En la lluvia

Capitulo 21

✩⁺₊♬

El sol se estaba poniendo en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos rosados. Dylann y yo estábamos sentados en un banco en el parque, disfrutando de la tranquilidad de la tarde. Habíamos estado juntos durante todo el día, pero nunca antes habíamos hablado de nuestros sentimientos el uno por el otro.

De repente, Dylann se puso de pie y extendió la mano hacia mí. —¿Quieres bailar conmigo?— me preguntó con una sonrisa tímida en los labios.

Asentí con la cabeza y me puse de pie, tomando su mano en la mía. La música sonaba en el aire, suave y melodiosa, mientras nos movíamos al ritmo de la canción. Era como si el mundo entero desapareciera a nuestro alrededor, dejándonos solos en nuestra propia burbuja de felicidad.

Mientras bailábamos, Dylann me miró fijamente a los ojos y cantó suavemente las palabras de una canción que conocía muy bien. —Somos una historia de amor, cariño, solo di que si— cantó, con una mirada llena de amor y esperanza en sus ojos.

Me detuve por un momento, sorprendido por sus palabras. ¿Estaba diciendo lo que creía que estaba diciendo? Sin decir una palabra, tomé su rostro entre mis manos y la besé suavemente en los labios, sellando nuestro amor con un gesto sencillo pero significativo.

—Te quiero— le dije cuando nos separamos, mirándolo profundamente a los ojos.

—Te quiero bichito—respondió el, con una sonrisa radiante en los labios.

Y así, en ese momento mágico y lleno de amor, nuestra historia de amor comenzó, destinada a perdurar a través del tiempo y las adversidades, como en las mejores historias de amor. Ambos caminamos a cas, pero seguíamos sin mencionar las cortadas y lo resientes que parecían (y lo eran). Al estar en casa ambos nos pusimos a ver televisión quedándome dormida en los brazos de Dylann. 

Hoy me desperté con un impulso irresistible de hacer feliz a todo el mundo. Sé que mi momento está cerca, y quiero asegurarme de que todos a mi alrededor estén llenos de alegría y amor cuando llegue ese día.

Empecé mi día preparando el desayuno para Dylann. Hice su plato favoritos y los serví con una sonrisa en mi rostro. Ver su cara iluminarse al probar la comida me llenó de alegría. Saber que puedo hacer que se sientan amados y felices me da fuerzas para seguir adelante.

Después del desayuno, decidimos salir a la calle y hacer algunas cosas. 

Por la tarde, organicé una pequeña fiesta en mi casa para mis amigos. Preparé comida y bebida, puse música alegre y aseguré que todos se sintieran bienvenidos y especiales. Ver a todos disfrutar y reír juntos me llenó de una sensación de paz y satisfacción.

Mientras la noche caía, me senté en mi jardín y miré las estrellas. Sé que mi tiempo aquí es limitado, pero también sé que he hecho todo lo posible para dejar un legado de amor y felicidad. Estoy lista para lo que sea que el destino tenga preparado para mí, sabiendo que he dado lo mejor de mí misma para hacer del mundo un lugar mejor.

—Hey Bichito—toco mi hombro Dylan—¿Qué haces aquí afuera?.

—Nada, solo pensaba.

—¿Y que es eso tan interesante que piensas?.

—En ti— mentí con una sonrisa.

—Bichito...yo

—¿Qué ocurre?.

—¿Los interrumpo?—dijo Tao.

—No para nada—hablo Dylann dejándome de ver.

—Que lindo esta todo, y tu balcón es maravilloso, la vista esta genial—Tao nos miro confundido—¿Le ibas a decir algo D? adelante, habla, ambos te escuchamos. 

Dylann trago saliva y negó. 

—Cobarde.

—Ya basta—reí—Solo disfruten este día.

—Entonces "Bichito"—dijo Tao riendo—¿o "mosquita"? ¿Mañana tienes tu examen para finalmente graduarte?.

—Si, debo escribir una historia y en eso estoy. 

—¿Podemos leerla?.

—Aun no esta lista.

—Buuuu.

Extrañaría compartir mi vida con estos chicos alocados.

Extrañaría mi vida con ellos.

Pero, jamás supe para que estaba hecha, y tenia miles de razones para ya no estar. Había dejado de ir a la psicóloga de apoco, había estado faltando a clases, había dejado de responderle a mis madres, y hasta ahora estaba desplazando a los chicos de apoco para que no les duela tanto. 

—Los dejo—dijo Tao dé repente.

—¿Entonces?—mire directo a los ojos a Dylann—¿Qué me querías decir?.

—Nada.

Suspire mirándolo. ¿Algún día tendrá el valor para decirme que se enamoro de mi?. 

Han pasado unos días desde que decidí hacer de la felicidad mi objetivo principal. La tranquilidad ha sido mi compañera constante, y en estos momentos de calma, he encontrado consuelo en escribir cartas. Cartas que serán mi despedida, mis últimas palabras antes de partir hacia lo desconocido.

He escrito cartas a los chicos, expresando mi amor por ellos y agradeciéndoles por todo lo que han significado para mí. Les he dicho que siempre estaré con ellos en espíritu, y que los llevaré en mi corazón a donde quiera que vaya. Les he pedido que sigan adelante con valentía y que nunca dejen de creer en sí mismos.




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