En la oscuridad

Búsqueda de provisiones

Parte 1:

Los niños salieron de la habitación en fila, Leo iba adelante seguido de Jane, Sofía estaba detrás de la pequeña y Denis al final.

Caminaron más rápido que cuando salieron Leo y Denis, la luz de las tres lámparas les daban más confianza.

Pronto llegaron a las escaleras, Jane volteo a ver la habitación de su madre, pero Leo se puso en medio.

–Jane... eh... tu mamá... –el niño no sabía que decirle a la pequeña, lo que vio en esa habitación aún estaba en su mente.

–Sigamos –Jane al ver el rostro de Leo intuyo que algo le había pasado a su madre, lo más probable es que ese monstruo le haya hecho algo, lo más probable es que... ya no la volvería a ver.

Leo se sorprendió por la mirada de Jane y lo tranquila que estaba. Sospechaba que la niña sabía a su manera que algo había ocurrido con su madre.

Leo no continuó con la conversación y continuó la caminata bajando las escaleras. Los niños se pegaron a la pared al bajar, mientras iluminaban el lado contrario.

Por primera vez desde que se fueron a dormir volvieron a la planta baja. Ahora estaban en el pasillo principal, la puerta de la entrada estaba al frente, la cocina y comedor a la izquierda atrás de las escaleras la sala y a la derecha un espacio donde estaba la lavandería y la entrada al sótano. Los niños fueron a la izquierda iluminando todos los rincones posibles.

Al entrar no vieron nada sospechoso pero de igual manera iluminaron cada rincón en busca de la criatura.

–Uff, parece que no está aquí –Leo dio un largo suspiro, aunque podían alejarlo, no quería encontrarse con esa cosa otra vez.

–¿Tal vez ya se fue de la casa?– preguntó Sofía inquieta.

–No lo sé, pero es mejor que ir con cuidado–. Denis no quería que ocurriera un accidente por pensar que la criatura ya no estaba ahí –Bueno segundo al mando, dame una mano para subir.

Leo puso ambas manos juntas para que Denis pudiera subir, ya arriba busco el cajón donde estaba el botín. Unos paquetes de galletas y un par de cajas de cereales fue lo que encontró.

–¡Lotería, hay cereal de chocolate!–. Denis sonrió de manera exagerada, el chocolate era su sabor favorito, era muy buena suerte que también fuera el sabor favorito de Jane.

Denis bajo los cereales y las galletas, también encontró leche en otro cajón, ahora la merienda estaba completa. No era una comida saludable pero aún niño poco le importaba eso.

Se hicieron turnos para comer, dos vigilaban en ambos lados y dos comían. Así finalmente los niños saciaron su hambre.

Parte 2:

–El chocolate es lo mejor –Denis estaba sonriendo mientras tocaba su estómago, se notaba había disfrutado el cereal.

Los demás niños también estaban así, no todos los días se podía disfrutar de comer algo dulce en grandes cantidades.

Los niños descansaron un poco antes de continuar su marcha, aun cuando estaban relajados por la comida seguían alertas por si se acercaba la criatura.

Ahora seguía ir por la linterna en el sótano, si la conseguían los cuatro niños tendrían una forma para iluminar.

Volvieron al pasillo principal, el camino era recto para ir a la lavandería donde estaba la entrada al sótano. Los niños fueron a paso seguro mientras seguían atentos a cualquier movimiento extraño en su entorno.

Llegaron a la puerta sin problemas y entraron en la lavandería, la idea de que la criatura ya no estaba en la casa aun rondaba en sus mentes y cada vez estaban un poco más seguros de ello.

Aún pensando en eso no tenían forma de comprobarlo, y cuando menos se dieron cuenta, llegaron a la puerta del sótano.

–Denis la llave esta detrás de esas gorras.

Aún lado de la la puerta estaba un perchero, en el unas gorras con mucho polvo, se notaba que no habían sido usadas en mucho tiempo. Denis las apartó y encontró detrás las llaves.

–¿Estas gorras son?

–Si... eran de papá.

El tema puso triste a Jane, su padre había muerto en un accidente hace unos años, era algo que aún le afectaba, había sido muy pegada a su padre y su muerte fue un evento muy fuerte para ella. Si no fuera por sus amigos, no habría podido superarlo.

Denis se sintió mal por traer el tema, sabía lo mucho que le afectaba a la pequeña y el esfuerzo que costó ayudarla a superarlo.

–Denis, ¿puedo ponerme esa gorra?–. La niña señaló una gorra roja.

Tenía un logo en el frente y tenía menos polvo que las otras, parecía que alguien la había cogido antes.

–Era su gorra favorita– dijo la pequeña Jane recordando a su padre.

Denis miró a los otros niños para ver que opinaban, Sofía parecía no estar en contra y Leo se mostraba totalmente a favor, en estos momentos si esa gorra ayudaba de alguna manera a Jane no había por que negarse.

Denis le puso la gorra a Jane y le dio una sonrisa.

–Te queda muy bien– Denis elogio a la niña para ponerla feliz.

–Gracias– Jane respondió con otra sonrisa.

Denis giro la llave, asegurándose de iluminar su interior apenas se abriera la puerta,frente a él estaban las escaleras al sótano. La casa estaba sumida en completa oscuridad y aún así el sótano deba la impresión de ser más oscuro. El olor de cosas guardadas emanaba de el, y el sentimiento de entrar a un lugar peligroso estaba en el ambiente.

Los niños bajaron con extrema cautela, sentían que si había un lugar en la casa donde podía haber un monstruo, ese era el sótano.

Poco a poco descendieron a aquel lugar tétrico, cuando llegaron al final de las escaleras vieron a su alrededor. Habían muchas cosas que, a excepción de Jane, no habían visto antes. Había un arpa, unos modelos a escala de carros, un ropero de apariencia antigua y cara, varias cajas, herramientas e incluso partes de un carro.

Los niños estaban más precavidos que antes, el ambiente los ponía tensos, el lugar era más grande de lo que pensaban y había demasiadas cosas, parecía un laberinto.



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En el texto hay: sobrevivir, suspenso

Editado: 11.08.2021

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