Parte 1:
Ocurrió en una casa normal de los suburbios. Cuatro niños estaban viendo la televisión en la sala.
Denis y Leo, ambos de 13 años, habían elegido una película de terror. Les gustaba ver ese género en especial y, aunque de vez en cuando les daba miedo, siempre escogían verlas. Pero a Sofía no le gustaba ver esas películas, ya que ellos siempre terminaban asustando tanto a Jane como a ella.
Sofía tenía 12 años y Jane 9 años. Los cuatro niños eran amigos desde que Jane se había mudado hace unos 4 años y siempre se reunían en casa de ella para jugar o, como en este caso, ver una película. Y las veces que veían la película de terror, siempre terminaban discutiendo Sofía con Denis y Leo. Esta vez no era la excepción.
–Esta película estuvo mala, así no se vería un monstruo. Pudieron hacerlo mucho mejor –dijo Denis con voz decepcionada.
Él era un niño un tanto común, aburrirse en el colegio, hacer tareas de vez en cuando, una que otra travesura, videojuegos y, obviamente, películas de terror eran su vida cotidiana.
–En serio genio –añadió Leo de forma burlona, buscando una forma de reírse de Denis–. ¿Y cómo es un verdadero monstruo?
Leo era amigo de Denis desde pequeño, era un niño que se metía en problemas muy a menudo por seguir a Denis, y siempre había sido su segundo al mando, Denis siempre lo llamaba así. Y aunque mayormente lo viera como el Jefe, así le decía él a Denis, de vez en cuando buscaba la forma de hacer quedar mal a Denis, lo que resultaba siendo fácil.
Denis giro su mirada hacia Sofía, y con una sonrisa traviesa comenzó.
–Pues debería tener un pelaje completamente negro, con garras filudas como navajas, colmillos largos para desgarrar la carne de sus víctimas, unos ojos de color rojo como la san-.
–¡YA PARA!
El grito de la niña fue tan fuerte, que pudo oírse hasta afuera de la casa.
Sofía era quien más sufría las noches que se veían películas de terror, pues Denis y Leo se encargaban de asustarla hasta que un adulto interviniera. Siempre se había llevado mal con Denis y se encargaba de proteger a Jane de los sustos de los dos niños, aun siendo ella la que se asustaba y no Jane.
–So-sofí no grites, mi madre...
Pero era demasiado tarde.
–¿Niños, que está pasando?
La madre de Jane había entrado a la sala, su mirada recorrió a todos hasta posarse en Denis. El niño siempre molestaba a Sofía, y si alguien gritaba cuando estaban juntos, era seguro que Denis era la causa.
–Esta vez no hice nada –dijo Denis con una voz llorosa.
Denis, que solo podía ser parado por un adulto, tenía una mirada de tristeza en el rostro como si fuera a llorar.
–Denis. –La mirada de la madre no vaciló ni un segundo–. Deberías tener muy claro que a mí no me afecta esa mirada tuya.
Esa mirada triste desapareció rápidamente.
–Pero esta vez enserio no hice nada –dijo Denis dispuesto a demostrar su inocencia–. Solo estaba conversando sobre la película con Leo.
–Eso es cierto, señora –añadió sin demora el segundo al mando.
–¿Eso es verdad Sofí?
Sofía, quien ya se arrepentía de haber gritado, solo pudo responder con honestidad.
–Si, señora. Estaba asustada por la película así que grite sin darme cuenta.
La madre de Jane ya intuía que no era tan simple como eso, y que Denis tenía algo que ver. Pero viendo que Sofía parecía no querer decir más, no siguió con el asunto.
–Bueno la película ya termino, vayan a lavarse para cenar.
Los niños fueron en fila al baño antes de ir a cenar, luego de eso jugaron juegos de mesa mientras que la madre de Jane veía televisión hasta la hora de dormir. Y cuando estaban subiendo las escaleras.
–Denis.
Denis volteo al escuchar que lo llamaban.
–No quiero más gritos, ¿Entendido?
–¡Sí, señora! –respondió el niño haciendo un saludo militar.
Parte 2:
–Eh Denis, aun no tengo sueño y me estoy aburriendo. No se te ocurre algo divertido para hacer.
Las luces del cuarto ya estaban apagadas y los niños estaban acostados en sus camas, pero seguían despiertos. Los niños dormían en un solo cuarto cuando se reunían, que era el de las visitas, en el habían dos camas los suficientemente grande para que duerman los niños en una, y las niñas en otra.
Denis volteo a ver a Leo y luego a Sofía, quien le devolvió la mirada como si le dijera 'ni lo intentes', pero recordó lo que le había dicho la madre de Jane antes de subir.
–Esta vez no tengo nada en mente, así que duérmete ya.
Sofía se tranquilizó al escuchar eso mientras que Jane se decepciono, estaba aburrida también.
Leo se le quedo mirando, supuso que le habían advertido que no hiciera nada. Se giró dándole la espalda a Denis para intentar dormirse, pero se le vino una idea para meter en problemas a Denis. Él sabía que Denis era fácil de provocar, y si hiciera una cosa mala más, era muy probable que lo castigaran cuando volviera a casa.
–Gallina.
Esa palabra retumbo en los oídos de Denis.
–Ya basta Leo, duérmete –dijo Denis tratando de no prestarle atención.
Pero Leo no paro, se puso a imitar el sonido de una gallina. Denis se puso la almohada en la cabeza para no escucharlo, lo que resulto siendo nada efectivo. Intentaba controlarse, no le gustaba que le dijeran gallina, y haría todo lo posible para tratar de demostrar que no lo era. Pero esta vez era diferente, si hacia algo más lo iban a castigar, estaba seguro. Trato de tranquilizarse recordando las palabras de la madre de Jane... no lo logró.
–Te puedo contar una historia si quieres–. Denis cedió a la presión.
Leo sonrió, Jane se emocionó, y Sofía tembló. Denis contaba buenas historias y le gustaban a los tres, pero mayormente contaba historias de terror y eso no le gustaba a una de ellos. Sofía sabía que iba a ser una historia de terror, lo haría para asustarla como siempre.
–Denis, ya te advirtió la madre de Jane que no hicieras nada malo –dijo la niña asustada.