La historia esta ambientada en Perú, sin embargo, los lugares son ficticios.
Al llegar al aeropuerto, como esperaba, quien me recibe es toda mi familia materna. Son muchos… diría demasiados.
Me siento una desconocida.
Solo reconozco a algunos gracias al álbum de fotos de mamá, pero nunca los había visto en persona hasta ahora. Me acerco con la intención de saludarlos con un apretón de manos; sin embargo, una señora que me resulta familiar me abraza con fuerza, y al separarse me dedica una sonrisa cálida.
—Vania, quizá ya no te acuerdes de mí, pero soy tu tía Liset. Estarás bajo mi responsabilidad. —Me abraza otra vez, como si no quisiera soltarme—. Te pareces mucho a tu padre.
No es que me molesten los abrazos, es solo que nunca me han saludado así. Para mí, es algo nuevo.
—Gracias —atiné a decir, sin saber muy bien qué más responder.
—Familia, les presento. Algunos ya la conocen por fotos, pero para quienes no, ella es mi sobrina: Vania Anderson. Se quedará con nosotros por dos meses.
Tras los saludos, me ayudan con las maletas y me guían hasta una miniván. Mi tía abre la puerta e indica que me siente.
—¿Vania, nos esperas aquí? —me pregunta.
Frunzo el ceño. —¿Esperar?
—Sí. Estamos aguardando a dos jóvenes que siempre vienen a Kana a pasar sus vacaciones. Luego te los presentaré.
Se va antes de que pueda preguntar más.
Bueno… solo serán dos meses. Aún sigo molesta con mi papá por comprarme un vuelo sin consultarlo conmigo. Nunca le gusta dejarme sola, así que siempre le pido que me inscriba en campamentos durante las vacaciones. Gracias a eso sé un poco de natación, ballet y karate. Pero esta vez me sorprendió con este viaje.
Observo por la ventana el lugar que será mi nuevo hogar. El clima caluroso es insoportable, los árboles son enormes, y el cielo… bueno, es de noche, y por alguna razón parece más oscuro de lo normal. Casi como si las estrellas se ocultaran de esta ciudad.
La puerta se abre de golpe y me sobresalto.
—Vania, baja. Quiero presentarte a estos chicos que quizá sean tus nuevos amigos —dice mi tía. Obedezco.
Nos acercamos justo cuando ellos terminan de recibir la bienvenida, también con abrazos. A diferencia de mí, ellos parecen disfrutarlos.
No sé por qué, pero empiezo a ponerme nerviosa.
—Chicos, vengan. Vania, él es Valentín. —El muchacho de cabello blanco me estrecha la mano.
—Hola —dice con una sonrisa tierna.
—…y él es César. —Señala al de cabello negro. También me estrecha la mano, aunque sin mirarme.
—Un gusto —dice con voz neutra.
Me quedo observando un instante al de cabello blanco. No es que me parezca atractivo… bueno, sí lo es, pero lo que me llama la atención es su cabello. Nunca había visto a alguien con ese color. ¿Será natural o teñido? No sé por qué, pero algo en él me hace pensar que no es lo primero.
—Chicos, ella es mi sobrina. Estará con nosotros dos meses, espero que se lleven bien.
Subimos todos a la miniván. Ponen música y comienzan a cantar. Yo no lo hago: no me sé la letra.
El trayecto hasta la casa de mi nueva familia —así es como voy a llamarlos, aunque solo para mí— resulta cómodo.
La luna aparece en el cielo. Cada vez que la miro recuerdo los cuentos que mi abuela solía contarme, donde la luna siempre jugaba un papel importante. Mi favorito —aunque el final nunca me gustó— era La leyenda de la bella durmiente.
Claro, no la versión del cuento que todos conocen, con hadas madrinas y un príncipe. No. Mi abuela decía que, mucho antes de que existiera esa historia de “final feliz”, en Kana se contaba que existieron la princesa Nunash y el guerrero Kuyak. Se amaban en secreto, pues el padre de ella se oponía a su unión. Huyeron juntos, pero fueron perseguidos. Kuyak, decidido a protegerla, se convirtió en piedra. Nunash, cansada y con el corazón roto, pidio a la luna transformarse en una montaña que parece una mujer dormida, para no separarse nunca de él."
—Ya estamos por llegar —anuncia el esposo de mi tía.
Siento alivio. El viaje me tiene agotada; necesito una ducha y dormir horas. Los dos chicos se sientan atrás y yo quedo en medio.
Enciendo mi celular y veo un montón de notificaciones, entre ellas una foto de mi mejor amiga con la descripción: Te extraño.
Sonrío.
Muy bien… que empiece esta nueva aventura.
#5040 en Thriller
#2550 en Misterio
#10538 en Fantasía
#3699 en Personajes sobrenaturales
Editado: 24.07.2025