En la oscuridad

Capitulo:2 El chico misterio.

Desperté de un salto asustada por el ruido irritante de mi despertador, llevé una mano a mi pecho donde sentía mi corazón palpitar con fuerza, respiré profundamente tratando de calmarme. Me dirigí con pesadez al baño y tomé una rápida ducha mientras pensaba en la extraña y escalofriante voz que hacía que mi vello se erizara, esperaba que en realidad eso fuese una estúpida broma de mi amigo ya que frecuentemente las hacía. No podía esperar a llegar y preguntarle, juraba que si era así me las pagaría, por su culpa no había podido dormir bien, conciliar el sueño fue todo un reto. Me puse lo primero que vi la moda no era lo mío daba igual cómo me veía, cepillé mi cabello y antes de salir de mi habitación agarré mi mochila la cual alisté el día anterior como de costumbre.

- ¡Buenos días! – exclamé alegremente entrando a la cocina.

 Mi padre se encontraba sentado, ido en el televisor, es costumbre que todas las mañanas antes de irse al trabajo mirara el noticiero, por otro lado, mi madre siempre hablando por teléfono parecía que el trabajo nunca acababa era tan fiel a él como a ninguna otra cosa. Era más que obvio de ninguno de los dos obtendría una respuesta como lo habitual, sin embargo, no estaba de más intentar quizá algún día topara con suerte, a veces desearía que notaran mi existencia.

Sin muchos ánimos me serví un poco de cereal y algo aburrida levanté mi vista al televisor, por lo que veía estaban en la sección de crímenes, eso provocaba que sintiera retortijones en mi estómago, aun así, presté atención, no estaría mal informarse.

-Asesino misterioso sigue suelto, sin dejar algún indicio con el que la policía pueda guiarse o dar con él, este es llamado ´´el fantasma´´ pues es como si se desvaneciera en las sombras. Hasta el momento no ha vuelto atacar desde hace un mes, lo cual pone a los oficiales preocupados sin saber cuál es su próximo blanco, por sus otros crímenes se ha llegado a la conclusión de que solo ataca a jóvenes adolescentes menores de 18 años y no de un mismo pueblo si no de lugares diferentes y con una distancia muy grande en cada uno. El país está conmocionado, a todas ellas les falta su cabeza. Todos……

¿Todos qué?

Me pregunté interesada por saber más, no obstante, el televisor es apagado por mi padre dejándome con curiosidad.

-Oh, Elise- dijo sorprendido al verme- no sabía que estabas aquí, ¿no deberías estar de camino ya? - miró su reloj.

¡Mierda!

Es cierto debe ser tarde ya. No debí irme en la televisión quizá ya no me dejaban entrar a la institución, esa estricta cárcel.

¡Maldición!

Me puse en pie apresurada tirando prácticamente la silla, sin prestar cuidado a nada cogí mi bolso, ni siquiera me molesté en despedirme sé que no obtendré una respuesta. Gracias a Dios está a unas calles así que no demoraré mucho si voy a un paso rápido. La divisé al doblar la calle, la entrada estaba sola, el guardia salió con las llaves en su mano dispuesto a cerrar ya, corrí con todas mis fuerzas y antes de que cerrara del todo logré entrar por el pequeño espacio, el hombre se cruzó de brazos negando con su cabeza en desaprobación. No le di mucha importancia, seguí hasta llegar a mi salón donde por suerte el profesor aún no había llegado, respiré pesadamente y pasé una mano por mi cabello debía de estar horrible por todo lo que pasé.

-Buenos días clase- el profesor sonrió dirigiéndose a su escritorio. Yo apenas conseguí sentarme, quité el pesado bolso de mis hombros y lo coloqué en mis pies.

-Casi no llegas hoy Elise- habló Thomas a mi lado tratando de hacerse el gracioso, somos amigos desde el jardín de niños nos tenemos un gran aprecio.

-Lo miré enfadada y comenzó a reírse, lo golpeé en la cabeza- No le veo lo divertido.

-Se llevó su mano justo donde lo lastimé haciendo una mueca, intentando fingir dolor, pero ambos sabíamos que eso con costos le ocasionó cosquillas- ¡Hey! No tenemos por qué acudir a la violencia.

-Te lo mereces por querer hacerte el gracioso y por llamarme en la madrugada intentando asustarme.

- ¿A qué te refieres? Yo no te he llamado estás loca- frunció el ceño confundido.

-No te hagas Thomas me llamaste a las 3 de la madrugada tratando de molestarme.

-No. Estas equivocada sabes lo que me gusta dormir, suelo hacer bromas, pero a ti no te las haría, yo no fui te lo juro- noté la sinceridad en sus ojos y con la seriedad que lo decía.

Mi rostro palideció, estaba desconcertada, mi cerebro se ausentó y por un momento ignoró todo a su alrededor, ¿si no había sido él entonces quién? Después de esto no creía poder prestar atención a ninguna de las siguientes clases.

Me hallaba realmente asustada.

¿A caso esa llamada fue enserio?

- ¿Estas bien? –sentí como sacudían mi cuerpo levemente.

-Mi mente volvió a mi nuevamente y asentí con lentitud- Umm si, solo sigo un poco agitada por lo que tuve que correr.




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