decir que no te haz lastimado.
—No, he tenido impulsos pero no he llegado a nada.
Esta mañana me he cortado.
—Eso es un avance positivo, agradezco que él este en tu vida.
La sesión con la doctora avanzo relativamente rápido y todo tomo curso, la verdad estaba molesta conmigo misma al no poder decir la verdad sobre las cosas, pero ¿jamás han sentido miedo de hablar sobre lo que realmente les pasa?, es exactamente como me siento, no quiero llegar a dar a un hospital de nuevo, de solo pensarlo me da miedo. Llame a Dylann para que me mandara la ubicación donde se llevaría acabo el concierto y tome un taxi para llegar mas rápido. Todo a lo lejos se veía demasiado bonito y colorido, podía decir que era placentero estar allí.
—Buenas tardes señorita, ¿seria tan amable de mostrarme su entrada por favor?.
Mostré mi pase que colgaba de mi cuello, y el guardia sonrió dejándome pasar, camine entre la multitud y tuve otra parada en la zona privada.
—Disculpe señorita, no puede pasar aquí a menos que su nombre este en la lista.
—Danielle Rivers.
El chico parecía buscar mi nombre entre tantos en la lista hasta dar con el—Bien, adelante señorita.
Camine por extenso pasillo hasta dar con estrellas en las puertas y el nombre en dorado de la banda. The Rain deslumbrada ante mis ojos. Golpee la puerta para poder encontrarme con los chicos y sus melodiosos rostros. Lucían genial, aun que ningún atuendo iba a la parte con el del otro de alguna manera parecían combinar.
—¡Estas aquí!—grito Tao extendiendo sus brazos en el cielo.
—Hola a todos —dije moviendo mis manos desde la puerta.
—Hola mosquita— hablo Dylann acercándome y hundiéndome en sus brazos—Te extrañe.
—Dios, su amor me da nauseas.
—Cállate Topher— dijimos al unísono.
Todos reímos y vi como los chicos practicaban y se veían menos tensos mientras yo me encontraba posaba en el sillón, mi mente divagaba entre si debería estar aquí, o postrada en mi cama. Y la verdad la segunda estaba mas cercana a la realidad, pero debía apoyar a la persona que quería.
La emoción se desbordaba en el aire esa noche. El lugar estaba repleto, vibrando con la energía de los fans ansiosos. Entre la multitud, me sentía como en las nubes, pero no de las que se ven suaves sino mas bien de las tormentosas. Amaba la música que resonaba en el aire, pero queria huir de ahí, hasta que en el escenario, apareció él.
Mi corazón latía al ritmo de la batería cuando la banda de mi novio comenzó a tocar. Cada nota, cada acorde, era como un abrazo musical que me envolvía. Levanté la vista y lo vi, con su guitarra en mano, entregándose por completo a la música. Era increíble cómo podía transmitir tanto con cada canción.
Me encontraba en la primera fila, justo enfrente de él. Aunque estaba concentrado en su actuación, en ocasiones nuestros ojos se encontraban y una sonrisa cómplice se formaba en nuestros labios. Sabía que estaba ahí para él, para apoyarlo y celebrar su pasión.
En medio de la actuación, llegó ese momento especial. Una de las canciones que había escrito para mí. Su mirada se posó sobre la mía y parecía que el resto del mundo se desvanecía. Cantaba con tal pasión y emoción que me llegaba directo al corazón. Cada palabra era un recordatorio de nuestro amor, de nuestra historia juntos.
—¡Como la están pasando!.
Todos gritaban a mi alrededor, muchas chicas y tambien chicos gritaban cuanto los amaban y que cantaran algunas canciones que les gustaban.
—Esta canción, no es nuestra, pero para mi es muy especial.
Y de pronto comenzo a sonar The Reason.
Y la imagen de aquel post it se vino de golpe a mi mente.
—...I've found a reason for me
To change who I used to be
A reason to start over new
And the reason is you...
Sus ojos se posaron en mi mientras continuaba cantando, y mi corazón no podía latir mas rápido. Sentía que sufriría un ataque cardiaco en ese momento. Y de pronto las ganas de huir se fueron. Y así, en ese concierto, rodeados de música y de gente, nos conectamos de una manera especial. Él en el escenario, yo en la primera fila, pero unidos por la música y por el amor que compartíamos. Era un momento mágico que guardaría en mi corazón para siempre.
El concierto había sido un éxito rotundo. La energía del público, las luces brillantes, la música vibrante; todo había contribuido a crear una atmósfera mágica. Después de la última canción, el escenario se iluminó con destellos de colores y los músicos se despidieron entre aplausos.
Corrí hacia el backstage, emocionada por felicitar a mi novio, y a nuestros amigos por su increíble actuación. Al llegar, vi a Dylann rodeado de sus compañeros de banda, todos sonrientes y abrazándose. Me acerqué a él, sintiendo un nudo de orgullo y emoción en mi garganta.
—¡Eso fue increíble!— exclamé, abrazándolo con fuerza.
Él me rodeó con sus brazos, su rostro iluminado por una sonrisa radiante. —Gracias, mosquita. ¡Estuvo genial tener tu apoyo en el público!.